Con la pandemia, padres se convierten nuevamente en educadores principales de sus hijos: Arzobispo

Ahora pueden pasar más tiempo con sus hijos e hijas, expresa

Ariadna García | Diario de Xalapa

  · domingo 21 de febrero de 2021

Foto: David Bello | Diario de Xalapa

Xalapa, Ver.- El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, dijo que la pandemia ha ayudado a los padres y madres de familia a “rectificar” el darles prioridad a las cosas materiales pues ahora pueden pasar más tiempo con sus hijos e hijas y se han convertido nuevamente en sus educadores principales.

En su homilía en la Catedral Metropolitana de Xalapa habló de las tentaciones de la vida diaria y dijo que actualmente son, por ejemplo, que “Dios nos invita a ser fieles y en todos los estados de vida, en el matrimonio, en el sacerdocio, en la vida consagrada” pero que, tenemos invitaciones a ser infieles y a consentir faltas que no son adecuadas.

Señaló que esto es muy común, además de darle prioridad al dinero por sobre lo demás.

“Esa es una de las tentaciones que tenemos todos, lo material es más importante, cuántos familiares, cuántos papás, buscando el bien de sus hijos, trabajan todo el santo día fuera de casa y regresan y no les dan tanto cariño ni tiempo a sus hijos, y eso resulta contraproducente porque los llenan de cosas materiales, pero no de cariño o de cercanía con ellos”, añadió.

Sin embargo, consideró que la pandemia ha ayudado a “rectificar” esa situación porque ahora los padres están con sus hijos y han readquirido el valor de ser los educadores principales de sus hijos e hijas, lo que implica cercanía y paciencia.

“Hay otras tentaciones de hacerle más caso al mal, o ver que a niña blanca o como le dicen algunos la santa muerte que de santa no tiene nada, pues consiente más o ayuda a las personas porque el diablo y la muerte sí cumplen, pero se lo cobran caro, se lo cobran apartándote de Dios en esta vida y apartándote de la vida eterna, ese es el costo de caer en las tentaciones”, abundó.

De esa forma exhortó a la feligresía a pedirle a Dios aprender a discernir para tomar las mejores decisiones y no caer en las tentaciones.

“Lo que nosotros tenemos que aprender es que, aunque conozcamos las cosas que nos invitan al mal, nos dé la fortaleza para distinguir el bien del mal, eso se llama discernir. Y una vez que ya vimos que algo es malo, pues no consentir porque en el momento que consentimos es cuando nos apartamos de Dios y caemos en el pecado”, dijo.

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