Imagen satelital del pasado mes de febrero comprueba que el cerro de Macuiltépetl es una isla verde dentro de la mancha urbana de Xalapa que evita que el calentamiento global explote, sin embargo, presenta efectos adversos, informa el científico Jesús Grajales.
Desplazamiento de flora nativa, fragilidad y cambios en la estructura, diversidad biológica y equilibrio ecológico son solo algunos de los problemas identificados, expuso en conferencia organizada por la Dirección de Medio Ambiente.
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¿Cómo puede la población proteger al Macuiltépetl?
El biólogo invitó a la población a valorar y respetar esta área natural protegida (ANP), pues con acciones sencillas se puede contribuir a la conservación.
Además de recomendar a los visitantes no dejar basura, exhorta a quienes habitan en colonias cercanas y tienen perros o gatos que los cuiden y eviten que salgan de sus hogares y se trasladen al cerro, pues sus heces y orina causan serias alteraciones a la fauna.
Puntualiza que la presencia de perros y gatos provoca el desplazamiento de animales nativos; actualmente están identificadas 258 especies de aves y cuatro mamíferos: ardilla vientre rojo, tlacuache norteño, murciélagos frugívoros y cacomixtle norteño.
Jesús Grajales describe a este espacio como “un regulador de temperatura fundamental” y detalla que es un proveedor de servicios que beneficia a todos los xalapeños, así como a la flora y fauna. Además de regular la temperatura, los servicios ecosistémicos que el Macuiltépetl brinda son captación de agua, captura de carbono y conservación de biodiversidad y recursos.
También contribuye a la buena imagen urbana, a la salud física y mental, a la recreación y esparcimiento, a la formación de suelo, a la reserva de nutrientes y minerales.
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Ayuda al clima, a la calidad de aire, al ciclo del agua, a la erosión, filtración del agua, control de plagas, ciclo de polinizadores y a reducir el impacto de desastres naturales, pues los árboles amortiguan agua, lluvias y deslaves.
¿Macuiltépel es una montaña o volcán?
En breve historia, Jesús Grajales comparte que el Macuiltépetl es un volcán extinto que data de entre 50 mil y 80 mil años atrás, cuenta con 31 hectáreas de superficie y una elevación de mil 500-mil 586 metros sobre el nivel del mar.
Entre los datos destacables está que en sus alrededores hubo asentamiento totonaca, en 1816 funcionó como fuerte de vigía y luego vino la construcción de dos caminos al centro de la ciudad.
La obra sumaba en total 7 kilómetros con pendientes de 4 a 6 grados. En 1922 el sitio alcanzó tal impacto en el continente americano que una foto fue incluida en la revista Popular mechanics.
De acuerdo con el Departamento de Agroecología y Educación Ambiental del ayuntamiento de Xalapa, el espacio volcánico tuvo su primera reforestación en 1942, a cargo de estudiantes y profesores de la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”.
La segunda reforestación fue en 1977, para 1978 fue declarado Parque Ecológico y en 1981 ANP, con el fin de que no fuera arrasada por la mancha urbana.
El cerro es un caso de restauración que asemeja a un bosque de niebla primario, puntualiza Jesús Grajales, quien invita a realizar visitas guiadas, las cuales se pueden solicitar mediante oficio dirigido a la Dirección de Medio Ambiente.