Martha, sobreviviente de feminicidio en grado de tentativa, no ha terminado la batalla que inició hace casi tres años. Y es que, además de tener que luchar contra su agresor que intentó asesinarla, la Fiscalía ha sido desde entonces otro “pandemonio”, dice.
Las funcionarias de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia Contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños y Trata de Personas se han convertido hasta en sus enemigas, lamenta. Y es que ahí mismo le cambiaron el delito de tentativa de feminicidio a violencia familiar.
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¿Cómo es un caso de tentativa de feminicidio?
Desde los hechos que vivió en diciembre de 2019 en la comunidad El Zapotal, municipio de Acajete, donde estuvo a punto de ser asfixiada por uno de sus conocidos y por lo que recurrió a interponer la denuncia, se ha encontrado con malos tratos y nula sensibilidad.
“Me gusta más decir que soy sobreviviente porque nos costó mucho trabajo llegar a este momento y poder vivir para contarlo y representar a compañeras que no lo lograron y a otras con las que estamos luchando dentro de la colectiva. Soy una víctima incómoda, se puede decir, porque no me quedé callada”.
Ayer acudió junto con las integrantes de la Colectiva de Sobrevivientes de Feminicidio a la Fiscalía Especializada; lo que la hace seguir levantando la voz es que está casi segura de que hay otras mujeres con intención de denunciar algún tipo de violencia y no tienen la atención que merecen por parte de las instituciones.
“No critico por criticar, yo lo que quiero es que mejoren las cosas y que pueda haber aquí una eficiencia en los procesos de todas las instancias que están para defendernos a las mujeres y representarnos y no acaben siendo otros enemigos a vencer”.
El 22 de noviembre, un juez de Veracruz avaló la reclasificación de un delito de intento de feminicidio a violencia familiar por lo que su agresor Jorge “N” recuperó su libertad.
Su caso está detenido, entre la pandemia por Covid-19 y trabas de las propias instituciones, desde hace casi tres años está en espera de un juicio y cada vez que se cita para una audiencia, se cancela o se retrasa.
“A partir de que yo di mi declaración aquí, todo estuvo mal, mis testigos. Les caí mal por un detalle de que la policía se vino detrás de mí con el agresor porque no sabían a dónde ir, cosa que yo no tenía la culpa y entonces aquí me regañaron que por qué me había traído la policía, y cuando dije ‘yo no me lo traje, se vinieron atrás de mí porque no sabían a dónde ir’; de ahí en adelante fue así como la señora incómoda”.
¿Qué pasó después que hizo su declaración ante las autoridades?
Recuerda que después de eso pudo dar su declaración, con la gente de la fiscalía a su alrededor jugando y ella todavía mojada porque era un día lluvioso “y me estaban ahorcando tirada en el suelo mojado”.
Aunque se dice cansada de este caminar que le está llevando años y la ineficacia de las instituciones que deberían protegerla a ella y las mujeres que pasan por lo mismo, no pierde la confianza en que podrá retomar su vida.
Recuerda que actualmente está trabajando con cooperativas de mujeres y antes de esto ya tenía un trabajo de empoderamiento de las mujeres en la zona rural en donde vive; el ser sobreviviente en lucha, la está desviando de su intención de vivir.
“Ya tengo 61 años y entonces yo quiero hacer lo que quiero, pero también entiendo la importancia que tiene estar aquí presente hoy por mí y por todas las que pueden venir detrás de mí. Yo tengo hijos, tengo nietos, tengo una familia normal, pero también tengo conciencia y sé que, si no nos movemos, si no hacemos algo, todo va a seguir igual y nada va a cambiar y por eso estamos aquí”.
El jueves pasado, tenía una audiencia que se difirió al próximo miércoles 20 a las 10 de la mañana que espera que esta vez sí se pueda llevar a cabo.
El llamado es al gobernador Cuitláhuac García Jiménez y la fiscal general del estado, Verónica Hernández Giadáns para ser escuchadas y atendidas porque es necesario que se cambien y mejoren las cosas dentro de la Fiscalía Especializada donde las funcionarias, denunció, también son violentadas.
“Las mujeres de la Fiscalía también son violentadas, las fiscales también trabajan dobles turnos, duermen tiradas en el sueño en un cartoncito porque hay muy poco personal. Yo pido que me atiendan bien, pero estas mujeres están también siendo violentadas por el sistema entonces también las entiendo y sí siento que es algo que se debe considerar”.