Xalapa, Ver.- El arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, señaló que ante la pandemia que se vive por Covid-19 se debe tener un corazón noble y dispuesto a perdonar las ofensas que vengan del prójimo.
En la homilía dominical, mencionó que todos hemos sufrido muertes de familiares, sacerdotes, religiosas, amigos queridos y conocidos a causa de la pandemia, por lo que es indispensable mejorar como personas para poder lograr la paz social que se requiere.
“Todos hemos sufrido por la muerte de alguien que apreciamos, que queremos, que conocíamos, todos estamos impactados, consternados por eso es momento de reflexión y de perdón”, dijo.
Al recordar que el personal médico también ha padecido los embates de este virus, Reyes Larios manifestó que se debe tener la fortaleza para superar esta y otras enfermedades que atacan el organismo de las personas.
“Ojalá nosotros llenemos nuestro corazón de esperanza de alegría por todos los amigos, los seres queridos que hemos perdido en esta pandemia y en otras que son tan agresivas como el cáncer, el Sida, que de alguna manera vamos contemplando en diversas personas, Dios nos dé siempre un corazón dispuesto”, expuso.
Respecto al perdón, mencionó que en algún momento de la vida todos hemos sentido rencor hacia quien nos ofende o daña, por lo que es importante mantener un corazón dispuesto a perdonar.
“Todos nos hemos sentido ofendidos y la reacción normal es decir que no se perdona, nos alejamos de la persona, pero decimos que no le perdonamos lo que nos hizo, pero debemos considerar la capacidad de perdonar de corazón las ofensas que nos vengan a través del prójimo”, expresó.
En ese sentido, aseguró que el ofendido sufre más que aquel que ofende porque guarda en su corazón el rencor que le provocó un acto en su contra y con ello no puede tener la felicidad que requiere.
“La Iglesia siempre ha sido promotora del perdón, siempre se ha buscado que todos los hermanos logren estar en paz también con aquellos que les han ofendido o dañado, a veces nosotros no lo entendemos, pero por eso se nos pide que actuemos como Dios nos ha mandado, dejando de lado los rencores que nos pudo haber generado el actuar de otra persona”, agregó.