Xalapa, Ver.-Concepción García, de la comunidad Ojo de Agua, recurrió con todas sus fuerzas a San Rafael, y afirma que el santo lo curó. Ella, como miles de fieles más, han llegado estos días a la tumba de monseñor Guízar y Valencia para agradecer lo que consideran milagros que han obrado en sus madres, hijos y familiares.
Desde muy temprano de ayer, los devotos empezaron a llegar caminando, pues para ello salieron desde las cuatro de la mañana de sus comunidades, El bordo, Tlacolulan; Tatatila, Cosautlán, Xico, Coatepec, Teocelo, Ixhuacán de los Reyes, entre otras.
Con veladoras en mano, rosarios, imágenes, vistiendo camisetas con su fotografía, se postraban ante la tumba, de rodillas, además limpiaban a sus hijos y con gran devoción tocaban su imagen para después persignarse.
Concepción García Domínguez, vecina de Ojo de Agua, Emiliano Zapata, dijo que San Rafael salvó a su hijo Ángel Hugo Rodríguez García de una grave enfermedad cuando tenía 12 años, hoy tiene 32 y dos hijos.
Recordó ella que su niño empezó a perder la fuerza para caminar y al hacerle estudios le detectaron “una enfermedad que sólo Dios podía curar”. Entonces acudió con todas sus fuerzas de San Rafael, su abogado; le visitaba y llorando le suplicaba intercediera para que Dios curara a su hijo.
Dijo que era Jueves Santo cuando estando su niño internado en el Instituto Mexicano del Seguro Social se prendió sola una televisión que tenía y apareció en la pantalla la frase: “Si crees en mi vivirás” para luego iniciar las caricaturas de la biblia.
Esa noche, para amanecer Viernes Santo, su hijo vio a un niño como de cuatro años que vestía una bata blanca y un estetoscopio y que le sonreía.
Ese día, su esposo buscó a un médico militar en San Marcos de León y llevó a su hijo; al llegar el doctor le atendió inmediatamente y a ella y a su esposo los abrazó, en ese momento era Viernes Santo, justo a las tres de la tarde, cuando el médico les aseguró que el niño viviría y así fue, asentó, por lo que cada año viene a dar a gracias a San Rafael Guízar y Valencia.
Fe en el santo curó el cáncer
Leticia González Romero y su esposo Justo Gómez Mendoza salieron como desde hace ocho años de Cosautlán a las 5:30 de la mañana para llegar a la Catedral Metropolitana a las 12 del día caminando para agradecer el milagro de haber curado a la madre de ella de cáncer en la matriz. Vienen de su mano, con su fe, pues la carretera es muy peligrosa.
Leticia dijo que hace ocho años operaron a su madre y los pronósticos médicos apuntaban a que era cáncer, sin embargo ella con fe pidió a San Rafael que el diagnóstico no fuera ése y así fue, su madre no tenía nada cuando la operaron.
Graciela Sala Martínez llegó para agradecer al santo por su vida matrimonial, así como por la estabilidad de sus hijas. Al vivir en Xalapa, siempre que puede visita su santuario para agradecer sus favores.
Magdalena García agradeció la intervención de San Rafael pues gracias a eso su nuera pudo embarazarse ya ahora es madre, ayer llegó a pedir por la salud de su esposo que ha estado enfermo y tiene fe que la recuperará.
Desde Tatatila hicieron la caminata
Martín Marín Córdoba salió de Tatatila a las 4 de la mañana caminando con tres amigos para estar ante San Rafael al mediodía de ayer para agradecerle que lo haya curado de una hernia en diciembre pasado, de la cual no queda rastro. A dar las gracias por su salud y la de su familia, llegaron Román López López y su hermano caminando desde Tatatila, de donde salieron a las 4 de la mañana sin miedo, pues dice que San Rafael los acompaña en el camino.
A pedir por la salud de Rafael Heri, vecino suyo que no tiene para hacerse unos estudios, estuvo en la catedral Dominga Grajales Villa, quien aprovechó para llevarle una veladora y una rosa del santuario de San Rafael, ya que está impedido de hacerlo él. También pidió por su salud, porque cada vez escucha menos y la de su hija Mariela Sánchez Grajales.
Vecinos de El Bordo, Tlacolulan, llegaron en una caravana de 35 personas donde venían niños, mujeres y hombres para agradecer por su salud, por estar vivos y porque ha alejado la delincuencia de su comunidad, dijo Marcelina Leal Hernández, quien agregó que trajeron a bendecir un cuadro con la imagen del santo para colocarla en una ermita de su comunidad que está ubicada en la sierra de aquel municipio veracruzano.
Dato: Rafael Guízar y Valencia fue el primer obispo mexicano e hispanoamericano canonizado por la Iglesia católica.