Boca del Río, Ver.- Gloria Reyna Luna Suárez encabeza junto con sus primas Maricela Salgado Luna y Flor Rodríguez la renovadora de calzado “Don Benito”, un negocio familiar que nació hace tres generaciones con sus abuelos y en el que ahora ellas se encargan de mantenerlo a flote.
Gloria platica que hace 10 años se metió de lleno al negocio para trabajar y administrarlo, sin embargo, desde niña se mantuvo involucrada, ayudando a su papá o sus tíos limpiando el taller o haciendo el trabajo que le pedían.
Desde entonces es que tuvo interés por involucrarse en el taller de zapatos su familia, pero debido a otras ocupaciones se fue alejando poco a poco hasta que con los años pudo regresar al negocio familiar.
"El interés fue desde niña porque es un negocio de tradición, que viene desde mis abuelitos, mis papás y ahora yo. Formalmente tengo 10 años, pero la verdad es que el interés lo tuve desde niña, siempre los ayudaba, con la limpieza, ayudando con lo que necesitaban, a veces sacando los pendientes de mi papá pero no de lleno".
Gloria Reyna Luna tiene una carrera técnica en enfermería que ejerció durante un año, antes de viajar a los Estados Unidos, en donde vivió algunos años y trabajó en diversos oficios para mantenerse y ayudar a su familia.
A su regreso a Veracruz fue que decidió involucrarse de lleno a la renovadora de calzado, por lo que comenzó a aprender guiada por su padre, quien le enseñó a cocer el calzado, reconstruirlo y pintarlo.
Si bien tenía la noción de como se hacía el trabajo, ya que veía cuando era niña como se realizaban las reparaciones, indicó que en la práctica aprendió algunos trabajos que desconocía o le eran bastante difícil.
“Tenía mucho conocimiento por visualización, por verlos trabajar a ellos, pero ya en la practica mi papá me transmitió mucho conocimiento y ya después yo me dediqué a aprender solita, con la práctica, tomaba las maquinas para cocer y practicaba en eso; como en todo hay cosas en las que uno es más hábil y en mi caso es la pintura, que es lo que más me gusta, pero finalmente sé de todo”.
Actualmente, además de sus dos primas su padre y su esposo trabajan en el taller de renovación de calzado ubicado en la ciudad de Boca del Río, como en todo negocio de este tipo detalló que cada uno de sus integrantes se especializa en cierto trabajo.
En su caso, reconoce que es más diestra realizando trabajos de pintura de los zapatos que los clientes lleva, aunque también realiza reconstrucciones de calzado, bolsas, cinturones y hasta sillas de montar.
“Se hacen muchas reconstrucciones, de un zapato que está buena la plataforma y se levanta la parte de arriba, que es sintética, se le reconstruye en piel (…), hacemos también talabartería porque se arreglan bolsas, monturas de caballo, cierres, cosas que no en todas las renovadoras de calzado se hagan; no es algo que hagamos tan constantemente pero sí cuando un cliente lo requiere”.
Actualmente dedica ocho horas diarias a trabajar en la renovadora de calzado “Don Benito, en un horario de 9 de la mañana a 6 de la tarde, que se ha acortado debido a la pandemia de covid-19, pero que asegura sigue siendo redituable.
Para que el negocio siga operando, asegura que es necesario ser administrados, ofrecer un trabajo de calidad a su cliente y estar en tendencia de las nuevas técnicas de reparación y productos para dar garantía de un buen servicio.
Otro punto que asegura que es a su favor, es la participación de las mujeres en el taller, pues su presencia y la de sus primas es un buen incentivo para las y los clientes, quienes se sienten confiado de que el trabajo será de calidad y con detalle.
“Muchos opinan que va más a detalle el trabajo de las mujeres, nos han compartido que las mujeres le ponemos más intereses, más detalle al trabajo y les da más confianza”, concluyó.