La presidenta estatal del Consejo Nacional de Sociedades y Unidades con Campesinos y Colonos, Aurora María García Amaro, revela que, en México y Veracruz, de cada 10 personas con derecho sobre la tierra menos de tres son mujeres.
“Al no ser propietarias de la tierra no pueden recibir apoyos de programas de equipamiento o infraestructura, tampoco créditos o apoyos económicos por pagos servicios ambientales y sin embargo son las mujeres indígenas las que enfrenan las peores condiciones y expectativas de vida y tienen menos opciones de desarrollo”.
Señala que es en el campo donde las mujeres rurales tienen poco acceso a los servicios de salud, pues solo 13 de cada 100 tienen cobertura de salud y dos de cada tres muertes maternas que carecieron de atención médica ocurrieron en localidades rurales.
En conferencia de prensa con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, organizaciones campesinas, condenan el proceso de desmantelamiento de las instituciones, la reducción y presupuestos destinados al desarrollo de la mujer y desaparición de programas como las casas de apoyo de mujeres golpeadas, los programas de impulso productivo a la mujer rural y la desaparición de estancias infantiles que apoyaban a las mujeres trabajadoras en el sector urbano”.
Asimismo, el desmantelamiento del sistema de apoyo para el campo, que ha hecho menos redituable la actividad económica rural y que tendrá como consecuencia el incremento de la marginación y pobreza debido a la caída de producción.
Las mujeres exigen la erradicación de la violencia contra las mujeres y demandaron justicia social; el reconocimiento de la mujer campesina en la construcción del país y desarrollo integral sustentable de pueblos y comunidades rurales e indígenas.
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Lo anterior al señalar que en el país hay 15 millones mujeres rurales que representan la cuarta parte de las mujeres, el 11.7 de la población total del país y el 34 por ciento de la fuerza laboral y responsable de más del 50 por ciento de la producción de alimentos en México.
“Para la mujer vivir en localidades rurales significa tener menores oportunidades de desarrollo económico, acceso a la salud, vivienda digna, porque los niveles de marginación y pobreza en el campo inciden en la calidad de vida de mujeres rurales a quienes les toca administrar la pobreza familiar”.
Señala que en México, las mujeres rurales que viven en comunidades rurales e indígenas no tienen acceso a la seguridad social por su trabajo en el campo, y además de las actividades domésticas como la crianza de los niños y el sostenimiento de las actividades cotidianas del hogar, realizan trabajos en la producción agropecuaria y forestal como la producción ganadera, el cultivo de la tierra, pesca, y agricultura sin que reciban ingreso por ello ya que gran parte de este trabajo es considerado como ayuda familiar no remunerada.
“La expresión más dramática de la desigualdad es en el campo, donde miles de mujeres sufren violencia familiar, pobreza, marginación y ausencia de oportunidades, en donde las mujeres mayores de 15 años solo logran estudiar un promedio de 6.6 años, aunque el promedio nacional es de 9 años”.