Para evitar ser víctimas de la inseguridad, es cada vez más común que tanto en empresas como en viviendas se instalen cercas de protección, entre ellas, las electrificadas que eviten intromisiones en las propiedades. Sin embargo, algunas de estas barreras representan un riesgo para los ciudadanos porque se colocan a poca altura y ninguna autoridad regula su colocación.
Si bien la mayoría de los cercos con púas, picos y cristales y electrificadas, se instalan en bardas altas, que llegan a superar los dos metros, en algunos casos están a una altura que representa un peligro para peatones que podrían tocarlas por accidente.
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Pese al riesgo que puede implicar, instalar una cerca electrificada en los hogares no requiere de ningún permiso por parte de las autoridades de Protección Civil.
En un recorrido por varias zonas de Xalapa se puede observar que cada vez son más las familias, principalmente, en zonas residenciales y en establecimientos comerciales, las que han optado por colocar algún tipo de protección que va desde una reja sencilla, hasta poner en las bardas pedazos de cristales e incluso con alambre de púas reforzado.
En caso de negocios, planteles escolares o residencias optan por unas instalaciones o cercos más reforzados como son los electrificados. En este caso en los enrejados se coloca un aviso o letrero de advertencia para que las personas no los toquen y sepan del peligro que representan.
¿Cuáles son algunos tipos de cercas de seguridad y sus costos?
De acuerdo a los datos de los negocios especializados, instalar un cerco electrificado tiene un costo de 630 pesos el metro lineal. Al solicitar un presupuesto para una barda de 26 metros lineales se informa que tendrá un costo de 17 mil 750 pesos ya instalada.
Las distintas empresas que ofrecen el servicio exponen que es una forma de proteger el patrimonio y a la familia. Un cerco eléctrico puede incluir una alarma sonora que aleja a los ladrones y tiene un respaldo de energía de 72 horas. Estas vallas pueden ser de diferentes materiales, pero las más comunes son de alambre o aluminio, entre otros materiales.
En los comercios ofrecen cercos de diferentes tipos y costos. Los más sencillos son con una estructura de malla simple, fácil de instalar y que tiene una presentación estética
Pero quienes quieren tener una mayor seguridad también pueden comprar una cerca que esté preparada para que no se pueda escalar por parte de los delincuentes. Esta cuenta con una concertina, que es una tira de acero inoxidable con cuchillas filosas.
Su costo es variable porque va de acuerdo al tamaño y grosor de los materiales y es lo ideal para proteger el perímetro de una casa o negocio. Las vallas pueden llevar cuchillas, picos y estiletes para protegerla.
Los interesados también pueden optar por instalar una malla tubular. Existen varios diseños para dar una mayor seguridad al usar tubos de acero en distintos diámetros y grosores.
Para protegerse
Teresa Páez Rizo, quien en su vivienda en la colonia Ferrer Guardia, instaló un cerca electrificada, además de alambre de púas. Comenta que fue una decisión de la familia, porque en la calle en la que viven se dieron varios hurtos. “Antes de que nos pasara algo optamos por esta opción que sin duda creemos inhibe a los ladrones a meterse a nuestra casa”.
Asimismo, cuenta con una cámara de video en la parte superior del portón, porque no quieren arriesgarse a que un ladrón se meta a su casa y ponga en riesgo a los integrantes de su familia.
Dice que esta instalación ya tiene varios años y recuerda que cuando pidieron el presupuesto les pareció caro porque supera los 12 mil pesos en ese tiempo, “pero sin duda valió la pena porque consideramos que estamos más seguros ahora”, concluyó,
No hay reglamentos
Sobre este tema, Luis Sardina Salgado, director de Protección Civil municipal de Xalapa, explica que no hay un reglamento que prohíba o especifique la forma en que se deben instalar los cercos electrificados y de protección, dado que son colocados por empresas particulares que están capacitadas para hacerlo y que se aseguran de que no causen daños a las personas.
Dijo que las empresas que los instalan lo hacen conforme a un lineamiento o norma internacional que se refiere a cuestiones eléctricas en hogares u otros inmuebles.
Subraya que estas protecciones que se conectan a la electricidad de las mismas casas también pueden funcionan con baterías, pero eso es cuestión de quienes lo compran y los instalan y nunca ha habido algún problema porque está bien especificado su riesgo con un cartel que se coloca en la valla.
Estas protecciones, expone, que en un inicio se utilizaban en las cercas donde hay animales para evitar que se salieran, pero ahora por la inseguridad que hay algunas personas lo utilizan para proteger su vivienda o todo tipo de negocios como escuelas o universidades y no se tienen reglamentos en Protección Civil sobre el tema, dijo.
Son verdaderas fortalezas
Convertir en auténticas fortalezas las viviendas con la instalación de protecciones como vallas electrificadas, alambre de púas, filosos de cristal o malla ciclónica, es una medida que responde a la necesidad de las familias de protegerse de la delincuencia, pero faltan reglas para que no se conviertan en un peligro para peatones, coinciden vecinos de esta ciudad.
La instalación de barreras protectoras es cada vez más común en viviendas y establecimientos de toda índole de Xalapa. El objetivo es evitar ser víctima de la delincuencia.
El asunto es que las mallas de protección son más grandes y reforzadas. Algunas incluyen cercos eléctricos ante el temor de que ladrones se metan a las casas o negocios.
Alejandro Rodríguez García opina que entiende la razón de querer protegerse, pero habría que pedir a las autoridades que vigilen que en el caso de los cercos electrificados se regule, “porque finalmente es un riesgo para las personas cuando están muy abajo porque pueden tocarlos al distraerse y no ver el anuncio”.
Sería bueno que quien los quiera poner que lo haga, pero que sea con un reglamento que veo primero por los ciudadanos, como es en bardas con una altura de 2 metros, porque entonces nadie corre peligro, expuso.
Una vecina, Leticia Armenta Castro, de la calle Magnolias, en la zona del Dique, donde un particular colocó una malla electrificada a escasos metro y medio de altura, explica que si sus vecinos las colocaron fue para protegerse. “Tienen años esos cables y no sé qué haya sido un riesgo o que un peatón los haya tocado por accidente al pasar”.
Cuestionada sobre este tema, explica que es una medida drástica, pero positiva porque se adopta para evitar ser una víctima más de los constantes robos que ocurren en todas las colonias.
Dice que lamentablemente en esta zona de forma cotidiana se registran hechos delictivos como robos, principalmente, a los autos que se quedan estacionados por la noche, pero también se han dado en las viviendas.
En su opinión esas rejas que instalan si bien son peligrosas, por ello, se avisa a las personas que pasan por la calle con un anuncio que están electrificadas. “La verdad no lo veo mal, todo lo contrario es una forma de proteger nuestros bienes, propiedades y hasta a la familia”, dice.
Indica que cada familia tiene derecho a protegerse de acuerdo a sus posibilidades económicas “y si ellos pusieron estos alambres que dan toques es porque buscan una mayor seguridad y para que nadie se meta a su vivienda”.
Es cuestión de seguridad
Por su parte, Alberto Hernández Sayas expone que es por la inseguridad que hay en la ciudad que más familias colocan en sus bardas perimetrales que pueden contener desde cristales, alambre de púas o lo que sea necesario para protegerse.
Dice que es más común ver estos cercos en las zonas habitacionales de alto nivel, en escuelas, negocios y bodegas, porque es la forma de cuidar lo que uno tiene. “En mi casa colocamos una malla que hasta ahora ha sido suficiente para evitar que se metan, hay vecinos que no tienen y en algún momento sufrieron se les metieron para robarles”, dice.
Los cercos eléctricos, dice, son una medida drástica pero que se ve más comúnmente “y creo que nadie lo percibe como un peligro, sino como una forma de protección de los inmuebles y que lástima que son cada vez más comunes por la situación de inseguridad que hay en la ciudad. No importa dónde vivas, en todos los sitios hay casos de robos en las casas, así que no queda de otra que gastar en convertir en una fortaleza las viviendas”, concluyó.
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