Locales cerrados, negocios vacíos y espacios comerciales en renta son parte del panorama que se observa en calles y plazas de la zona metropolitana de Orizaba. Y es que a la crisis económica que viven las familias de la región se sumó la ola de inseguridad que obliga a miles de personas a tener un “toque de queda personal” y dejar las calles desde temprana hora para mantenerse seguras.
De acuerdo con comerciantes, la gente de la cuarta región más poblada del estado de Veracruz ha dejado de gastar, lo que a su vez ha obligado a decenas de comercios a cerrar sus puertas y a los empresarios a migrar hacia otras zonas, incluso a estados más prósperos como Puebla o Querétaro.
La gente dejó de salir porque ya no tiene la confianza de regresar a sus hogares, deja de consumir y se cierran negocios o dejan de abrir y eso ocasiona que no haya empleos. Es un círculo que está pegando fuerte
lamentó el titular de una franquicia nacional de restaurante
Aunque acepta hablar sobre el tema, el empresario restaurantero pide el anonimato y asegura que “a como están las cosas”, cualquiera que muestra alguna señal de posibilidades económicas puede ser víctima de algún delito. Con esa restricción denuncia que a pesar de la gravedad de la situación social que se vive, las autoridades tienen abandonada a la iniciativa privada.
Añade además que aunque las agrupaciones empresariales intentan crear estrategias para incentivar el consumo, de poco o nada han servido, ya que la caída de las ventas es tan grave que amenaza la estabilidad de decenas de negocios.
Se está tratando de sostener esta región activa económicamente, pero lo cierto es que no está funcionando como se necesita. El 2019 está siendo uno de los años más complicados para la economía y aunque sabemos que los cambios de gobierno siempre impactan, creo que ya es tiempo de que se vean acciones para mitigar la caída
Entrevistado en el restaurante que luce completamente vacío a las 2 de la tarde, hora de la comida y a escasos metros del Poliforum Mier y Pesado, el hombre reconoce que aunque la disminución en las ventas varía dependiendo de la época y el giro, los centros de consumo han padecido bajas de más del 25%.
Precisó que aunque durante el día y la tarde las ventas “se salvan”, una vez que cae la noche la actividad cae completamente. “Si hay eventos de violencia durante el día, ya sea aquí en Orizaba o en los municipios aledaños, por la noche la gente espera lo peor y deja de salir por completo (…) La vida nocturna ha disminuido bastante y aunque la región nunca ha sido mucho de vida nocturna, ahora desde las 8 se guardan en sus casas”, lamentó.
TURISMO SOSTIENE, PERO GENTE DE AQUÍ NO CONSUME
“La gente ya no consume y no porque no quiera, sino porque no hay dinero”, aseguró Leo, propietario de un negocios de mariscos en el centro de Orizaba, quien reconoce que la bonanza económica que por años gozó la región se ha ido perdiendo poco a poco. Aseguró que el empleo es escaso y los pocos espacios laborales que se han ido abriendo están tan mal pagados, que la gente vive para trabajar en trabajos que no les dan para vivir.
El empresario restaurantero explica que aunque su negocio “La Langosta” ya pasó la crisis de los dos primeros años, en ese tiempo ha visto cerrar a por lo menos 20 negocios en un rango de tres cuadras, en pleno centro de Orizaba. “Eso habla realmente de cómo está la economía. Está muy mal y no vemos cómo se pueda mejorar la cosa”, dice.
Entrevistado mientras hace las cuentas del día y se prepara para cerrar las puertas de su negocio, el hombre platica sobre la estrategia que ha tenido que implementar para hacer frente a la crisis económica. Leo explica que ha cambiado la forma de realizar las compras para el negocio y que van “al día”. Sin embargo, reconoce que esta forma de adquirir los productos para los cocteles de camarones y vuelve a la vida que ofrece en el pequeño negocio le ha provocado que la inversión sea mayor al no poder conseguir descuentos por mayoreo.
No podemos comprar en grandes cantidades porque además no nos alcanza, así que compramos al día. De kilo en kilo porque no tengo para abaratar costos y porque además hay que ser muy cuidadosos para que no se echen a perder las cosas
Para el dueño de “La Langosta” lo que ha sostenido a éste y a decenas de negocios en Orizaba es el turismo que cada fin de semana llega atraído no sólo por la oferta de lugares, sino por el clima que tiene la región. Reconoce que a pesar de la inseguridad, los visitantes siguen llegando a Pueblo Mágico que se mantiene a resguardo de una Policía Municipal más eficiente que la que tiene otros municipios aledaños.
"Sí hay inseguridad, bastante, pero creo que la delincuencia se da en los municipios de cercanos e incluso en sitios más alejados del centro que aunque es lamentable que pase, no impacta tanto a la llegada de turistas que vienen al centro por lo general", dice.
EN CÓRDOBA TAMBIÉN HAY CRISIS
Aunque la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop) aseguró en días pasados no tener cifras de cierre de negocios en Orizaba y Córdoba, en este último municipio la situación es bastante similar a lo que sucede en Orizaba. Decenas de negocios cerrados en las principales calles del centro y anuncios de “se renta” en cortinas cerradas dan cuenta de la situación que se vive en la ciudad, que en los últimos meses ha sido duramente golpeada por la inseguridad.
Son las 8 de la noche y el centro de Córdoba comienza a vaciarse, poco a poco la gente regresa a sus casas y los cafés y restaurantes del primer cuadro de la ciudad comienzan a entregar las cuentas, lavar los trastes y cerrar. “En fin de semana hay un poco más de gente como a eso de las 9, incluso en los portales la gente se queda hasta las 10, pero no más allá”, asegura David, encargado de una cafetería ubicada a escasas cuadras del palacio municipal.
Señaló que aunque el turismo sigue llegando los fines de semana, muchos sólo hacen escalas algunas horas en la ciudad cafetalera y regresan a municipios como Orizaba o incluso Veracruz o Boca del Río para pernoctar, debido al miedo de ser víctimas de algún delito.
Yo no sé si en los otros municipios estén mejor que aquí, pero lo cierto es que tienen miedo de que les agarre la noche aquí y ni para convencerlos porque a nosotros también nos da miedo salir muy noche
Y aunque en el primer cuadro de la ciudad se puede observar cierta actividad nocturna, basta con alejarse un par de cuadras para comenzar a sentir la tensión. Calles solitarias, oscuras y gente que camina con miedo son parte del panorama que se vive en una de las regiones más privilegiadas en vegetación, clima y fauna del estado.