/ jueves 10 de mayo de 2018

Con $700 a la semana, madres luchan por sus hijos; quieren darles lo mejor

Trabajar para brindarles una mejor calidad de vida o quedarse en casa a cuidarlos, el dilema de muchas de ellas

Xalapa, Ver.- —Buenas noches…

—Cien de magna por favor.

¿Cien de magna?

—Sí.

—Claro que sí... Marcador en ceros...

Berenice toma la manguera con familiaridad, abre el tanque del coche y comienza a cargar el combustible, se acerca al conductor y le ofrece limpiar el parabrisas, checar las llantas...

¿Algún aditivo?

—No, gracias

Servido señor, cien de magna... Desea ticket... Gracias…

Instintivamente saca el dinero y acomoda el billete en la denominación correspondiente, un rasgo que ha aprendido en los poco más de seis meses que lleva trabajando en la gasolinera ubicada en la Mártires 28 de Agosto, en Xalapa.

“No tengo horario fijo, como me puede tocar en la mañana, en la tarde o en el horario de la noche; nos van rotando”, dice Berenice Barradas Lobato un tanto nerviosa, al tiempo que observa que ha llegado otro cliente.

Mientras despacha a un señor de una vieja Ford blanca, Berenice platica que tiene dos hijos, niña y niño, “la parejita”; “ahora sí que por ellos es que trabaja uno, la necesidad y para cambiar de aires. Antes trabaja en una tienda de ropa, pero no me alcanzaba; ahorita estoy viviendo con mi mamá, en Jardines de Xalapa, mientras yo me vengo a trabajar aquí ella me los cuida”.

Poco a poco sus rasgos se suavizan y comparte su más grande sueño: “Me gustaría tener una casa para poder vivir bien con mis hijos; es lo que así, más, más pienso, pues para que ellos tengan algo suyo; aunque estoy con mi mamá no es lo mismo tener algo propio, una casita”, dice con ilusión.

En su empleo no recibe Seguro Social, por tanto no podría acceder al Infonavit, no obstante para ella la imagen de su casa es aliciente y también sus dos pequeños.

“Mis hijos son lo que me hacen seguir adelante, mi motor, pienso en ellos y hago el esfuerzo de seguir luchando por ellos; y mi familia me ha apoyado mucho”, indicó.

Bajo la bata verde olivo del uniforme sobresale una blusa rosa con destellos, lo que habla de una personalidad alegre, lo cual también demuestra en su hablar salpicado de sonrisas.

“No es difícil el trabajo y los compañeros sí me han enseñado, no he sentido ningún rechazo de ellos por ser mujer, al contrario, me enseñaron cómo es esto”, dice mientras mira a su alrededor.

A la semana Berenice percibe 700 pesos, con lo que se organiza para “la escuela de los niños, la comida, las cosas que van haciendo falta en la casa, ahí poco a poco va saliendo”.

Para ella ser despachadora es un reto y un ejemplo para su hija, “pues las mujeres podemos hacer muchas cosas, no nada más estar echando tortillas o en cosas de la casa, también podemos hacer otras actividades y salir adelante”.

DIFÍCIL SER MADRE

Ya sea que decidan quedarse en casa a cuidar de sus hijos o que los dejen al cuidado de otras personas para ir a trabajar, dos madres xalapeñas enfrentan los cuestionamientos de la sociedad, por lo que aseguran que a la hora de decidir por la crianza y educación de sus pequeños, lo mejor es dejarse guiar por el "instinto de madre".

Lisbeth Elena Contreras García tiene de 30 años y es mamá de Lucía Guadalupe, de tres años y medio, y de Javier Alberto, de un mes y tres días. Ella reconoce que cuando se convirtió en madre nunca imaginó lo complicado que sería no sólo poder conciliar la crianza de su hija con su trabajo y las labores domésticas, sino también el enfrentar las críticas y la culpa por perderse etapas o momentos de su pequeña.

Aseguró que aunque su madre y sus tías dejaron de trabajar para dedicarse por completo a sus hijos, desde que se convirtió en madre supo que quería seguir trabajando para ser independiente. "Creo que lo difícil de ser mamá y algo que nadie me dijo antes de serlo es lo complicado que es trabajar, atender la casa y ser mamá, porque eso implica tener que dividirnos. La verdad es que sí he considerado el dejar de trabajar, pero como mamá uno quiere darle lo mejor a los hijos y aunque tengo el apoyo de mi esposo ya estoy acostumbrada a ser independiente, a tener mi propio dinero y organizarlo como desee", dijo.

Contreras García asegura que desde que se convirtió en madre por primera vez comenzó a recibir cientos de consejos, algunos no pedidos y muchos contradictorios sobre cómo criar y educar a sus bebés. Reconoció que aunque la mayoría de ellos fueron dados con la intención de ayudar, muchas veces no eran los que ella consideraba correctos, por lo que también ha tenido que aprender a escuchar y aplicar aquellos que cree correctos y a agradecer y desechar los demás. "Hasta ahorita he tratado de tomarlos de la mejor manera para ayudarme y ayudar a mi hija", señaló.

La mamá que acaba de serlo por segunda ocasión reconoció que se ha tenido que adaptar a las necesidades del nuevo bebé sin descuidar las de su pequeña hija y sabe que en un futuro las cosas serán más complicadas, porque ambos requerirán de tiempo que no siempre tiene disponible. "Con una niña ya había que ingeniárselas para atender el trabajo, la casa y a la niña, pero ahora es un nuevo reto porque es cambiar completamente la rutina a la que ya estábamos acostumbrados. Creo que va a ser muy complicado atender a los dos, pero igual hay que buscar la forma de darles el tiempo", dijo.

En el marco del Día de las Madres, Lisbeth Elena aseguró que pese a todo el trabajo que implica, la maternidad para ella ha sido la experiencia más enriquecedora de su vida, ya que le ha permitido formar a una niña que es feliz. "Creo que lo estoy haciendo bien y sé que voy por el camino correcto porque la veo feliz y eso es lo que importa", concluyó.

DESARROLLO DE LOS HIJOS

Al nacer su hija Alison Melisa, Diana Raquel Calderón Aldana, de 32 años, abandonó el trabajo para cuidar de su pequeña. Y aunque la decisión que tomó junto con su esposo la tiene satisfecha, asegura que ha tenido que enfrentarse a cuestionamientos y acusaciones de personas que piensan que debería regresar a trabajar para desarrollarse profesionalmente o para traer más ingresos a la familia. "Soy ama de casa, aunque no siempre fue así. Antes (de tener a su hija) yo trabajaba, pero fue una decisión de la que no me arrepiento porque se trata de convivir con ella; los niños crecen demasiado rápido y no me quería perder las etapas de aprender a caminar, darle leche materna y que no se vuelven a vivir", dijo.

La mujer mencionó que aunque tiene un empleo formal, sí tiene un trabajo complicado en casa con la educación de su hija con el fin de que aprenda cosas fundamentales como la tolerancia, respeto y la disciplina. "Me han juzgado y dicho que no lo deje, yo era doctora en un consultorio odontológico y aunque respeto a las mamás que trabajan, yo no quería perderme el estar en casa con ella", indicó.

La mamá de una niña de tres años asegura que ella también ha recibido miles de consejos y opiniones sobre la forma en la que debe criar a su hija, sin embargo, se dijo consciente de que nadie sabe ser mamá y que la maternidad es un instinto que se desarrolla "mágicamente". "A mí me dan dicho muchas cosas, que le dé leche materna, o que es mejor la fórmula, que la enseñara a caminar con andadera, o que mejor llevándola con las manos. Todos los consejos se aceptan porque son válidos y provienen de la experiencia de una maternidad, pero uno siente, uno tiene esa corazonada y prefiero llevarla yo a ella con el instinto", expuso.

Calderón Aldana dio a conocer que aunque está enfocada en el cuidado de la menor en casa, también tomó la decisión de que la niña ingresara a una guardería para que aprenda desde pequeña a desarrollar rutinas y que pudiera convivir con niños y niñas de su edad. "En mi familia el más pequeño después de ella tiene 22 años, no hay niños a su alrededor para jugar, así que la metí para que tenga un momento de convivencia con niños. Ella es más independiente, platica más, fantasea más y la tratan muy bien".

Finalmente la mamá de Alison Melisa dio a conocer que pese a las dificultades, la maternidad para ella ha sido una experiencia fantástica y considera que es la mejor etapa de una mujer. "Te vuelves más protectora, más cuidadora, pero es maravilloso. La primera etapa con la lactancia y las horas de sueño es un poco cansado pero son unos meses y después se vuelve totalmente mágico y te vuelves niña otra vez", concluyó.

Xalapa, Ver.- —Buenas noches…

—Cien de magna por favor.

¿Cien de magna?

—Sí.

—Claro que sí... Marcador en ceros...

Berenice toma la manguera con familiaridad, abre el tanque del coche y comienza a cargar el combustible, se acerca al conductor y le ofrece limpiar el parabrisas, checar las llantas...

¿Algún aditivo?

—No, gracias

Servido señor, cien de magna... Desea ticket... Gracias…

Instintivamente saca el dinero y acomoda el billete en la denominación correspondiente, un rasgo que ha aprendido en los poco más de seis meses que lleva trabajando en la gasolinera ubicada en la Mártires 28 de Agosto, en Xalapa.

“No tengo horario fijo, como me puede tocar en la mañana, en la tarde o en el horario de la noche; nos van rotando”, dice Berenice Barradas Lobato un tanto nerviosa, al tiempo que observa que ha llegado otro cliente.

Mientras despacha a un señor de una vieja Ford blanca, Berenice platica que tiene dos hijos, niña y niño, “la parejita”; “ahora sí que por ellos es que trabaja uno, la necesidad y para cambiar de aires. Antes trabaja en una tienda de ropa, pero no me alcanzaba; ahorita estoy viviendo con mi mamá, en Jardines de Xalapa, mientras yo me vengo a trabajar aquí ella me los cuida”.

Poco a poco sus rasgos se suavizan y comparte su más grande sueño: “Me gustaría tener una casa para poder vivir bien con mis hijos; es lo que así, más, más pienso, pues para que ellos tengan algo suyo; aunque estoy con mi mamá no es lo mismo tener algo propio, una casita”, dice con ilusión.

En su empleo no recibe Seguro Social, por tanto no podría acceder al Infonavit, no obstante para ella la imagen de su casa es aliciente y también sus dos pequeños.

“Mis hijos son lo que me hacen seguir adelante, mi motor, pienso en ellos y hago el esfuerzo de seguir luchando por ellos; y mi familia me ha apoyado mucho”, indicó.

Bajo la bata verde olivo del uniforme sobresale una blusa rosa con destellos, lo que habla de una personalidad alegre, lo cual también demuestra en su hablar salpicado de sonrisas.

“No es difícil el trabajo y los compañeros sí me han enseñado, no he sentido ningún rechazo de ellos por ser mujer, al contrario, me enseñaron cómo es esto”, dice mientras mira a su alrededor.

A la semana Berenice percibe 700 pesos, con lo que se organiza para “la escuela de los niños, la comida, las cosas que van haciendo falta en la casa, ahí poco a poco va saliendo”.

Para ella ser despachadora es un reto y un ejemplo para su hija, “pues las mujeres podemos hacer muchas cosas, no nada más estar echando tortillas o en cosas de la casa, también podemos hacer otras actividades y salir adelante”.

DIFÍCIL SER MADRE

Ya sea que decidan quedarse en casa a cuidar de sus hijos o que los dejen al cuidado de otras personas para ir a trabajar, dos madres xalapeñas enfrentan los cuestionamientos de la sociedad, por lo que aseguran que a la hora de decidir por la crianza y educación de sus pequeños, lo mejor es dejarse guiar por el "instinto de madre".

Lisbeth Elena Contreras García tiene de 30 años y es mamá de Lucía Guadalupe, de tres años y medio, y de Javier Alberto, de un mes y tres días. Ella reconoce que cuando se convirtió en madre nunca imaginó lo complicado que sería no sólo poder conciliar la crianza de su hija con su trabajo y las labores domésticas, sino también el enfrentar las críticas y la culpa por perderse etapas o momentos de su pequeña.

Aseguró que aunque su madre y sus tías dejaron de trabajar para dedicarse por completo a sus hijos, desde que se convirtió en madre supo que quería seguir trabajando para ser independiente. "Creo que lo difícil de ser mamá y algo que nadie me dijo antes de serlo es lo complicado que es trabajar, atender la casa y ser mamá, porque eso implica tener que dividirnos. La verdad es que sí he considerado el dejar de trabajar, pero como mamá uno quiere darle lo mejor a los hijos y aunque tengo el apoyo de mi esposo ya estoy acostumbrada a ser independiente, a tener mi propio dinero y organizarlo como desee", dijo.

Contreras García asegura que desde que se convirtió en madre por primera vez comenzó a recibir cientos de consejos, algunos no pedidos y muchos contradictorios sobre cómo criar y educar a sus bebés. Reconoció que aunque la mayoría de ellos fueron dados con la intención de ayudar, muchas veces no eran los que ella consideraba correctos, por lo que también ha tenido que aprender a escuchar y aplicar aquellos que cree correctos y a agradecer y desechar los demás. "Hasta ahorita he tratado de tomarlos de la mejor manera para ayudarme y ayudar a mi hija", señaló.

La mamá que acaba de serlo por segunda ocasión reconoció que se ha tenido que adaptar a las necesidades del nuevo bebé sin descuidar las de su pequeña hija y sabe que en un futuro las cosas serán más complicadas, porque ambos requerirán de tiempo que no siempre tiene disponible. "Con una niña ya había que ingeniárselas para atender el trabajo, la casa y a la niña, pero ahora es un nuevo reto porque es cambiar completamente la rutina a la que ya estábamos acostumbrados. Creo que va a ser muy complicado atender a los dos, pero igual hay que buscar la forma de darles el tiempo", dijo.

En el marco del Día de las Madres, Lisbeth Elena aseguró que pese a todo el trabajo que implica, la maternidad para ella ha sido la experiencia más enriquecedora de su vida, ya que le ha permitido formar a una niña que es feliz. "Creo que lo estoy haciendo bien y sé que voy por el camino correcto porque la veo feliz y eso es lo que importa", concluyó.

DESARROLLO DE LOS HIJOS

Al nacer su hija Alison Melisa, Diana Raquel Calderón Aldana, de 32 años, abandonó el trabajo para cuidar de su pequeña. Y aunque la decisión que tomó junto con su esposo la tiene satisfecha, asegura que ha tenido que enfrentarse a cuestionamientos y acusaciones de personas que piensan que debería regresar a trabajar para desarrollarse profesionalmente o para traer más ingresos a la familia. "Soy ama de casa, aunque no siempre fue así. Antes (de tener a su hija) yo trabajaba, pero fue una decisión de la que no me arrepiento porque se trata de convivir con ella; los niños crecen demasiado rápido y no me quería perder las etapas de aprender a caminar, darle leche materna y que no se vuelven a vivir", dijo.

La mujer mencionó que aunque tiene un empleo formal, sí tiene un trabajo complicado en casa con la educación de su hija con el fin de que aprenda cosas fundamentales como la tolerancia, respeto y la disciplina. "Me han juzgado y dicho que no lo deje, yo era doctora en un consultorio odontológico y aunque respeto a las mamás que trabajan, yo no quería perderme el estar en casa con ella", indicó.

La mamá de una niña de tres años asegura que ella también ha recibido miles de consejos y opiniones sobre la forma en la que debe criar a su hija, sin embargo, se dijo consciente de que nadie sabe ser mamá y que la maternidad es un instinto que se desarrolla "mágicamente". "A mí me dan dicho muchas cosas, que le dé leche materna, o que es mejor la fórmula, que la enseñara a caminar con andadera, o que mejor llevándola con las manos. Todos los consejos se aceptan porque son válidos y provienen de la experiencia de una maternidad, pero uno siente, uno tiene esa corazonada y prefiero llevarla yo a ella con el instinto", expuso.

Calderón Aldana dio a conocer que aunque está enfocada en el cuidado de la menor en casa, también tomó la decisión de que la niña ingresara a una guardería para que aprenda desde pequeña a desarrollar rutinas y que pudiera convivir con niños y niñas de su edad. "En mi familia el más pequeño después de ella tiene 22 años, no hay niños a su alrededor para jugar, así que la metí para que tenga un momento de convivencia con niños. Ella es más independiente, platica más, fantasea más y la tratan muy bien".

Finalmente la mamá de Alison Melisa dio a conocer que pese a las dificultades, la maternidad para ella ha sido una experiencia fantástica y considera que es la mejor etapa de una mujer. "Te vuelves más protectora, más cuidadora, pero es maravilloso. La primera etapa con la lactancia y las horas de sueño es un poco cansado pero son unos meses y después se vuelve totalmente mágico y te vuelves niña otra vez", concluyó.

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