Boca del Río, Ver.- Artesanas veracruzanas se ven afectadas por el robo de sus diseños que son tomados y producidos en serie para ser vendidos en supermercados, boutiques y redes sociales, afirma Estela Sánchez Tzompaxtle, artesana de Tlaquilpa.
En su caso realiza piezas en lana que es producida por ella misma, además de que las piezas que realiza las elabora a mano con diseños originales, como otros pobladores de su zona. Sin embargo, señala que sus creaciones muchas veces son copiadas por otros productores, principalmente extranjeros, que los adaptan a modelos "modernos" para venderlos.
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"A veces dicen que la lana pica y por eso es que prefieren otras cosas, pero sí nos vemos muy afectados porque ya no se venden las piezas como antes, pero ahora la gente va a los supermercados y encuentran modelos como los nuestros pero de algodón, más baratos y eso nos afecta. Digamos que vienen a robarnos nuestra idea y a producirlo a más bajo costo", platica.
Estela Sánchez, quien pertenece a una familia con una larga tradición en la elaboración de ropa artesanal, lamenta que no exista interés de la población mexicana para valorar las artesanías, pero además hay desdén de las autoridades para proteger la obra intelectual de los pueblos originarios.
¿Cómo afecta la reventa a artesanas?
Y es que afirma que no sólo son vulnerables a los grandes productores de ropa, sino que en el ámbito local hay quienes buscan que les vendan a bajo costo, para revender a precios elevados. "Aquí vienen, te regatean y resulta que la usan para vender en redes sociales a precios más altos y ya no podemos hacer nada, es algo que a muchos artesanos nos da coraje que pase eso", relata.
La artesana dice que actualmente las leyes y apoyos para proteger la propiedad intelectual entre los pueblos originarios es ambigua, ya que además del robo con fines de lucro para venta de mercancía, han existido casos en los que les compran sus piezas para presentarlas en exposiciones y concursos.
Estela Sánchez recomienda a la población dar valor a las artesanías de productores mexicanos, pues además de calidad detrás de cada pieza hay ingenio, tiempo y dedicación y una familia que necesita cubrir sus necesidades básicas.
En su caso, detalla que cuenta con prendas como rebozos que tienen precios promedios de mil pesos, así como bufandas de 300 y 500 pesos, estos con la garantía de que serán piezas que perduren hasta por 5 cinco años a más mientras que las imitaciones tendrán una duración de meses o un año.