En la historia de México pocos son los nombres de mujeres salen a relucir. Una de estas mujeres que ha quedado relegada es María Teresa Medina de la Sota Riva, nombre que los xalapeños ubican por ser una calle situada en el centro de la ciudad, entre Azueta y Clavijero, pero que participó en el proceso de Independencia de México.
¿Quién fue María Teresa?
En los libros de historia mencionan que María Teresa nació la noche del 17 de mayo de 1784, en una casona del barrio de Xallitic en Xalapa, fue una madre, ama de casa y algunos la mencionan como las promotoras de la Independencia.
Durante su nacimiento, su madre Epitacia murió en el alumbramiento por una presunta mala atención médica, ya que su padre Pedro Medina estaba preocupado por las complicaciones que se generaron y la ciudad estaba enfocada en el primer vuelo en globo aerostático de toda América, dirigido por José María Alfaro.
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Huérfana de madre, María Teresa fue educada por su padre y su hermano mayor Antonio. A la edad de 20 años, la joven vivía la época donde las noticias circulaban sobre la invasión de Francia a España, era finales de 1807.
Para esta época, Xalapa era una ciudad de poco más de trece mil habitantes –principalmente indígenas o mestizos- en su mayoría dedicada al comercio, colocándose en sus calles un vasto mercado, a manera de feria, en el que podían encontrarse, además de los más variados víveres y adminículos, las más variadas clases de personas, que iban desde los acaudalados y refinados caballeros, hasta los marineros y rufianes de la peor calaña.
A tan diverso ambiente social, se unieron los militares cuando en el año de la invasión francesa a la península ibérica, el virrey de la Nueva España, José Joaquín Vicente de Iturrigaray y Aróstegui, destacó a tal sitio sus tropas para mantenerlas cerca del puerto de Veracruz en caso de que los galos se aventuraron a causar problemas en las colonias españolas.
Cuando el regimiento llegó a la ciudad, trajo consigo al teniente coronel Manuel de la Sota Riva Llano y Aguilar, de 40 años, quien entró en contacto con María Teresa y para el 4 de noviembre de 1807 contrajeron nupcias en la iglesia de San José.
Con el tiempo, Manuel de la Sota ascendió al puesto de brigadier, quedando al mando completo de las tropas apostadas en Xalapa.
En septiembre de 1808 nació la primera hija de María Teresa y Manuel, quien recibió el nombre de Teresa Epitacia. En esta etapa de su vida como madre y esposa, María Teresa generó interés por las conversaciones que sostenían los intelectuales acerca de la posible independencia de la Nueva España, recibiendo a tales individuos en su propio hogar.
La Dama Insurgente
De acuerdo con la información de la Red Internacional Mujeres Haciendo Historia, cuando el virrey Iturrigaray llegó a Xalapa, a María Teresa le fascinaron las aventuras de los oficiales y le parecía natural pensar en la creación de un gobierno autónomo. Por esto, al enterarse del levantamiento de Hidalgo decide apoyar y todas las reuniones se llevaron a cabo en su casa, aún con la advertencia de que su marido no podría lograr defenderla si se involucraba demasiado.
En una de las tantas reuniones, Teresa ofreció su casa para una junta secreta que tenía como objetivo participar activamente en el movimiento insurgente, quedando al frente de las reuniones Vicente Acuña, Evaristo Fiallo y Juan Bautista Ortiz, a quienes acompañaban otros varios rebeldes como Mariano Rincón o Ignacio Paz.
En libros como “El umbral”, ‘María Teresa de Medina, la dama insurgente’ elaborado por Roberto Peredo, menciona que la xalapeña puso en riesgo hasta su matrimonio por seguir sus ideas independentistas. Por varias situaciones, Teresa tuvo que dejar su ciudad natal e irse a la Ciudad de México.