Emiliano Zapata, Ver.- Primero la sequía y ahora el norte, por lo que sin lugar a dudas 2019 ha sido un año que no ha dado tregua a los productores de calabaza, pepino y maíz, entre otros productos que ven afectada su producción por los cambios en el temporal.
Productores refieren que ellos ya estaban acostumbrados a que había meses secos como era mayo y junio, pero a partir de julio y agosto empezaba a llover y sus cosechas comenzaban a recuperarse; sin embargo, ahora no ha sido así, pues la sequía se prolongó hasta el mes de agosto y fue apenas en septiembre cuando empezaron las precipitaciones.
Cuando empezaban a ver como el agua llegaba y sus plantas a ponerse frondosas se vienen los vientos que no solo afectaron las milpas, sino incluso arrancaron árboles desde la raíz en la zona de Emiliano Zapata.
Francisco Contreras Romero, productor de ese municipio refirió que la seca de este año fue “muy dura” y es que se prolongó por dos meses en la que francamente esperan esas precipitaciones para que la cosecha pueda reponerse.
Resaltó que los dos meses que más padecieron fue julio y agosto, ya que esos dos meses fue una seca como no se había presentado en otros años y fue tan severa que incluso los pastos para los animales se cavaron.
“Por esta zona se empezó a escasear el pasto para el ganado y empezaron a llevar pasto de las orillas de los arroyos o donde se llegaba a presentar una lluvia e incluso pedían permiso para cortar pasto en las zonas donde hay riego, porque las cosas fueron difíciles”, indicó.
MANANTIALES AYUDARON, PERO AUMENTARON COSTOS
Francisco Contreras Romero precisó que en la zona de Emiliano Zapata las cosas no fueron tan devastadoras como en otras comunidades o municipios, porque en muchos de los campos se tienen sistemas de riego o invernaderos que se surten del vital líquido de algunos manantiales.
Sin embargo, refirió que a pesar de que se implementó un sistema de riego este no fue suficiente para alcanzar la producción de otros años.
“La verdad es que como no llovía se perdió mucho, aquí nosotros sembramos, jitomate, calabaza y pepinos, pero no se dio la cosecha como en años donde hay lluvia”, refirió.
Expuso que si tuvieron producción este año, pero fue gracias al sistema de riego aunque resaltó que si se hubieran tenido lluvia no se hubiera encarecido tanto el producto, pues al tener lluvia se podrían haber ahorrado mucho dinero, pues al utilizar el sistema de riego obviamente emplean mayores recursos como es el gasto de la energía eléctrica.
Destacó que después de esos meses de seca han tenido lluvias, pero ahora llegó este viento que aunque no dañó por completo las plantas si les causó algunas afectaciones.
Mostró como la milpa fue “acostada” por el viento de ayer y como algunas otras plantas se vieron afectadas como es el caso de algunos pepinales y también algunas plantas de calabaza.
Caos similar se presentó en algunos otros sembradíos de la zona donde los productores no quisieron dar sus nombres ni que se les fotografía, pero hicieron hincapié en que 2019 ha sido un año malo para la producción de temporal.
Indicaron que antes los meses del año estaban bien definidos y sabían cuando sembrara y cuando cosechar, pero ahora todo está cambiado y aunque año con año hacen su esfuerzo por tener el dinero necesario para sembrar la realidad es que muchas de las veces pierden todo no recuperan ni siquiera lo que invirtieron.
Otros campesinos expresaron que de seguir esta situación tendrán que dejar la siembra de temporal e iniciar la tecnificación de sus campos, sin embargo, refieren que esto incrementa sus costos de producción.
Al recorrer parte de los campos de cultivo de Emiliano Zapata se puede ver también que hay algunas partes verdes y con producción, pero en algunos otros espacios se observa todo seco, esto debido a que si el dueño de la siembra no tuvo para invertir en riego simplemente sus cosechas se perdieron por la seca de este año.