Con el mensaje contundente: Tenga cuidado por quién vota, la Iglesia católica criticó que 216 de los candidatos que buscan una diputación federal únicamente cuentan con educación básica o, en su caso, no la terminaron.

Un artículo publicado por Alejandro Ortega Velázquez, colaborador de la Arquidiócesis de Xalapa en el Semanario Alégrate, con fecha de este 23 de mayo, señala que algunos hechos ponen en duda los procesos democráticos para elegir candidatos que aspiran a ser representantes ciudadanos en el poder legislativo y que serán quienes aprueben o rechacen las leyes estratégicas para la nación o decidan el presupuesto anual de todo el país.

El Semanario Alégrate es el órgano oficial de comunicación de la Arquidiócesis de Xalapa, mediante el cual cada semana se publican diferentes opiniones y artículos tanto religiosos como de interés social.

En este espacio de circulación local se puntualiza que en el actual proceso electoral 216 candidatos postulados por los 10 partidos nacionales que buscan una diputación federal sólo cuentan con educación básica o no la terminaron.

“Este dato proviene de la información curricular entregada por los partidos al Instituto Nacional Electoral (INE), aunque no se especifica cuántos de los 216 candidatos realizaron completos o dejaron truncos sus estudios de primaria”, expone.

Sin embargo, se manifiesta que en estas elecciones también compiten 61 candidatos con título de doctorado, casi cuatro veces menos que los de menor estudio.

En conjunto, las estadísticas de escolaridad señalan que la mayoría de candidatos tienen el nivel de licenciatura con 54%; educación media superior, 14%; maestría, 11%; educación básica, 3%; doctorado, 2.3%; especialidad, 1.7% y sin registro de estudios están 12% de los contendientes.

Se indica que la Constitución Política establece que cualquier mexicano de nacimiento, mayor de 21 años que no sea ministro de culto ni sentenciado por delitos graves, pueda acceder a una candidatura a diputado federal, sin la obligación de contar con algún tipo de estudios.

“Este derecho constitucional a ser votado para lograr cargos de elección popular, sin duda se contrapone a los derechos del ciudadano votante que demandarían que sus representantes populares den certeza y hagan lo correcto con lo que legislan”, exhibe.

Aunque no necesitan de un nivel mínimo de estudios, refiere el artículo, los candidatos que ganen la diputación serán los encargados de impulsar iniciativas de nuevas leyes, reformar la Constitución y aprobar las complejas cifras del presupuesto anual.

Manifiesta que en la actual Legislatura se han aprobado iniciativas como la Ley de la Industria Eléctrica, la Ley de Hidrocarburos y el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil y muchos de los diputados no tenían los conocimientos necesarios, pero votaron sin saber el perjuicio o beneficio de lo validado.

“La integración del próximo poder legislativo federal, como ha sucedido en el pasado no dependerá de la formación profesional de sus integrantes, de sus conocimientos legislativos sino de la simpatía de quien obtiene el voto. Tenga cuidado por quién vota”, agrega.