El Nuncio Apostólico en México Joseph Spiteri afirmó que las crisis que se viven en las familias, la iglesia y a causa de la pandemia son una oportunidad para crecer en la fe y humanamente.
Durante la Jornada por la Vida y la Familia en la celebración del Año de la Familia de la Arquidiócesis de Xalapa que se realizó en el Seminario Mayor de la ciudad, acompañado del arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong, sacerdotes, religiosas y laicos llamó a permanecer unidos en los momentos difíciles.
“Cuando hablamos de las crisis, la crisis en la familia, la crisis que se ha vivido a causa de la pandemia, las crisis en nuestras parroquias, vocaciones, en nuestra iglesia, creo que también ahí hoy la Virgen María, la Sagrada Familia de Nazareth nos enseña que cada crisis es una oportunidad, como nos ha dicho muchas veces el Papa Francisco, para crecer en la fe y crecer humanamente nosotros”.
Durante su homilía, señaló que lo anterior depende mucho de la reacción de cada uno frente a la crisis, pues éstas nunca dejan igual que antes.
“Podemos mejorar o empeorar, podemos mejorar si llegamos unidos al Señor, si llegamos unidos en la caridad, como comunidad eclesial. El Papa Francisco nos ha pedido y sé que ustedes están viviendo también este camino sinodal en la iglesia, camino sinodal significa que caminemos juntos, pero el caminar juntos, el marchar juntos como comunidad, significa que tenemos que tener mucho cuidado, cuidar a nuestros hermanos”.
Explicó que caminar juntos significa que esperar al más pequeño para tomar las decisiones unidos y entender las necesidades de los más frágiles y no imponer.
“No imponer nuestras decisiones sobre los demás, necesitamos mucha escucha, mucha paciencia para escucharnos los unos a los otros. El papa dijo que pueden volar los platos, no todos los días, alguna vez, no es que vayamos a romper los platos todos los días, pero el Papa Francisco dice sí pueden volar hasta los platos, pero tenemos que encontrar las fuerzas para hacer las paces después, para pedir perdón los unos a los otros, para empezar de nuevo, reempezar cada día a caminar juntos”.
Sostuvo que eso debe funcionar así también en las parroquias y decanatos donde se deben ver las necesidades y tomar las decisiones juntos frente a Dios y en su amor.
“Como familia de familias, como parroquias, como diócesis, familia de familias ir también al encuentro de los más necesitados, que no dejemos a nadie abandonado, que no dejemos a nadie solo”.