Xalapa, Ver.- En la Escuela Primaria 16 de septiembre de la colonia Progreso Macuiltepetl en Xalapa, hubo aulas con apenas dos alumnos y la mayoría de bancas vacías.
Este fue un regreso a clases distinto; niños y niñas portaban su cubreboca y no podían acercarse demasiado a sus compañeros además de tenían que evitar los abrazos y los besos, comunes en los reencuentros.
En los salones, los maestros les insistieron en que no debían prestar sus cosas, lápices, colores, sacapuntas y que debían acudir al sanitario en el menor tiempo posible y sin “comadrear”. El horario de recreo será reducido y no habrá tienditas, todos tendrán que llevar el refrigerio desde casa.
Pese al anuncio e insistencia de las autoridades por tener un retorno seguro este 30 de agosto, muchos papás, por temor a un contagio de Covid-19, decidieron que sus pequeños hijos se quedaran en casa y siguieran con las clases virtuales.
La profesora de ese plantel, Florinda Ortega Montano, dijo que se prepararon para el retorno limpiando la escuela pues previamente lavaron las aulas y chapearon de las áreas verdes, pese a ello, existe desconfianza de los papás.
“No sabemos cuántos niños vendrán, se va a trabajar lunes y miércoles con la mitad del grupo y martes y jueves con la otra mitad, los viernes asistirán también los niños que tienen algún rezago, que requieren mayor atención”.
Señaló que muchos padres y madres de familia le manifestaron que tienen temor de enviar a sus hijos a las aulas, pero otros sienten la necesidad de que sus menores regresen y convivan.
“Porque en casa están con las mismas personas entonces creen necesario convivir y socializar”, dijo.
A su decir, el regreso a clases es necesario porque la forma de trabajo no es la misma, “se requiere más observación, y por línea muchos padres, no tiene el recurso, no tienen internet, no tienen el saldo suficiente también, en la economía no les favorece y su saldo se va en una videollamada o conexión a internet”.
Refirió que la escuela está conformada por alumnos cuyos padres son de nivel socioeconómico medio a bajo por lo que está siendo difícil trabajar con medios digitales.
“Ahorita los padres que asistieron se fueron tranquilos y contentos porque vieron cómo se está llevando a cabo este regreso”.
A la entrada los menores y sus padres son rociados con desinfectante, se les mide la temperatura, se les otorga gel, y se les invita a un constante lavado de manos. Las indicaciones esta vez son distintas, algunos menores se muestran confundidos y otros emocionados por regresar a sus salones, aunque al parecer que no todo volverá a ser igual.
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