Veracruz, Ver.- Las cantinas tradicionales del puerto de Veracruz son espacios en donde se vive la algarabía jarocha, con música y ritmos tradicionales, así como con una muestra de gastronomía que surge de la región del Sotavento.
Sin embargo, ese vistazo al Veracruz de antaño ha sido menguado en las últimas décadas, debido a que la migración de la población que antes vivía en la zona del centro histórico fue provocando que estos lugares poco a poco fueran menos frecuentados por su clientela natural.
Cantinas tradicionales de Veracruz no eran sitios que fomentaran pérdida de valores
Y es que de acuerdo, Eduardo Flores Romero, promotor cultural independiente, en Veracruz las cantinas tradicionales no eran sitios que fomentaran las pérdidas de valores como podría pensarse, sino que se trataba de sitios en donde era propicio la conversación entre amigos, en un ambiente de fraterno y de tradiciones.
Eduardo Flores Romero describe que las cantinas fueron utilizadas por los jarochos cuando se planearon movimientos sociales de trascendencia, ya que eran los sitios en donde platicaban sus planes. Del mismo modo, eran lugares para la reflexión de intelectuales de la época, quienes se dejaban llevar por la camaradería y el ambiente amenizado por el son jarocho.
“La cantina tradicional en este puerto es un lugar para la conversación y la convivencia, las cantinas históricamente en Veracruz han sido lugares de reuniones de intelectuales y de creación de movimientos sociales, aquí se sentaban a tomarse su trago filósofos de la talla de Guillermo Héctor Rodríguez, un filósofo muy importante en el mundo, y Juan Vicente Melo, que es un escrito muy importante de Veracruz”, relata.
¿Cuántas cantinas tradicionales sobreviven en Veracruz?
De acuerdo con el integrante del colectivo La Bohemia, en la ciudad de Veracruz sobreviven a lo mucho 10 cantinas tradicionales, de las cuales solo cuatro podrían considerarse que han funcionado sin interrupciones.
Sus características físicas son puertas abatibles y barras donde es servida la bebida directamente por el cantinero, algunas de estas se encuentran en inmuebles históricos, como fue el caso de Barricas, que ocupa un edificio del siglo XVIII o la de Don Cuco del siglo XVII, ambos establecimientos ya cerrados.
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En muchos casos, los lugares que utilizaron cambiaron de giro o fueron incluso adquiridos como bienes públicos en donde ahora se establecieron recintos culturales que muestran la riqueza de los inmuebles históricos de dos o tres siglos de antigüedad.
“A partir del siglo XVII los edificios se comenzaron a usar como tiendas y como cantinas, de hecho en aquel entonces las tiendas se usaban también como cantinas, algunos de estos inmuebles siguen trabajando como cantinas y otras han cambiado de giro”.
¿Cuál es la cantina tradicional más antigua de Veracruz?
Según el especialista, la cantina tradicional veracruzana más antigua en pie, que conserva el nombre y el propietario, es La Nacional, ubicada en Velázquez de la Cadena y Nezahualcóyotl, en la colonia centro de esta ciudad.
Se trata de un negocio que data de 1934, su propietario es conocido como Don Manolo y ha externado su preocupación por mantener las tradiciones en su negocio.
Le sigue El Pénjamo, ubicada en la esquina de la avenida Venustiano Carranza y la calle Iturbide, también en la colonia Centro de este puerto. Al igual que La Nacional, en la puerta tiene grabado el año de su fundación, que en este caso fue 1940.
El especialista narra que las cantinas veracruzanas ofrecen coctelería y tragos que son tradicionales de Veracruz, como es el caso del cóctel llamado Puerto Rico o los rones elaborados en Veracruz, así como pulques y toritos.
Otra peculiaridad son las botanas que sirven a sus parroquianos, algunas que no se encuentran en otros lugares, como era el caso de la Pizza Azteca.
“La cantina tradicional es donde se puede vivir la música veracruzana, la gastronomía veracruzana y el ambiente jarocho”.
“Desafortunadamente se está perdiendo y se está diluyendo, ahora tenemos muchos negocios que ofrecen bebidas, pero no tienen ninguna identidad, no tienen ningún arraigo con la ciudad, como las cantinas tradicionales”, agrega.
Eduardo Flores Romero, integrante del colectivo La Bohemia, afirma que hay un esfuerzo de algunos veracruzanos por invertir y reabrir cantinas tradicionales, que permitan dar alternativas distintas a los centros nocturnos y bares de reciente creación, que no ofrecen ningún tipo de identidad veracruzana.