María Elena Sayago Aguilar es la segunda generación de mujeres de su familia que se dedican en cuerpo y alma a la alfarería; sus manos crean innumerables figuras de barro que son parte de la tradición cultural y económica de la comunidad San Miguel Aguasuelos, del municipio de Naolinco.
La joven veracruzana muestra su gran orgullo por la labor artesanal que realiza; llegó a Xalapa a comercializar todo su trabajo que explica todo es manual y no utiliza ningún tipo de molde.
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¿Cómo se hacen las piezas de barro?
Cada una de las figuras que elabora es horneada en un horno de leña; utiliza barro natural que traen desde el pueblo de Tecuan, en Tepetates, muy cerca de Aguasuelos.
Orgullosa de la tradición de su pueblo y familia muestra cada una de las figuras que elabora; ella amasa el barro para darle forma de macetas, porta velas, llaves e incienso, alcancías, móviles, cajitas de regalo, nacimientos, cruces, lámparas y alhajeros, entre otros.
Explica que cada una de sus figuras las crea con amor a su tradición cultural, por ello acude a los sitios de venta con optimismo porque la gente siempre se detiene a observar su arte.
Ella aprendió a amasar sus primeras figuras de barro viendo a su mamá; “en mi caso apenas somos dos generaciones las que elaboramos estas vasijas y figuras de barros, pero tengo amigas que desde sus bisabuelas, abuelas y madres ya lo hacían”.
Lo que sí sabe, expresa es que las piezas o figuras van cambiando de generación en generación, anteriormente hacía tinajas, cántaros y muchas piezas grandes para almacenar cosas y ahora se dedican a figuras más artísticas, pero en pequeño.
Ella hace figuras de varios tamaños y precios, la más accesible son figuritas de animales: gatos, perros, tortugas, borregos y puercos, desde cinco pesos. Tiene dijes desde 50 pesos.
A esta venta en Xalapa trae hermosos floreros de 170 pesos que le gustan mucho a las familias porque se pueden utilizar en el hogar, además móviles de 150 “hacemos jarochas que se venden en más de 500 pesos”.
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De la historia de su pueblo, dice que no sabe mucho de cómo surgió esta tradición, “pero yo lo hago con mucho amor y porque es mi fuente de ingresos”.
Explica que expone su trabajo en su pueblo San Miguel Aguasuelos, en el atrio de Naolinco y en distintas exposiciones “y me da mucho orgullo que a la gente les gustan nuestras figuras y siempre nos compran alguna figura porque son ideales para tenerlas en el hogar”.