La difusión de imágenes y réplicas de la virgen de Guadalupe elaboradas en China está poniendo en riesgo la iconografía original de uno de los símbolos más importante para millones de mexicanos asegura Luz del Carmen Blanco Cornejo, iconógrafa de la Arquidiócesis de Xalapa quien destaca que las figuras que son comercializadas en México ya presentan modificaciones importantes respecto a la virgen original.
Entrevistada en el marco de la celebración del 489 aniversario de las apariciones de la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, explica que detalles como la inclinación de la cabeza –en un ángulo que coincide con la de la tierra-, los tonos del color de la ropa que lleva ella o el ángel que la acompaña e incluso la postura de las manos juntas pero no cerradas ya no son conservados en las figuras que se comercializan todo México y a las que se les rinde culto.
EN RIESGO REPRESENTACIÓN COMO MEXICANA
Sentada en su taller junto a decenas de representaciones de la virgen de Guadalupe, destaca que uno de los detalles más riesgosos que se han modificado, es el tono de piel de la virgen de Guadalupe. Y es que, dice, en la representación original –que se conserva en la basílica- se puede observar a una virgen morena que coincide con la tez de la mayoría de los mexicanos; sin embargo, las representaciones orientales tienen piel clara.
Si lo dejamos así va a llegar un momento en el que María solo sea un recuerdo de lo que fue y finalmente la iconografía es importante porque te cuenta una historia precisa de un momento determinado no sólo del arte sino de la fe y de ahí lo riesgoso de seguir ocupando imágenes chinas
La especialista va más allá y reconoce que, de continuar con la irrupción de la mercancía proveniente de China se corre incluso el riesgo de que las nuevas generaciones de mexicanos no se sientan tan representados por una virgen que “no se parece a nosotros”. “No se va a dar ese clic instantáneo porque actualmente tú ves a María y te ves reflejado o reflejada en ella (…) esta es nuestra virgen porque desde que se aparece tenía la tez morena no de una mujer indígena pero tampoco de una española sino esta mezcla que somos, María es el resultado de un encuentro de culturas”, detalla.
Apunta que al irla alejando de su origen se podría convertir en una virgen más como las decenas que existen alrededor del mundo y que aunque podría mantenerse el culto a ella, este ya no sería por apropiación sino por fe. “Ya no va a ser tan atrayente como lo es para nosotros”, precisó.
La integrante de la de la Archicofradía Universal de la Virgen de Guadalupe añade que la irrupción de imágenes modificadas no solo se ha presentado en las casas sino incluso en iglesias y templos católicos en los que se compran estas réplicas debido al escaso presupuesto con el que se cuenta para el acondicionamiento.
Cuando ya no se tiene dinero pero se necesita las imágenes es que China da el paso al frente y te hace todo al por mayor. Nada más que no es tan complicado que lo haga otro país sino que la iconografía está cambiando
IMAGEN CARGADA DE SIMBOLISMOS
Con la representación de María de Guadalupe en la mano, la iconógrafa de la Arquidiócesis de Xalapa explica que la figura que se venera a nivel nacional tiene en su vientre una flor de cuatro pétalos que representa la conjunción del todopoder y que por el lugar en el que la porta implica el embarazo del todopoderoso. Además lleva una cinta arriba del vientre, tal y como se hacía desde épocas prehispánicas con las mujeres que estaban embarazadas en México. “Por eso se quedó la frase de que están en cinta, por esa acción de colocar una cinta arriba de la barriga”, explica.
Blanco Cornejo cuenta que incluso, los análisis de la imagen van más allá de lo que se observa a simple vista. Por ejemplo, dice, las estrellas que están colocadas en el manto color jade que porta María representan la colocación exacta que tuvo el cielo en el punto y hora en la que Juan Diego se presentó ante el obispo a dar a conocer la aparición.
Otro punto, dice, son los glifos que lleva en su vestido mismos que representan al cerro del Tepeyac y que parte de los análisis en torno a la guadalupana dan cuenta que si se pone la imagen con la cabeza viendo hacia el Golfo de México, las grafías coinciden de manera exacta con las montañas del país. “Todavía más, al colocar a María en esta posición, la flor de cuatro pétalos coincide con el Tepeyac que es el lugar en el que ella se aparece y en el que se queda”, sentencia.
La especialista, explica además que la Virgen está de pie con una de las rodillas flexionadas como un símbolo de que es una virgen caminante pero también danzante. Además está sostenida por un ángel que toca su manto y su túnica de forma que une tanto al cielo como a la tierra. “El angelito en realidad es un guerrero que pertenece al ejército del sol, listo para el llamado. Las alas las tiene en forma del pájaro que escucha Juan Diego cuando se le presenta nuestra señora y también tiene unas alas de águila que es un ave que en el asunto teológico representa lo más elevado”, precisa.
ARTE, FE Y UNIÓN SOCIAL
La especialista en arte sacro destaca que el icono de la virgen en su representación original constituye un símbolo desde la fe, desde el arte y desde lo social. Recuerda que en este último parámetro, la imagen de María de Guadalupe ha sido rescatado en las diferentes etapas de México y que esto le da un peso social importante.
Aunque sin duda el peso más importante es la devoción, es decir, la gente deja todo por ir el 12 de diciembre hasta su santuario y además la manera en la que el mexicano se entrega con ella ha sido incluso tema de estudio. La emperatriz de las Américas es además nuestra Santa Patrona nacional
Considerado como el lugar con mayor fe hacia María de Guadalupe, México es incluso un país “más guadalupano que católico” apunta Blanco Cornejo al apropiarse de la frase del papa Juan Pablo II y reitera que se trata de un símbolo de unión y de fe, al punto de que sea considerada “la madre de todos”. “Por eso nos sentimos cuidados y arropados por ella (…) la hemos acogido y ella ha acogido a México y en general a América”, dice.
Destaca que en Xalapa, el santuario guadalupano de El Dique, en el tradicional barrio, constituye el punto máximo del fervor guadalupano porque es ahí en donde se concentra la mayor cantidad de peregrinos no solo del estado sino de la región. Es en este punto, dice, donde se puede observar la réplica más exacta de la imagen de Santa María de Guadalupe en la que se mantiene la simbología original de la aparición que tuvo Juan Diego en el cerro del Tepeyac.