Córdoba, Ver.- “Las tecnologías juegan con los niños pero mis juguetes son jugados por niños”, fueron las palabras de Isaías Colindre, un artesano juguetero proveniente de Toluca quien desde hace años se ha dedicado a tallar, pintar y esculpir la madera para dar vida a trompos, baleros, yoyos, carritos, tráiler y otros juguetes artesanales mexicanos.
¿Usted los hace?, es una de las frases que los niños y adultos le preguntan a donde quiera que se pone a vender su producto, su dinamismo laboral es con base a series, es decir en un día hace aviones, al siguiente hacen baleros sacando por día producción de 50 a 60 piezas que implica el recorte, esculpido, tallado, pintura y acabados.
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La práctica ha hecho que en su familia existan “más manos” que elaboren lo que consideró un trabajo tradicional familiar mexicano, pues al ser él la cuarta generación de moldeado de juguetes tradicionales ya se encuentra preparando a sus hijos, nietos y sobrinos para que sigan con esta labor. Cuestionado sobre cómo es trabajar con la madera, el entrevistado explicó que este material es noble para su labor, pues incluso ha incursionado en juguetes para bebés donde la pintura es vegetal, sin que pueda provocar algún problema de salud para los menores de edad.
Isaías Colindre consideró que las tecnologías no son su competencia pues la modernidad juega con los niños y su labor es hacer que los niños se diviertan con lo que pueden palpar, ver e incluso oler, “no me preocupa, entiendo que hasta un bebé se le da un celular para que no lloré, los niños se interesan en el juguete porque acá el menor sí juega con el juguete y en la actualidad se juega con nuestros hijos”.
La importancia de los juguetes mexicanos es que pueden desarrollarse habilidades motoras con los baleros, pensamientos matemáticos y habilidad mental con el ajedrez, se fomenta la imaginación con los carros y camiones, pero también los padres de familia se acercan a preguntar, ver e intentar divertirse con lo que en su infancia se entretenían.
El entrevistado dijo que lo que más llama a los niños son los carros y el trompo encasillándolos en juguetes antiguos, “me comprometo con los niños para mostrarles que no son antiguos pues les pregunto las tablas de multiplicar y al negarse tomó un dominó pueden aprender jugando”.
Los juguetes didácticos son indispensables en casa pues con la pandemia de Covid-19 el estudio se volvió aburrido pero la labor de Isaías ha sido mostrar las tablas con el alfabeto, abecedario y número que inclusive adultos se han llevado a casa.
“La gente consume lo artesanal, tienen cultura, nuestras ventas son considerables pero sabemos que pueden mejorar porque los niños son curiosos y a los padres les gusta recordar”, concluyó.