Como urgente describen estudiosos de Ciencias Atmosféricas la inversión en tecnología, cooperación y educación para reducir el impacto de los desastres climáticos.
En el caso de la meteorología en México y Veracruz, para mejorar la predicción dicen necesitar modelos basados en inteligencia artificial para analizar patrones, así como supercomputadoras.
Los equipos de cómputo deben tener la capacidad de procesamiento para simulaciones meteorológicas más detalladas; otro requerimiento es el de sensores y satélites avanzados, pues faltan redes de monitoreo global para obtener datos en tiempo real, explican.
A los desafíos que enfrenta la meteorología para realizar su labor suman la educación para fortalecer la concientización y preparación en todos los niveles, desde los gobiernos hasta los ciudadanos.
Daniel Barragán Cadena, integrante de la comunidad de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Veracruzana, reitera que la meteorología enfrenta limitantes sin precedentes.
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“El cambio climático está intensificando los fenómenos meteorológicos extremos y, a medida que avanza, la meteorología enfrenta el reto de anticiparse a los fenómenos cada vez más frecuentes e impredecibles”, enfatiza.
Añade que hay incertidumbre en predicciones porque los modelos actuales encaran dificultades para prever fenómenos complejos.
Además, señala limitaciones en la infraestructura de medición, falta de radares, satélites y estaciones en muchas zonas críticas.
Se requiere también colaboración internacional
Otro punto es la escasez de datos en tiempo real; a raíz de que no se tiene una red de estaciones de observatorios hay dificultad para obtener datos precisos, implementar esos modelos y tener una predicción más cercana a lo que pudiera ocurrir, detalla.
En el caso de la educación, manifiesta la importancia de que la sociedad comprenda y reaccione de la manera más adecuada a los planes de contingencia y alertamientos por fenómenos extremos.
En comunicación y conciencia pública también se refiere a las alertas tempranas, pues “deben ser claras, efectivas, comprensibles y accesibles para toda la población”. Puntualiza que sí hay ejemplos exitosos, como los programas de Estados Unidos.
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La colaboración internacional, subraya, también debe fortalecerse para intercambiar información y para la concientización de la urgencia del aumento de los fondos y recursos locales.
En conferencia del Centro Estatal de Meteorología de Veracruz, convocó a no desestimar los fenómenos meteorológicos extremos, visibles para todos y con la lamentable pérdida de vidas.
Enumeró las olas de calor más largas y severas, con afectaciones a personas y ecosistemas, lo mismo que las olas de fríos, lluvias torrenciales e inundaciones, pues la atmósfera retiene más humedad, generando lluvias más intensas y eventos de inundación.
Nombró a los huracanes y ciclones con mayor intensidad y frecuencia debido al calentamiento de los océanos, así como las sequías, periodos prolongados de tiempo seco causado por la falta de lluvia, lo que produce escasez de agua.
La científica Gabriela Díaz Félix, también de la comunidad de la Universidad Veracruzana, señala otra necesidad.
Opina que debe haber un mayor monitoreo con vuelos de reconocimiento para los ciclones tropicales. Otro punto es la creación de políticas públicas que permitan una adecuada gestión integral de riesgo.
El estado de Veracruz, anota, es susceptible al impacto de ciclones tropicales por lo cual es momento de actualizar los sistemas de gestión de riesgo y prevención de desastres.
Advierte que la entidad no está exenta de fenómenos como los huracanes de rápida intensificación, con impacto en la zona de costas.
