El esquema no presencial de clases en la Universidad Veracruzana —con el que se concluyó el pasado semestre— dejó en evidencia las desigualdades económicas y de acceso a la tecnología que tienen muchos de los estudiantes, aseguran catedráticos de la máxima casa de estudios. Aplicado de manera emergente por la pandemia de Covid-19 y sin ninguna preparación previa a esa escala, miles de estudiantes y maestros tuvieron que concluir las experiencias educativas a distancia por medio de plataformas —propias y ajenas— que les permitió no solo concluir los contenidos, sino también mantener a salvo la salud de la comunidad universitaria.
Luego de que la Universidad Veracruzana confirmara que el periodo escolar septiembre 2020-febrero 2021 se llevará a cabo mediante una modalidad mixta que permita transitar a una nueva normalidad académica de forma responsable y gradual, catedráticos reconocieron que este nuevo semestre requerirá de la empatía, flexibilidad y creatividad de todos con el fin de garantizar el derecho a la educación de todos los universitarios, incluidos aquellos que no cuentan con las herramientas tecnológicas a su alcance.
La UV ya ha anunciado que se tendrá una forma de trabajo que combinará clases de tipo presencial y no presencial sobre una base de interacción armónica entre académicos y alumnos, “dada la situación actual y con la premisa de salvaguardar la salud e integridad de la comunidad académica”.
"MODELO AGARRÓ A TODOS EN CURVA"
Enrique Levet Gorozpe, secretario general del Sindicato Estatal del Personal Académico de la Universidad Veracruzana (Fesapauv) aseguró que la conclusión virtual del semestre pasado debido a la emergencia por el Covid-19 dejó de manifiesto las desigualdades que existen entre los universitarios. Así, mientras algunos pudieron conectarse desde sus casas todos los días para recibir las clases en línea, otros tenían que recorrer varios kilómetros para llegar a otras ciudades en las que pudieran conseguir una computadora con conexión a internet, ya que carecían de éstos en sus regiones.
Por ello, dijo, el semestre que iniciará en septiembre próximo requerirá de esfuerzos no solo por parte de los estudiantes, sino de los catedráticos que son quienes deben adaptarse a este esquema y que, de acuerdo a su consideración, han tenido que “desquitar más su salario que en otros tiempos”, ya que la preparación de las clases implica tiempos extras. El líder de los profesores de la UV explicó que la experiencia del semestre anterior los “agarró en curva” y demostró que los cursos a distancia no son tan objetivos ni tan eficientes como se había pensado en algún momento para Veracruz, por lo que se requiere de adecuaciones. “Hay muchas aristas que debemos revisar: jóvenes que no tienen el equipo de computación, que no tienen internet en sus lugares de origen, tienen muchas complicaciones para poderse conectar. Hay rezagos que no están resueltos”, señaló. En ese sentido, destacó que el trabajo de los maestros fue extraordinario, ya que fueron los encargados de diseñar las clases y los programas para los estudiantes y adecuarse a las necesidades específicas de cada uno. Esto, dijo, les implicó más tiempo del que normalmente destinaban e hizo que “desquitaran más su salario que en otros tiempos”.
Levet Gorozpe expuso que aunque la mayoría se basó en la plataforma Eminus que ha desarrollado la Universidad Veracruzana, otros utilizaron otras herramientas e incluso se comunicaron con ellos a través de mensajes de texto. “Una inmensa mayoría de maestros actuó de manera responsable y comprometida con sus alumnos y estuvieron atendiendo a la distancia en una situación remota de manera extraordinaria, utilizando más tiempo del que están obligados a trabajar”.
Señaló que esta misma empatía y responsabilidad tendrá que ser replicada en el nuevo curso, ya que a pesar de que los cursos presenciales no se pueden sustituir por ningún otro modelo de enseñanza, las condiciones que existen en la entidad no permiten reabrir las escuelas de manera segura para la comunidad universitaria.
“En las zonas en las que se encuentran las instalaciones de la UV hay muchos casos todavía y la decisión de la autoridad de la universidad va en función de la salud de los estudiantes, maestros y trabajadores. No se pueden abrir las clases presenciales en la universidad en tanto no existan las condiciones para que esto no sea un impacto más al desarrollo de esta pandemia que estamos atravesando”.
NO SE ESTABA PREPARADO: ABOGADO
Ramar Mendoza Díaz, docente de tiempo completo del Sistema de Enseñanza abierta de la Universidad Veracruzana, expuso que se tendrá que continuar con un sistema de educación a distancia con flexibilidad para no afectar el derecho a la educación de miles de universitarios que no cuentan con las herramientas tecnológicas y de información.
El también coordinador de la maestría en Derechos Humanos y Justicia Constitucional de la Universidad Veracruzana reconoció que “aunque son los menos”, hay un buen número de estudiantes universitarios que no tienen acceso a internet o que no cuentan con el equipo tecnológico para conectarse a una clase en línea, por lo que se buscará dar soluciones con el fin de no afectar a ningún estudiante. “Es ahí cuando tendremos que dar facilidades y ser flexibles para que ellos logren los objetivos que se marcan en los programas (…) Vamos a adecuarnos a las circunstancias que estamos teniendo”, dijo.
Reconoció que el sistema educativo mexicano no estaba preparado para enfrentar los desafíos que se tuvieron con la llegada del Covid-19 que obligó a que el ciclo escolar pasado, tanto en la formación básica como en la universitaria, concluyera de manera virtual. “Estábamos en una zona de confort de la que tuvimos que salir y se va a continuar aprendiendo en este camino en el que se han cometido algunos errores y nos corresponde a nosotros como docentes lograr que haya el menor daño posible a los estudiantes, de cualquier nivel”.
Mendoza Díaz aseguró que aunque se contaba ya con herramientas digitales y en el caso del sistema de enseñanza abierta, tenían ya algunos acercamientos a las clases a distancia, la virtualidad de la educación les llegó por sorpresa a los catedráticos universitarios.