El aumento del 20 por ciento al salario mínimo autorizado por el gobierno federal es un nuevo golpe a las empresas que generará aumento de costos para consumidores, mayor inflación, despidos y hasta cierre de pequeñas y medianos negocios, advierte el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex-Xalapa), Juan Carlos Díaz Morante.
Remarcó que no era momento para este incremento, pero al final pudo más el proceso electoral, eso fue lo que motivó esta decisión que afecta al sector productivo nacional a mediano y largo plazo.
Sin duda que este incremento que se autorizó sin tomar en cuenta la opinión del sector productivo, tiene fines electorales, pero provocará graves daños económicos, explicó.
Reiteró que desde la Coparmex nacional se pidió al gobierno federal que el alza este año fuera del 12.5 por ciento, “pero como suele ocurrir en esta administración federal no se les escuchó y al final quién pagará las consecuencias es el consumidor final, porque no se podrá evitar que se origine una alta inflación”.
Al final es una época electoral y se toman medidas con ese objetivo, “esto obedece a ese clima. Se pidió e intentó hablar en varias ocasiones tanto con legisladores como con los integrantes de la Comisión Nacional de los salarios mínimos para que no fuera del 20 por ciento, pero lamentablemente no se nos escuchó”.
Opinó que este tipo de aumentos pega mucho principalmente a las pequeñas y medianas empresas y también al consumidor final.
Juan Carlos Díaz señala que ahora siguen a la espera de que sí se les escuche con los temas de la disminución de la jornada laboral de 48 a 40 horas y del aumento a los días de aguinaldo.
Remarcó que no es momento de tomar esas medidas, pero habrá que esperar a que se les escuche en esta ocasión, “pero repito que la tónica de este gobierno es no tomar en cuenta al sector empresarial”.
Definitivamente en los últimos años este gobierno no escucha la voz del sector empresarial “y al final no hay forma de dialogar y eso es muy lamentable porque somos los que pagamos los impuestos y generamos los empleos y por ellos deberían de tomarse en cuenta”.
Resalta que cuando una empresa debe subir precios y más ahora con el dólar tan barato y con un aumento del 30 por ciento de las importaciones, “pues lo único que puede pasar es que las personas compraran productos de otros países y entonces se vendrán cierres o despidos de personal”.