Xalapa, Ver.-Cuando el artista plástico y artesano Juan Pablo de Alba observó cómo se iban a la basura los cascarones de huevo, pensó que era una pena que esa obra tan perfecta de la naturaleza fuera a parar ahí, entonces empezó a pensar cómo los podría reutilizar, darles vida y transformarlos, hoy su marca cascarón de gallina está en algunas tiendas de Xalapa con un sinnúmero de formas: peces, abejas, lechuzas, murciélagos, catrines y catrinas para Todos Santos y piñatas multicolores para Navidad.
El artista, que estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, regresó a Xalapa para establecerse en la tierra de su padre, en el 2000, donde al ver la inmensa riqueza y tradiciones culturales de los carnavales y fiestas patronales de la región empezó a crear máscaras de madera y de papel maché, así como mojigangas, para después pasar a elaborar una inmensa gama de artículos y productos que expende en su tienda de artesanías Aurearte ubicada en Revolución y 20 de Noviembre, la cual también se puede encontrar en línea, sobre todo en esta temporada de pandemia en que ha tenido que hacer uso de las redes sociales.
Entrevistado acerca de las obras que crea a base de los cascarones de huevo, dijo que vacía los huevos con una jeringa para que quede el cascarón intacto y a partir de ahí los observa para ver qué forma le puede dar. Pero no sólo se queda con los de gallina sino que también los de avestruz los transforma en lamparitas, pues les hace incisiones con variadas formas y decoraciones, a los que les pone una base y les introduce un foquito. Asimismo utiliza los de codorniz con los que hace, entre otras obras, aretes.
El artista además de que recibe pedidos para hacer máscaras y botargas también propone diseños de personajes especiales que antes de la pandemia llevaba a diverso eventos tanto en el Estado como en el país y en el extranjero, pues sus creaciones le han llevado a Milán, Colombia, Inglaterra, y a la frontera entre México y Estados Unidos, entre muchos otros espacios.
Sin embargo ahora a causa del coronavirus, los pedidos que le hicieron para los carnavales y las fiestas patronales se quedaron esperando a que los recogieran y está a la espera de ver si el próximo año habría fiestas patronales para entregarlos. También le ha tocado sufrir la crisis económica y la pérdida de ventas por cuya razón no cerró su negocio y continuó trabajando todos los meses que ha durado la pandemia.
En Todos Santos los pedidos se recuperaron con la elaboración de catrinas y catrines, cráneos, y esqueletos de mascotas que las personas han perdido y quisieron recuperar en esta forma.
En diciembre, la solicitud es de coronas y piñatas, por lo que aprovecha la demanda para elaborar las piñatas a base de huevo de gallina, así como todas aquellas figuras que se puedan caracterizar de la forma ovoide, ya que se le hacía feo que éstos fueran a dar a la basura tan miserablemente y aunque aún algunas personas no valoran el trabajo manual, ni la creatividad e ingenio para que esté dispuesta a pagar, Juan Pablo de Alba espera con paciencia a que eso suceda. Mientras tanto da talleres y cursos personalizados, ahora que no los hay para docentes y alumnos, amas de casa y público en general para generar autoempleo, así como para reciclar y reutilizar muchos materiales que se van a la basura.