Seguro te has tomado una taza de café humeante en una tarde nublada. O quizá en un día soleado y caluroso. No importa el momento sino el sabor y el aroma que desprende esa bebida deliciosa… pero ¿te has preguntado qué proceso pasa el grano del café para llegar a tu mesa?
Aquí te explicamos lo que ocurre antes de ese disfrute.
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El cafeto es una planta que en estado salvaje puede llegar a los 10 metros, pero que los productores solo dejan crecer alrededor de 2 o 3 metros, y esta produce unas semillas que son colectadas para producir esta bebida. No obstante, esta planta empieza a producir café idóneo a partir de los 3 o 4 años, por lo que se empieza a recoger la semilla cuando tiene un color rojo o amarillo.
Y si el productor tiene muchos cafetos debe tener a mucha gente que le ayude, pues el corte debe ser máximo de dos semanas, ya que pasado el tiempo se puede secar la semilla y no servirá para el siguiente proceso. Además no se pueden mezclar semillas malas y buenas porque eso hará que el sabor no sea agradable y tú lo sabrás de inmediato.
El LAVADO Y SECADO
Después de recibir todos los kilos del producto se le debe quitar la pulpa o el recubrimiento que los protege, y es allí donde aparece esta semilla característica que hemos visto tantas veces en las cafeterías o en las envolturas, pero, ojo, es color blancuzca y así no sirve. Se debe lavar completamente para que se le quite todo resto de pulpa. Incluso hay máquinas especiales con agua para este proceso de lavado que “zarandean” las semillas para tener un producto más limpio.
Después se colectan y entran al proceso de fermentación en contenedores exclusivos para eso, donde permanecen de 6 a 12 horas las semillas. Luego se vuelven a lavar. Y es importante mencionar que el café debe estar libre de impurezas para que su calidad no disminuya.
Después viene el secado, un proceso que muchos consideran vital, pues con el sol las semillas empiezan a tener un color verde oliva. Por supuesto, me refiero a un proceso más artesanal, porque no todos secan el café al sol. Muchos usan “secadoras artificiales” para quitarle toda la humedad; pero en resumen las semillas se colocan en superficies como “tapetes” y se voltean entre 3 y 4 horas, durante 5 días.
TOSTADO
Estas semillas así pueden comerciarse a altos precios, pero de forma convencional la gente prosigue con el tostado, que es el toque final a nuestra aromática taza de café. Los productores pueden hacerlos en hornos grandes o de formas más pequeñas, como bandejas o incluso estufas o pequeñas máquinas de cafeterías. El cielo es el límite para este proceso.
Ahora, ¿podrías diferenciar si el café que tomas todos los días es tostado fuerte o tostado ligero?
Fácil, un café muy negro y fuerte es el “tueste oscuro”, el cual es más amargo y puede tener algo de acidez. Quizá necesites más azúcar si lo tomas dulce. El “tueste claro” tiene una acidez más pronunciada y tiene un aroma “más natural”. Si estás acostumbrado al café de oficina negro y potente, quizá esta no sea tu opción pues verás una taza más ligera y que no siempre llega a una tonalidad oscura. Y por último, el “tueste medio oscuro”, que tiene una acidez baja y más cercano a lo amargo. Es el más preferido por muchos que no quieren andar “muy despiertos” por la cafeína.
Ahora te invitamos a que cuando tomes la siguiente taza de café, pienses en todo el proceso que ha seguido esta bella semilla y disfrutes todas sus variantes con y sin azúcar, y si quieres también con un pan, ¿porqué, no?