El aumento al salario mínimo tiene que tener un equilibrio. Otorgar veinte por ciento de incremento sería perjudicial para el funcionamiento de las empresas, porque debe ser acorde a la capacidad económica de las empresas y a las cifras de inflación, explicó Miguel Hernández Díaz, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).
Sobre este tema, Miguel Hernández comenta que la propuesta de aumento al salario mínimo de 12 por ciento o 24.89 pesos al día para el siguiente año, que hizo la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), debe ser analizada, “porque mi opinión es que cualquier alza que se otorgue debe ser equilibrada”.
El empresario veracruzano expuso que la decisión que tome el gobierno federal al respecto debe ser en consenso con el sector empresarial.
Resalta que se vive una época en la cual la inflación va cediendo lo que significa que se recupera el poder adquisitivo, “sin embargo, si nosotros como país aumentamos los salarios mínimos tendríamos una repercusión que a lo mejor no impacte a corto, pero si a mediano plazo”.
Como empresario, reiteró que debe haber siempre un equilibrio, “porque lo que queremos que quede claro es que no estamos en contra de que haya un aumento salarial, sino que debe adaptarse a las condiciones económicas del país y de cada región”.
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Indica que otorgar un aumento del 20 por ciento no es algo que sea bueno para la industria, podría acordarse un poco menos, pero que sea bueno para las dos partes.
Miguel Hernández reconoció que la industria es un sector que otorga salarios por encima del salario mínimo, “los que se afectan son los que pagan el mínimo como es el gobierno o los pequeños negocios”.
DETONANTE
Por su parte, Jesús Castañeda Nevárez, presidente de Empresas SOS, A.C., expone que el salario mínimo debe aumentar, pero también deben mejorar las condiciones que favorezcan el crecimiento saludable de las empresas, “entendemos que es justo y necesario que los trabajadores tengan mejores salarios, pero debe hacerse con equilibrio y no como una ocurrencia”.
Y es que, expuso que si bien la economía de México vive su mejor momento pospandemia y hay mejoría económica, “eso no significa que las empresas estén en condiciones de elevar de golpe un 20 por el salario mínimo”.
Explica que las empresas han pasado este año un proceso inflacionario complicado lo que ha golpeado a las clases más desprotegidas, como ocurre siempre.
Expone que el alto incremento al salario mínimo que se dio este año del 20 por ciento “se quiere pensar que fue un detonante para una mejoría en la economía familiar, no fue así porque la inflación fue difícil, así que el tema salarial no fue un detonante del desarrollo económico”.
Remarca que urge hacer un eslabonamiento de esfuerzos en el cual la parte del gobierno es darle a las empresas certeza jurídica y dar las facilidades en cuanto a los trámites que se tienen que solventar para que se creen nuevas empresas.
Lo que tiene que hacer el gobierno es evitar que las empresas sufren el acoso de entes que han abusado de su posición, como es el caso del SAT, entre otros.
Como se crecerá no es aumentando el salario mínimo, sino estableciendo condiciones que favorezcan el crecimiento saludable de las empresas, “por lo demás entendemos que es justo y necesario que los trabajadores tengan mejores salarios, pero también entendiendo que se no se pueden disparar arbitrariamente sino que debe corresponder a un equilibrio del ecosistema económico. Es decir se debe aumentar la productividad, salarios y utilidades de empresas y calidad de vida de las familias que tienen un empleo.