El sábado 10 de julio, a las 5:30 de la mañana, el horno de leña de la panadería “Hermanos Libreros” fue encendido por última vez, tras el fallecimiento — ocho días antes— de su propietario, Don Mingo.
Conocido así porque nació en domingo, aunque su nombre era Ángel Libreros Osorio, fue descrito por su hija Ana Cristina como un hombre afable, quien a pesar de estudiar contaduría, encontró entre harina, vainilla, canela, azúcar y anís su habilidad en las manos y su verdadera vocación.
“Hombre excepcional en toda la extensión de la palabra. Ser muy amoroso y amistoso. Parecía rey de carnaval. Caminaba por la Sexta de Juárez y todos lo saludaban”, rememoró.
Don Mingo dedicó los últimos 30 años de su vida a este oficio, aunque en realidad se inició cuando era un niño de apenas siete años. Finalmente, fue la enfermedad la que en marzo pasado frenó su ímpetu por deleitar el paladar de xalapeños y hasta de personas de otras partes del mundo.
Y es que su hija menor compartió en entrevista que el panadero enfermó y estuvo en cama hasta principios de este mes. Su sueño era recuperarse y hacer pan en Día de Muertos, fecha en la cual recibía muchas visitas. Él se fue el 2 de julio; tres días después cumpliría 73 años de edad.
FIN A UNA TRADICIÓN
Ubicada en la calle Progreso número 21, en la colonia Belisario Domínguez de Xalapa, la panadería no abrirá más, no bajo la administración de los hijos de Don Mingo.
De sus cuatro descendientes, Ángel Arnulfo, Óscar Arturo, Saray de los Ángeles y Ana Cristina, solo tiene el toque Óscar, asegura su hermana, quien asumió la administración del lugar cuando su papá enfermó.
Sin embargo, menciona que la propiedad es un bien que le corresponde a otros familiares, quienes ya pidieron el lugar. Ante ello, dice que poco pueden hacer porque, además, tienen sus propios empleos y ocupaciones.
A nombre de sus hermanos y doña María Elena Clementina, viuda de Don Mingo, Ana Cristina agradece la preferencia y apoyo de los clientes durante tres décadas.
“Se cierra el ciclo. Llegó el último día de hornear y repartir los canastos de pan a tiendas de Los Sauces, Ignacio de la Llave, Miguel Alemán y otros puntos de Xalapa”, dijo con tristeza pero con la satisfacción de haber mantenido abierto el lugar mientras su padre estuvo con vida.
“Amado esposo, padre y amigo, que la eterna luz le guíe y siga deleitando a chicos y grandes con su sabroso pan allá en el cielo”, expresó para luego decir que no sabe si quienes tomen el espacio decidan poner otra panadería, pero apunta que ya no será con el legado de don Ángel Libreros Osorio.