A pesar de las leyes de protección a los derechos de la infancia y programas sociales, la desnutrición, el analfabetismo y la violencia intrafamiliar continúan afectando a las niñas y niños menores de cinco años.
De acuerdo con un análisis de la situación de la infancia y la adolescencia en el estado de Veracruz, entre 2011 y 2014 hubo un incremento de la tasa de mortalidad infantil por enfermedades diarreicas de 5.5%, frente a un descenso de la tasa nacional de 11.7%, de manera que Veracruz perdió cuatro lugares en el periodo, al pasar de la posición 24 a la 28.
En este rubro, Veracruz se ha quedado rezagado en la mejoría del conjunto del país, lo cual lo ubica en el quinto peor lugar.
Dentro de este mismo periodo, en el rubro de enfermedades respiratorias agudas registradas en menores de cinco años de edad, la entidad pasó de 19.8 a 21.6%, un crecimiento de 9.0% frente a una reducción nacional de 12.1%.
Otro de los problemas de salud al que se enfrentan las niñas y los niños veracruzanos se encuentra en el tema de vacunación, donde el estado de Veracruz se ha ubicado en el lugar 32 entre las entidades federativas por falta de aplicación de vacunas de tuberculosis y hepatitis B, que permitirían completar el esquema de vacunación desde el nacimiento.
La falta de capacitación sobre estimulación temprana en el hogar ha llevado a la entidad a ocupar la posición 30 con 54.6%, frente al 69.1% del promedio nacional.
Las prioridades se ubican no sólo en rubros de desnutrición infantil, también de sobrepeso y obesidad: mientras que 13.7% de menores de 5 años tiene baja talla, 14.4% tiene sobrepeso y obesidad, de acuerdo con las cifras proporcionadas por la Ensanut 2012, que ubica a Veracruz en el lugar 31 entre los estados del país en materia de nutrición.
En 2015 en el área de educación 169 mil 900 niñas y niños de 3 a 5 años no asistían a la escuela y 135 mil 619 menores de 6 a 14 años no sabían leer ni escribir.
Pese a la reducción desde 2010 (14.6%) Veracruz sólo pasó del lugar 30 al 29, y desde 2015 es la cuarta entidad con mayor analfabetismo, después de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
Por otra parte, la incidencia de violencia intrafamiliar para el grupo de infantes de 1 a 4 años de edad registró un crecimiento de 239.7% durante el periodo 2011 y 2014. Mientras que en niños y niñas entre 10 y 14 años, la violencia intrafamiliar creció en 111.2%.
Para la secretaria técnica de Odisea AC, Xóchilt Meseguer Lemus, la importancia de que el titular del Poder Ejecutivo del Estado presida estas reuniones radica en que los asuntos relacionados con la protección de los derechos de la infancia deben tener prioridad desde el más alto nivel: pareciera ser que en pocos estados los gobernadores han asumido con seriedad el compromiso que representa la protección de los derechos de las niñas y niños.
“Como primer pendiente tenemos que el actual gobernador, o el próximo gobierno, asuma con toda seriedad y prioridad el tema; segundo punto, que haya un diagnóstico exhaustivo y sobre todo desagregado, con atención prioritaria; y tercero, que el sistema realmente funcione, pues el tema de la infancia no es tema del DIF, el tema de niñas, niños y adolescentes es un tema del conjunto de gobierno y sociedad”, refirió.
PROGRAMAS SOCIALES
Dentro de los actuales programas estatales impulsados en favor de la niñez veracruzana, encaminados particularmente en combatir el rezago educativo en niños de entre 6 y 11 años de edad que padecen algún tipo de limitación física, se encuentra el denominado “Becas compensatorias”.
De acuerdo con la información presentada en el Primer Informe de Gobierno Veracruz 2016-2017, esta población beneficiaria fue de 14 mil 196 menores que habitan en 56 municipios, los cuales recibieron canastas alimentarias y becas compensatorias.
Asimismo dentro de las diferentes vertientes que tiene el programa social “Veracruz Comienza Contigo” se encuentra la dotación de canastas alimentarias, destinadas a población en situación de pobreza, sin embargo, ninguno de los alimentos que contienen dichas despensas es apropiado para las niñas y los niños.
La dotación de canastas alimentarias tampoco va acompañada de alguna acción educativa, capacitación, acompañamiento preventivo, lo cual significa que “dar alimentos de esa manera tiene objetivos diferentes de la alimentación y de la salud de las familias”, refiere Xóchitl Meseguer Lemus.
En términos de políticas públicas, apunta la investigadora, lo más conveniente sería que los niñas y niños menores de 5 años fueran periódicamente evaluados en peso y talla, desparasitados, recibieran hierro, vitamina “A”, pero esto correspondería a los servicios de salud; sin embargo, programas como el Seguro Popular están rebasados, pues los enormes desvíos en el gasto público en el ámbito de la salud afectaron las unidades médicas, donde hay poco personal para atender a la población enferma y proporcionar atenciones preventivas.
Finalmente, agregó, algo que ha funcionado bien en otras entidades del país es el involucramiento de la sociedad civil, la capacitación de promotoras comunitarias, dar una mayor responsabilidad y participación a padres y madres de familia, lo cual podría contribuir a que, en conjunto, la sociedad acompañara las acciones preventivas, pero hasta el momento no hay el diseño institucional necesario para que eso se realice.