Los cambios que han traído consigo los avances tecnológicos están acabando con negocios que antes eran indispensables, como es el caso de los que imprimen tesis profesionales. Con 30 años de actividad Copias Lema, ubicado en Úrsulo Galván, está a punto de cerrar. No tiene más tesis que imprimir.
La propietaria Miriam Portilla Domínguez comenta que las instituciones educativas ya no requieren las tesis impresas, sino que las piden a los alumnos en formato digital, por lo que el negocio empezó a decaer.
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¿Por qué cada vez hay menos trabajo en copias Lema?
Comenta que desde hace unos 5 años su negocio perdió el 90 por ciento del trabajo que realizaba. “Lo cierto es que la tecnología nos vino a dar en la torre, nos quedamos sin trabajo, porque ahora las tesis profesionales ya no se imprimen, ya las envían por correo electrónico”.
Este negocio que tiene cerca de 30 años de funcionar, en Úrsulo Galván 116, no se daba abasto en elaborar los paquetes de tesis, porque había quien pedía 25 para regalarlas entre sus familiares y amigos, se esmeraban en que el empastado fuera elegante y con una tipografía especial”.
Señala que el material para los empastados de los textos siempre lo han comprado en la Ciudad de México, porque aquí no lo hay, pero ahora es difícil que llegue un cliente y pida un trabajo de este tipo”.
¿Qué tipos de trabajo hacían en Lema?
El negocio era floreciente porque no solo se realizaban las tesis de los egresados de la Universidad Veracruzana, sino de numerosas instituciones privadas y nunca faltaba chamba, “pero ahora ya nadie pide una tesis impresa, todo es digitalizado y las instituciones tienen sus programas cibernéticos para que los estudiantes elaboren los trabajos de investigación con los formatos que requieren para culminar sus estudios para recibir su título”.
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De hecho, nadie viene a pedir una tesis o un empastado, “son trabajos que se quedaron en el pasado, es muy triste, porque la tecnología acabó con nosotros”.
Es más, quien viene a que se haga un trabajo de empastado siempre busca algo sencillo, ya no se esmeran en pagar por un trabajo de mayor calidad.
En este momento, empastar una tesis ahora les sale en menos de 400 pesos en color y en pasta dura, pero hay sencillas hasta de 250 pesos.
Lamenta que sea fin de ciclo escolar y no lleguen los estudiantes a pedir copias de sus trabajos o para empastarlos, “nada, no llega nadie porque ahora todo se ha digitalizado y todo lo envían por correo electrónico, ya ni siquiera requieren ponerlo en papel para que lo lea el maestro”.
Ya este negocio está por cerrar, ya ni siquiera da para pagar la renta, “tenemos una copiadora grande descompuesta, ¿para qué se compone? Ni siquiera se requiere ya, si no hay trabajos que copiar”, lamenta.
Miriam Portilla comenta que ahora sostiene el negocio solo con trabajos de reparar libros viejos. Los traen porque se les despegan las hojas y quieren conservarlos. Con 24 años al frente del negocio, dice que ya ni copias porque ya todos tienen impresoras. Indica que pega las hojas, pero además les cambia la pasta o los forra para protegerlos del paso del tiempo.
Por un trabajo como ese cobra 200 pesos, en promedio, “pero en realidad con eso no se puede sostener el negocio, así que con tristeza debo aceptar que en el corto plazo se cierre tras casi 30 años de ser un negocio conocido en Xalapa”, concluyó.