El problema de la desaparición de personas en México es uno de los más dolorosos, complejos y acuciantes desde un enfoque y perspectiva de derechos humanos del que el estado de Veracruz no es ajeno, afirmó Alan García de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
“Estamos hablando de más de 105 mil personas oficialmente reconocidas como desaparecidas y en el estado de Veracruz lamentablemente este no es un problema ajeno. Como ya se explicaba en el foro, más de 7 mil personas oficialmente reconocidas como desaparecidas (en el estado) y es importante puntualizar esto oficialmente, porque es suponer que hay un subregistro y esa cifra es todavía mayor en términos de lo que nos dicen las autoridades y el gobierno”.
En entrevista expuso que esa cantidad habría que multiplicarla por cada uno de los familiares que están buscándoles lo que hace que el problema sea de unos niveles y dramatismo cruento e inhumano.
“Nosotros desde la Oficina de la Alta Comisión de Naciones Unidas para los Derechos Humanos hemos promovido a nivel nacional, uno, el reconocimiento del problema y dos la atención del problema y lo que podría decir es que lamentablemente, no necesariamente todas las autoridades se están comprometiendo a lo que significa enfrentar esta crisis en materia de desaparición de personas”.
Recordó que recientemente el Comité de Naciones Unidas contra Desapariciones Forzadas visitó el estado de Veracruz y tuvieron una reunión con las autoridades para animarles a que se retomaran los espacios y mesas de interlocución y diálogo que se venían realizando antes de la pandemia; a decir del funcionario de la ONU se encontró con un gobierno receptivo y con intención de atender las demandas de las familias.
“Para nosotros es fundamental el tema del derecho a la participación, la participación conjunta incluso como lo dicen los estándares internacionales, pero también la ley general y derivado de esa reunión encontramos una autoridad receptiva y que está interesada en retomar esos espacios y nos transmitió un mensaje claro de que el que no se estén realizando, por diversas circunstancias, las reuniones más amplias y plenarias que se habían venido materializando eso no implica que la interlocución y el trabajo con algunas familias no se esté realizando”.
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La desaparición no es normal
La muerte es normal, pero la desaparición no es normal y tampoco lo es que sean las familias que tengan que buscarles sustituyendo al estado en lo que tendría que ser su obligación primaria afirmó Alan García, de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México.
“No es normal que por acciones de búsqueda las familias se enfrenten a manifestaciones y expresiones de violencia como la que nos sacudió con el asesinato artero, atroz de Rosario Lilian en Sinaloa, madre buscadora”.
Durante la presentación del libro “Tinta para la Memoria. Memoria contra el olvido” en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) agregó que no es normal que quienes buscan, mueran sin haberse reencontrado con sus familiares.
“Creo que este libro apuntala a quebrar esa normalidad en la que en México no solamente 100 mil personas se enfrentan, que son aquellas que directamente hoy están desaparecidas 105 mil, sino todo aquel círculo familiar, porque esa cantidad que no es una cifra exclusivamente, son historias de vida a la que aquí este libro nos acerca un puñado de ellas”.
Refirió que no hay nada que sea capaz de reemplazar la fuerza de las víctimas, quienes en sus propias palabras cuentan qué significa la desaparición.
“Y este texto contiene justamente esos destellos de ciertamente, dolor, pero también de profundo amor”, abundó.
7 mil 200 personas oficialmente reconocidas como desaparecidas en Veracruz
En Veracruz hay 7 mil 200 personas oficialmente reconocidas como desaparecidas; sin embargo, colocar el tema de la desaparición de personas en un estado como Veracruz donde no cesa la violencia, ha sido un reto y un acto de rebeldía afirmó la activista, buscadora y defensora de derechos humanos Anaís Palacios.
Durante la presentación del libro “Tinta para la Memoria. Memoria contra el olvido” en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) recordó que la exigencia de las familias por sus seres queridos desaparecidos se ha dado en Veracruz a partir del año 2011 y quizá desde antes de una manera menos visible.
Sin embargo, explicó que, en la entidad, como en muchos otras del país, donde se ha vivido un incremento a la violencia, ejecuciones y desapariciones, colocar el tema de las personas no localizadas es y ha sido un reto sobre todo para las familias quienes no eran escuchadas.
Recordó que el 2011 fue el parteaguas de un cambio político y de la incipiente organización de familiares en busca de sus desaparecidos, que no lo era.
“Era tener un discurso opuesto al que el gobierno en turno, el partido en el poder, las personas específicamente en el poder tenían como la firme intención de silenciar. A partir de esto, hablar de cifras, inclusive en 2016, hablar de 855 desaparecidos que eran reconocidos por la entonces Procuraduría General del Estado, esa cifra que ahora vemos a la distancia tan pequeña, que ahora en Veracruz estamos hablando de 7 mil 200 o más personas desaparecidas, era colocar la incomodidad en el centro de esta política de muerte que se ha seguido en el estado de Veracruz a partir de diversos gobiernos priistas y no priistas, sigue”.
Refirió que con todo el descrédito de las autoridades y el discurso de los derechos humanos que en la realidad no se cumple, ha sido difícil de nombrar inclusive, de ir en contra de la criminalización que el estado les carga a las víctimas con la facultad no legal de decirles que hagan lo que al estado le corresponde hacer.
“Nombrar ha sido una rebeldía y particularmente con este libro, creo que se hace desde la rebeldía, desde salirse de este cuadrito donde el estado está acostumbrado a administrar los conflictos y las problemáticas y por supuesto que esto es muy revolucionario. Siendo acompañante del grupo Buscando a Nuestros Desaparecidos y Desaparecidas Veracruz desde su conformación en abril de 2016 representa defender la dignidad de quienes buscan y de quienes están siendo buscadas y buscados”.
Subrayó que con el libro se busca que los nombres de las personas desaparecidas no queden en el olvido, no solo por la falta de investigación o búsqueda sino porque el lugar, la cama, la familia que dejaron con una ausencia sea reconocida.
Desaparición es un acto continuo
“Tinta para la memoria. Memoria contra el olvido" de la Fundación Heinrich Böll, es la recopilación de historias de personas que fueron desaparecidas en Veracruz. Una colaboración con el Grupo Buscando a Nuestros Desaparecidos y Desaparecidas Veracruz.
Jorge Verástegui González también defensor de los derechos humanos y de la Fundación Heinrich Böll dijo que Tinta Para la Memoria se trabajó desde hace algunos años con ese grupo en el que se buscaba recuperar la memoria de las historias de los familiares desaparecidos.
“No solo se narran las historias de vida de los seres queridos de las compañeras, sino que también en la edición de la publicación nos muestra cómo la desaparición es un acto continuo y no tiene fin. Cuando ustedes llegan a la mitad de la publicación se van a dar cuenta que el texto está al revés y eso es un poco extraño y saca de lugar a quien lo lee y van a tener que darle la vuelta y comenzar de nuevo y les ocurrirá lo mismo cuando lleguen a la mitad de ese lado en un símbolo de cómo es la desaparición, cómo mueve la vida de las personas y cómo tienes que iniciar una y otra vez, el día, la semana, el mes y los años”.
La otra participante en la presentación del libro fue Miriam Castañeda Hernández hermana de Xóchitl Celeste Castañeda Hernández, desaparecida el 5 de febrero de 2013 en Xalapa, y es parte del colectivo Buscando a Nuestros Desaparecidos y Desaparecidas Veracruz.
"Nosotros queremos crear una conciencia en la sociedad, no nada más que se quede con palabras o con marchas, este libro no es una estadística más, no es un hombre, no es una mujer, nosotros queremos que en este libro conozcan a nuestros desaparecidos, que conozcan a Xóchitl y a cada chico y chica que nos falta en casa".
Dijo que no buscan que sea nada más una fotografía que ven pegada en un poste, sino que conozcan su historia, sus metas, sus sueños, sus metas, sus anhelos, "cada uno de ellos nos hace falta".