Boca del Río, Ver.- Actualmente existen alrededor de 30 mil mujeres que participan dentro del servicio activo como militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo que representa 12 por ciento del total de elementos, de acuerdo con la Mayor Lizzete Zaragoza Jiménez, quien es Jefa de Radiología en el Hospital General de Zona con sede en el cuartel de La Boticaria.
Y aunque la entrevistada reconoce que sigue siendo poca la cantidad de elementos mujeres comparadas con los hombres, destaca que se han abierto cada vez más espacios para la inclusión, incluso para que puedan obtener grados que anteriormente no se tenían.
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En su caso, ella es médico militar y durante su carrera dentro del Ejército Mexicano logró acceder al rango de Mayor y ser asignada a una jefatura de área; además de ella, afirma que tiene compañeras con rangos relevantes dentro de la institución.
La médico detalla que en la actualidad existen tres mujeres que cuentan con el grado de generalas, que es uno de los puestos de mayor relevancia dentro de la carrera castrense, al cual personal mujer con su mismo perfil puede aspirar durante su carrera.
Sobre las funciones que se prestan y el adiestramiento militar, relata que las mujeres reciben las mismas instrucciones que sus compañeros varones, pues al igual que ellos se les entrena en el campo militar, previo a incorporarse a cualquier área de especialización.
“El adiestramiento solamente lo tomamos cuando ingresamos para tener conocimiento de las actividades básicas en el medio militar y posteriormente las compañeras que están aquí en el hospital una vez a la semana realizan su adiestramiento, como una forma de mantener el entrenamiento”.
Del mismo modo, señala que la Sedena incentiva y protege la participación de las mujeres en el Ejército Nacional, ya que no solo se fomenta su inclusión sino que se les ayuda con el respeto de sus derechos laborales y como mujeres.
Desde su experiencia, cuenta que existe un área especializada en velar sobre la maternidad en elementos mujeres dentro del servicio militar, ya que se les da un seguimiento desde la gestación hasta que se convierten en madres.
En la misma Ley del Ejército se establecen plazos para ir reduciendo la carga laboral de las mujeres soldados que están embarazadas, primero bajando la carga de asignaciones que cumplen en el trabajo y, posteriormente, garantizando tres meses de licencia por maternidad.
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Incluso al incorporarse a sus actividades después de un periodo por licencia de maternidad, se les mantiene en su zona de trabajo asignada para que no tengan que desplazarse lejos de sus hijos en tanto se termina el periodo de lactancia.
De esta forma, la soldado señala que el ser mujer en la actualidad y desarrollar todas sus fases no es impedimento para mantenerse en el servicio activo del Ejército Mexicano, ya que existen la posibilidad de combinar ambos roles.
