Derivado de los señalamientos públicos que han hecho algunos trabajadores de dependencias sobre casos de acoso o discriminación, desde el Congreso local se hizo un llamado a los representantes de los tres poderes de gobierno a evitar este tipo de actos.
Desde tribuna la diputada del PVEM Citlali Medellín Careaga indicó que el compromiso de las y los representantes populares es respetar el trabajo de quienes laboran en puestos públicos y de manera eficiente hacen posible que los tres poderes del estado de Veracruz lleven a cabo sus obligaciones constitucionales y normativas.
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Refirió que el acoso es un comportamiento negativo, repetido y no deseado que tiene el propósito de intimidar, humillar o amenazar a alguien. "Se trata de un problema grave que tiene un impacto devastador en las personas y en las organizaciones", expuso.
Indicó que se trata de una conducta sistemática que se presenta en el contexto laboral, con el objetivo de intimidar, excluir, opacar, aplanar, amedrentar o consumir emocional o intelectualmente a la víctima, a partir de actos o comportamientos hostiles o violentos, mediante la exclusión total de cualquier labor asignada a la víctima, agresiones físicas o verbales contra su persona, asignación excesiva de carga en los trabajos u otros que puedan afectar su autoestima, salud, integridad, libertad o seguridad.
De la misma forma, comentó que el acoso laboral también implica el incumplimiento de normas legales y administrativas y se aparta de los principios de legalidad, honradez, imparcialidad y eficiencia que rigen el servicio público.
"Este comportamiento puede tener diversas manifestaciones, entre las que se encuentran abuso verbal, abuso físico, aislamiento social y microagresiones; esta última forma se da con comportamientos sutiles y cotidianos que comunican mensajes negativos, sobre la identidad y valores de las personas", expuso.
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Explicó que de acuerdo a la información de la Organización Mundial de la Salud, que identifica el estrés laboral como reacciones emocionales, psicológicas, cognitivas y conductuales ante la exigencia profesional.
También precisó que este tipo de violencia en los centros laborales tiene graves consecuencias para el empleado, víctima de la misma, como reducción de la satisfacción laboral, aumento de estrés, ansiedad, depresión, ausentismo, disminución de la moral y problemas de salud física. Incluso, añadió, la víctima puede llegar a renunciar a su trabajo o, en casos extremos, a suicidarse.
