Desde hace más de 30 años, Orencio Jarvio Pérez se dedica a la siembra y cuidado de orquídeas, vicio que adquirió para deshacerse de otro: el alcoholismo que padecía y que superó gracias a su amor por las plantas.
Desde entonces se ha dedicado a aprender sobre las clases de orquídeas que existen en la región, ha promovido su conservación y eventualmente vende alguna de las plantas que tiene repetidas aunque la mayoría de las veces prefiere intercambiarlas con otros conocedores.
“Desde entonces no me he aburrido, las cultivo en casa y voy intercambiando (…) no las he contado pero entre los híbridos y las variedades calculo que deben ser unas 300 las que tengo”, dijo.
Jarvio Pérez dio a conocer que aunque a todas les dedica el mismo cuidado y cariño, tiene sus consentidas, sobre todo las de la especie catleya, que para él son las “reinas de las orquídeas”.
Precisó que se trata de plantas muy llamativas pero que también son muy costosas, ya que una planta de cuatro bulbos puede superar los mil 300 pesos. “Son de un color matizado, muy raros y llamativos, pero son muy caras”, reconoció.
Aunque es fundador de varios grupos, hoy el originario de la localidad El Grande en el municipio de Coatepec participa de un grupo que cada viernes se reúne en el parque Doña Falla para hablar sobre el cuidado de las orquídeas, pero también para llevar a cabo tareas de reforestación e incluso convivir entre los más de 20 integrantes.
“En este grupo llevo tres años pero antes fui fundador de un grupo en el Jardín Botánico Clavijero; en 1987 tuvimos una primera reunión e incluso muchos de los miembros ya fallecieron pero yo sigo dando guerra”, indicó.
Al mismo grupo pertenece Consuelo Vázquez, quien desde hace cuatro años asiste viernes con viernes a intercambiar información sobre el cuidado de las orquídeas, planta a la que tiene mucho amor “desde chica”.
Contó que aunque existen muchas variedades, ella se ha dedicado a cultivar los géneros cymbidium y catleyas, de las que tiene más de 50 plantas.
Consuelo Vázquez aseguró que no se trata de “tener mano” o de “saberle” para tener en sus casas estas plantas, sino que la clave es la dedicación, paciencia y el amor que se les dé. “Hay que tratar bonito a la planta, hay que platicarles, chulearlas y quererlas, porque ante todo son seres vivientes”.
El grupo de aficionados a las orquídeas se reúne cada viernes en las instalaciones del parque Doña Falla a las 12 del día y están abiertos a la incorporación de nuevos integrantes; el único requisito es ser amante de estas especies.
