Xalapa, Ver.- Antes de formar parte del cuerpo de Bomberos, Marleny Berenice Rojo García fue socorrista en la Cruz Roja, pues sus padres le inculcaron en su formación la ayuda humanitaria, lo mismo repartían café y pan en los hospitales, que ropa en diversas comunidades. Ahora su madre, Macrina García, colecta tapas de plástico y otros materiales que después donan a diversas instituciones.
La joven de 29 años, siente una gran satisfacción al poder ayudar a las personas, sin embargo, también se ha sentido muy afectada, incluso culpable cuando en el operativo se les muere una persona, como sucedió un seis de enero cuando en un incendio en la colonia El Porvenir falleció una pequeña sordomuda, lo que la obligó a tomar terapia en solitario, porque ha habido ocasiones en que deben tomarla en grupo.
Asimismo le agrada participar en las charlas que dan en escuelas, donde hacen énfasis en la prevención, pero donde también inculcan el cariño y el respeto hacia los bomberos, y de cuyas pláticas salen voluntarios, hombres y mujeres que llegan a prestar un servicio social y donde algunos encuentran su vocación, como es su caso.
En septiembre de 2015 llegó al cuerpo de Bomberos como voluntaria, junto con otras mujeres, hoy ella es la única en el trabajo operativo donde actualmente labora 24 horas por 24 de descanso y donde comparte el trabajo con siete varones.
Ya siendo parte de esta institución, los fines de semana estudió la carrera de Criminología y Criminalística, en la cual cursó la materia de incendios y explosivos y realizó una investigación en ese tema para unificar criterios en la estación local.
Como su padre Guillermo Rojo es paramédico de la Cruz Roja y su madre Macrina García, trabajadora social, ha tenido todo su apoyo para desarrollar su trabajo y asistir a los cursos de capacitación donde ha tenido la oportunidad de certificarse en la Norma 00.02, donde tres mujeres veracruzanas obtuvieron los primeros lugares. En Tizayuca, Hidalgo las evaluaron en extinción de incendios, así como en búsqueda y rescate, entre otros temas.
Ver a muchas bomberas de todo el país en los cursos le ha emocionado mucho porque comparte con ellas afinidades, aunque le han comentado que sí han sufrido discriminación y actos de misoginia, lo que ella no, por lo cual se siente agradecida.
Trabajo inclusivo
Actualmente ya es bien visto que una mujer sea bombera, aunque aún hay personas que la ven menos y piden ser atendidas por un bombero; incluso le han llegado a llamar “chico” o le hacen comentarios como “tu marido ya no tendrá que cambiar el tanque de gas”.
Al interior de la estación, rodeada de varones, Marleny Berenice se ha sentido respetada, valorada y apoyada; de ellos ha recibido muchas enseñanzas y le han dado la confianza de hacer las cosas.
Le enseñan a manejar, a mover el camión y qué tipo de llaves debe utilizar para ayudar en los casos de personas atrapadas en su automóvil en algún accidente, lo que les fortalece como equipo para brindar un mejor servicio a la comunidad.