TEOCELO, Ver., 19 de enero.- Los malos precios y la falta de apoyo de las autoridades han ocasionado que artesanos del bambú de Monte Blanco se vayan a otros estados o a otro país. La mueblería de bambú “Andrés Hernández” se mantiene en la comunidad de Monte Blanco desde hace más de 40 años, su tienda se encuentra a orillas de la carretera, entre Monte Blanco e Independencia.
Eliza Hernández Morales recordó que la mueblería se llama como su padre debido a que fue de los primeros en elaborar este tipo de muebles de bambú en la zona.
Al fallecer hace cinco años Andrés Hernández, sus hijos se quedaron con el negocio y ahora entre todos aportan sus talentos para la construcción y venta de muebles en esta zona.
Hay rachas buenas y rachas malas, pero siempre es necesario ser constante, actualmente estamos en una etapa de crecimiento porque somos de los pocos talleres que reciben autobuses.
Alejandro Hernández Morales comentó que cada vez hay menos talleres de muebles de bambú, los artesanos deciden irse a otras entidades o a Estados Unidos donde la gente sí les compra sus muebles.
Van disminuyendo porque no es rentable hacer un mueble, ellos no valoran su trabajo porque son los únicos que hacen muebles, lo dan muy barato, están comprando algo bueno pero al abaratarlo no les va a durar
Comentó que las personas llegan a pedirles en menos dinero el trabajo que ellos hacen, por lo que no es bien pagado en la zona y muchos deciden irse a otros estados.
Eliza Hernández recordó que el trabajo más difícil fue una pequeña capilla para llevar a un santo cargándolo, ese fue el trabajo más relevante; también el año pasado hicieron una estructura de bambú que fue como otro piso a su casa hecho de este material.
Aunque reciben autobuses de turistas cada seis meses, han ido a vender su trabajo a Oaxaca, Acapulco, Hidalgo y Michoacán, los lugares con más calor es donde son más aptos los muebles.
Alejandro Hernández Morales mencionó que ellos cuentan con plantaciones de bambú y con los cuidados adecuados la planta es rentable, por lo que no han decidido irse a algún otro lugar.
Los artículos que más se venden son las sillas colgantes que van de 800 a 900 pesos, salas en 2 mil 500 pesos, lámparas en 350 pesos, y todo su trabajo puede durar hasta 25 años o más si tienen los cuidados adecuados. “Van bajando un poco la venta porque piensan que es algo desechable solo porque es barato, cuando es un trabajo artístico”, concluyó.