Los casos de rabia paralítica bovina o derriengue están presentes en todo el estado y pueden prevenirse por medio de la vacunación, dice Luis Gracia, ganadero de la zona sur e integrante de la Unión Ganadera Regional de la Zona Centro.
Señala que en zonas como la de Los Tuxtlas hay mucha población de murciélagos que pueden propagar la enfermedad, en caso de ser portadores del virus. Actualmente los casos más sonados son en la Huasteca, entre los estados de Veracruz, Tamaulipas y San Luis Potosí.
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Diariamente, precisa, en potreros se ven reses, caballos, borregos y búfalos con mordedura de murciélagos, sin que lleguen a infectarse, pues no todos los quirópteros portan el virus. Además, sostiene que hay ganaderos que aprovechan la carne de reses infectadas para venderla, sin considerar posibles riesgos a la salud de los consumidores.
Cada semoviente que muere por derriengue debe ser manipulado con mucho cuidado para ser incinerado, además de que los restos son enterrados como medida preventiva.
El ganadero también señala que la Sedarpa y la Sader apoyan con campañas de vacunación, que suelen ser insuficientes para atender el número total de cabezas de ganado que hay en la entidad.
De acuerdo con un reporte de la Subsecretaría de Ganadería y Pesca, hasta junio de este año se estimaba que en la entidad se tenían 6 millones de cabezas de ganado distribuidas en 189 mil unidades de producción pecuaria, con 150 mil ganaderos aproximadamente.
Las vacunas pueden encontrarse en el mercado en unos 200 pesos aproximadamente con 10 dosis y su aplicación debe ser con cuidados extremos, pues en caso de ser expuestas a temperaturas extremas su sustancia activa pierde efecto.
Por lo anterior, agrega, posiblemente las reses quedan expuestas a la infección, pues no todos los ganaderos tienen la cultura de vacunar a sus animales, posiblemente por desidia o por lo lejos de las rancherías o comunidades de los sitios en donde pueden adquirir los biológicos.
¿Carne contaminada con derriengue es peligrosa?
Médicos de la Secretaría de Salud señalan que la carne de vaca contaminada por derriengue no se transmite al humano, pues basta con exponerla al calor o fuego durante su preparación para dejar inactivo al virus. Sin embargo, la leche no pasteurizada o procesada sí expone al contagio, por lo que es necesario exigir el consumo de alimentos de origen animal totalmente sanos.
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Al respecto, se buscó la versión oficial de la Sedarpa y de la Sader, sin que se haya obtenido respuesta a causa del periodo vacacional.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), a nivel nacional el derriengue tiene presencia y está bajo control en Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Morelos, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nuevo León, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Nuevo León y Zacatecas.
La zona endémica de la rabia paralítica se define por la distribución de casos positivos a rabia, la presencia de murciélagos hematófagos y las condiciones ambientales, según la Senasica.
Además, los estados de la república en donde existe mayor número de prevalencia son los que están ubicados en zonas tropicales y subtropicales, como el caso de Veracruz, pues son el hábitat natural del murciélago hematófago.
Las medidas recomendadas por el Senasica para el control de la rabia en especies ganaderas son el control de colonias de murciélagos hematófagos y la vacunación de los hatos ganaderos.