A partir de los estudios de Manuel Carrera Stampa y cédulas publicadas por virreyes de la Nueva España, el Archivo General de la Nación destaca a Xalapa como la principal de todas las ferias novohispanas.
El material difundido recuerda que las ferias incentivaron el comercio desde la Edad Media, pero durante el virreinato ya hubo presencia en México, en Acapulco y en la ahora capital veracruzana.
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Por el prestigio que logró alcanzar, llegó a ser conocida como "Xalapa de la Feria".
¿Por qué fue elegido este lugar?
Por estar cerca de un puerto marítimo. La proximidad con el puerto de Veracruz facilitaba la entrada de mercancías importadas y la salida de productos mexicanos, pero no solo por eso fue tomada en cuenta esta población.
El historiador Manuel Carrera habla de las condiciones insalubres del puerto. Establecida como feria en 1720, Xalapa era elogiada por su belleza natural y su clima, pues los mercaderes españoles no toleraban las altas temperaturas.
“La costa veracruzana era insalubre. Sus habitantes se hallaban azotados entonces por las fiebres tercianas (malaria), por el mortífero vómito prieto (fiebre amarilla) y por millones de mosquitos y otros bichos tropicales”, expone Carrera en “Las ferias novohispanas”, publicación de El Colegio de México.
En el libro el autor asegura que Veracruz era el almacén general de las mercaderías españolas y europeas y de la producción mexicana; era la salida de las exportaciones.
Aunque en Veracruz hubo movimiento mercantil en 1587, hay la aclaración de que no eran ferias sino solo el desembarco de las mercancías y compraventa entre los comerciantes que bajaban al puerto para surtirse de productos europeos.
En el caso de la feria de Xalapa, señala que dependía de la llegada de la flota que salía de Cádiz. Este sistema duró hasta 1778. Desde 1720 que se estableció la feria de Xalapa hasta 1778 hubo trece flotas.
¿Qué encontraban los mercaderes en Xalapa?
Vinos tintos, aceite de oliva, jamones, chorizos y quesos, así como telas, encajes de seda y oro, sombreros, papel, libros y armas.
También hallaban herramientas para el campo, la carpintería y la herrería, azulejos de talavera, perfumes, jabones aromáticos, entre otros.
Las flotas regresaban a su origen cargadas de tintas naturales como el añil y la grana cochinilla, café, tabaco, cacao, azúcar, vainilla, algodón y fibras como el henequén e ixtle, por mencionar algunos productos.
Lo referido por el historiador es posible validarlo con los documentos en poder del Archivo General de la Nación, que los ha puesto a disponibilidad de los lectores.
Aunque Xalapa vivió el riesgo de dejar de ser Feria por solicitud del virrey Juan Vázquez de Acuña y Bejarano, quien la quería cambiar a Orizaba, finalmente eso no sucedió y hubo grandes beneficios económicos para Xalapa.
Con el tiempo surgieron otras ferias, pero el Decreto del Comercio Libre, de 1778, revolucionó la economía colonial, pues se suprimió el sistema de flotas; antes, en 1765, ya se había abolido el monopolio comercial que ejercía Cádiz.
Con la libre importación, la Feria de Xalapa decayó y para 1786 vino lo peor, se dio un decreto por mayor libertad comercial. Inició entonces el desarrollo de Veracruz puerto.