A sus 83 años veracruzana hace ejercicio, pinta y escribe

Es una mujer que se desafía día a día al rescatar para las nuevas generaciones historias de personajes xalapeños

Celia Gayosso | Diario de Xalapa

  · domingo 1 de noviembre de 2020

Foto: Cortesía | Josefa Rodríguez

Xalapa, Ver.-A sus casi 83 años, que cumplirá el próximo 9 de noviembre, la maestra xalapeña María Josefa Rodríguez Escobar escribe sus memorias, continúa pintando, creando poemas y rescatando historias de mujeres poco conocidas que tienen en común una vida difícil y de sufrimiento.

Chepita de Pensabé, como es llamada cariñosamente entre sus diversos grupos literarios, de artes plásticas y sociales, es una mujer que se desafía día a día al rescatar para las nuevas generaciones historias de personajes xalapeños como el primer cronista que tuvo esta ciudad, el doctor Gustavo A. Rodríguez y Sáinz, así como las de Silvia, María, Rosa y Estela, que han muerto en el anonimato y cuyo denominador común ha sido una vida plagada de penalidades que lograron superar.

Y sí, Chepita desafía también sus limitaciones, pues el uso de la computadora para dejar su testimonio de la Xalapa que le tocó vivir, no es algo que se le dé con facilidad, aun así continúa adelante en su narración sobre aquella ciudad cubierta por la neblina y el chipi chipi la mayor parte del año, sus fiestas, carnavales y ferias. Los hechos destacados que recuerda y quiere compartir con los ciudadanos a quienes ya no les tocó disfrutar de aquella ciudad en los años 50, 60, 70, y demás.

La vena literaria y la vocación docente le vienen de familia. Ella creció rodeada de las bibliotecas de su tía la maestra María Esther Rodríguez, quien escribió el libro “La escuela del porvenir”, fue esa influencia la que la llevó a ingresar a la Escuela Normal Veracruzana siendo casi una niña y de la cual egresó a los 18 años para integrarse a la plantilla de la escuela primaria Cuahutémoc, que entonces funcionaba en el edificio de la Liga de Comunidades Agrarias, antes de contar con su edificio en la calle de Insurgentes. Ahí formó, durante 22 años, a muchas generaciones de destacados xalapeños que han hecho exitosas carreras en la política, la docencia y la investigación.

Su padre Gustavo A. Rodríguez y Sáinz fue catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana.

También estudió la carrera de Pedagogía, cuando la Facultad estaba ubicada en la calle de Juárez, y que le quedaba a unos pasos pues ella vivía en Clavijero, eso le llevó también a prestar sus servicios en la escuela secundaria Antonio María de Rivera y posteriormente en el Colegio de Bachilleres de Veracruz, donde tuvo la responsabilidad de hacer los programas de estudios para los 18 planteles que entonces tenía en el estado. Concluyó la maestría en Psicología Educativa por la Universidad Pedagógica Nacional.

Fue directora de la escuela primaria Justo Sierra durante 8 años, antes de jubilarse del servicio docente, para empezar a desarrollar su gusto por la pintura que le ha llevado a presentar exposiciones plásticas tanto individuales como colectivas en diversos foros de esta ciudad. Hace precisamente un año, su obra presentada en la exposición “Nada que celebrar” obtuvo el primer lugar. En ella muestra sobre una balanza la corona española y el penacho de Moctezuma y una bandera tricolor al centro.

Actualmente su tema en pintura es el de los íconos ortodoxos griegos, los cuales le gustan porque contienen muchos mensajes de fe, y a través de ellos su interés es enviar mensajes espirituales a los espectadores.

En Diario de Xalapa ha publicado poemas y artículos sobre jardinería, pues su lema es “cuidar la tierra por permitirnos vivir en ella”. Con el grupo “Voces de otoño”, que preside Olga Smith ha publicado las antologías “Que salga el sol por donde quiera” y “De los sueños a la libertad”.

En esta etapa de su vida Chepita se siente plena, feliz y satisfecha, pues lo mismo escribe, que pinta, hace ejercicio y viaja constantemente para conocer otras formas de vida e historia tanto de México como del mundo.