/ martes 11 de julio de 2023

En defensa del agua: recuento de lucha en cuenca de La Antigua

Activistas desde 2010 han luchado para evitar hidroeléctricas en el río Los Pescados

Durante 13 años, habitantes de la cuenca del río La Antigua se han dedicado a protegerla y garantizar que su cauce fluya libremente, desde su nacimiento en el Cofre de Perote hasta su desembocadura en el Golfo de México, a unos 20 kilómetros del puerto de Veracruz.

La tarea no ha sido fácil, pues incluso se documentaron, se organizaron y batallaron para evitar que la empresa brasileña Odebrecht instalara alrededor de 7 presas hidroeléctricas con las que aparentemente pretendía acaparar el agua y comercializarla.

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¿Cuándo inició la lucha por la Cuenca La Antigua?

Alejandro Gallardo, vocero del colectivo Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los Ríos Libres (PUCARL), recuerda con orgullo que la lucha inició durante 2010, en la recta final de la administración del gobernador priista Fidel Herrera Beltrán.

En ese entonces, el mandatario estatal anunció que llegaría inversión brasileña para el estado y que estaría enfocada en el río de Los Pescados, que forma parte de la cuenca del río La Antigua. "No sabíamos de qué se trataba y a través de reportes periodísticos descubrimos que la empresa quería invertir en hidroeléctricas, en Jalcomulco", citó.

En 2010 inició la lucha por el agua en la zona de Jalcomulco | Foto: David Bello

A partir de ese momento, se creó el colectivo “Defendamos el río La Antigua” y un comité en contra de esa amenaza. Según la información que obtuvieron, eran alrededor de 7 o 9 presas las que se pretendían instalar en la cuenca, de un total de 300 proyectos hidroeléctricos que se planeaban en el estado.

El 17 de mayo de 2022 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un nuevo decreto que reinstala la veda que existió en las cuencas La Antigua y Actopan hasta el 2018, por lo que ahora el río fluye con libertad. Desde entonces, la gestión de esos ríos debe ser compartida entre las autoridades y las comunidades reconocidas como sus guardianas y gestoras, según el documento oficial.

¿Cómo reaccionaron habitantes a la llegada de Jalcomulco?

De acuerdo con los antecedentes, habitantes de Jalcomulco investigaron qué es una presa hidroeléctrica, su funcionamiento y los impactos que generan al medio ambiente. Una vez documentados, comenzaron a organizarse en grupos y pidieron el apoyo de colectivos ambientalistas y de defensa del agua en el estado y a nivel nacional.

Crearon talleres y otras actividades para reunir a más comunidades, desde Barranca Grande, del municipio de Ixhuacán de los Reyes hasta El Salmoral, del municipio de La Antigua.

Fueron días intensos, de asambleas y reuniones constantes, pues el proyecto apenas surgía y aunque de manera oficial no se daban a conocer detalles, se hablaba de al menos 7 presas, algunas de 30 metros de alto que iban a funcionar en conjunto con una última gran presa, la de Odebrecht, de 100 metros de alto por 700 de ancho, en el río Los Pescados.

Se unieron en contra del proyecto de Odebrecht personas de Jalcomulco, Tlaltetela, Cosautlán, Ixhuacán de los Reyes, Teocelo, Apazapan, Coatepec y Emiliano Zapata.

"Luego vino la búsqueda de información; fuimos a la Conagua, Profepa, Semarnat y nos dijeron que no había proyecto en el río de Los Pescados. Nosotros sabíamos que sí iba (el proyecto) y hasta de locos nos trataron", citó Alejandro Gallardo, tras sostener que, según él, había corrupción de por medio.

El proyecto fue heredado a la administración del gobernador priista Javier Duarte de Ochoa y ya para el 2013 llegó maquinaría para trabajar en el río de Los Pescados, en Jalcomulco, enfocada en estudios de factibilidad y en el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA)

El 13 de octubre de ese año, un voceador recorrió las calles para pedir auxilio, en el predio Tamarindo, en Tuzamapan, del municipio de Coatepec, pues a diez kilómetros río arriba maquinaria de la empresa había iniciado actividades. Sin embargo, debido a que el personal trabajaba sin permiso, el colectivo lo echó de la zona.

Días después, nuevamente llegó maquinaria al lugar para hacer perforaciones y estudios de calidad del suelo. Nuevamente, la gente se movilizó, llegaron más de mil habitantes y echaron de nuevo a los trabajadores. Sin embargo, en menos de siete días regresaron con un permiso de la Conagua.

Con el permiso oficial, los lugareños no tuvieron más que dejar a los trabajadores realizar su labor, sin embargo, había un plazo para realizar los estudios, que venció el 20 de enero de 2014. "Llegamos ese día, todos los pueblos de la cuenca para sacarlos y ese día nos dijeron que no habían terminado y querían más días de permiso, pero no los dejamos", señaló el vocero del colectivo.

Posteriormente, los lugareños e integrantes del colectivo instalaron un campamento de Centinelas del Río en la carretera Coatepec-Jalcomulco, a la altura del ejido Tamarindo, para evitar que nuevamente llegarán trabajadores y maquinaria.

Lee más: Piden ambientalistas que se revise de nuevo el estudio de impacto ambiental de obras de ampliación del puerto

La vigilancia se mantuvo firme hasta el inicio de la pandemia por Covid-19, pues a causa del confinamiento que se ordenó oficialmente en marzo de 2020, los vigilantes tuvieron que resguardarse en sus hogares.

Sin embargo, a la fecha la lucha no ha cesado, pues aunque antes de finalizar la presidencia de Enrique Peña Nieto (PRI) se volvió a imponer la veda del río de Los Pescados y también en la de Actopan, el colectivo no descarta la posibilidad de que más adelante la ley sea modificada y se vuelva a atentar en contra de la cuenca La Antigua. El decreto se hizo oficial hasta mayo de 2022.

"El proyecto (de Odebrecht) está detenido. Hay una clausura social. La lucha sigue firme y el no a las presas es rotundo. Incluso, los que estaban a favor en ese momento porque les pagarían bien por sus tierras vieron que era una mentira", puntualizó el vocero del colectivo.

Durante la lucha, al grupo se unieron más integrantes y comunidades para dar paso al colectivo Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los Ríos Libres, que en enero de este año cumplió su noveno aniversario de lucha en contra de hidroeléctricas.

¿Por qué Jalcomulco es patriótico e histórico por defensa del río de Los Pescados?

El pueblo de Jalcomulco ha sido patriótico e histórico por la defensa del río de Los Pescados, en la cuenca de La Antigua, que evitó la instalación de plantas hidroeléctricas que traería afectaciones a la naturaleza, dice el delegado del Bienestar y fundador de la Unión de Colonos, Inquilinos y Solicitante de Viviendas de Veracruz (Ucisver), Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

La concesión sería para la empresa brasileña Odebrecht y el pueblo se opuso a los proyectos porque iban en contra de la naturaleza; "se defendió a través de movilizaciones, como guardianes del río, hasta lograr evitar actos de corrupción", cita.

Manuel Huerta Ladrón de Guevara también fue diputado federal por Morena y durante marzo de 2014 presentó un punto de acuerdo para exhortar a las secretarías de Medio Ambiente y de Energía, además de la Comisión Nacional del Agua, a consultar a especialistas sobre la construcción de las presas hidroeléctricas en la cuenca La Antigua.

"El río de Los Pescados no se toca; los habitantes de Jalcomulco han logrado llamar la atención internacional y preservar el río", sostiene. También precisa que a la fecha no hay otro proyecto o intención alguna de alterar o afectar el cauce del río.


Durante 13 años, habitantes de la cuenca del río La Antigua se han dedicado a protegerla y garantizar que su cauce fluya libremente, desde su nacimiento en el Cofre de Perote hasta su desembocadura en el Golfo de México, a unos 20 kilómetros del puerto de Veracruz.

La tarea no ha sido fácil, pues incluso se documentaron, se organizaron y batallaron para evitar que la empresa brasileña Odebrecht instalara alrededor de 7 presas hidroeléctricas con las que aparentemente pretendía acaparar el agua y comercializarla.

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¿Cuándo inició la lucha por la Cuenca La Antigua?

Alejandro Gallardo, vocero del colectivo Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los Ríos Libres (PUCARL), recuerda con orgullo que la lucha inició durante 2010, en la recta final de la administración del gobernador priista Fidel Herrera Beltrán.

En ese entonces, el mandatario estatal anunció que llegaría inversión brasileña para el estado y que estaría enfocada en el río de Los Pescados, que forma parte de la cuenca del río La Antigua. "No sabíamos de qué se trataba y a través de reportes periodísticos descubrimos que la empresa quería invertir en hidroeléctricas, en Jalcomulco", citó.

En 2010 inició la lucha por el agua en la zona de Jalcomulco | Foto: David Bello

A partir de ese momento, se creó el colectivo “Defendamos el río La Antigua” y un comité en contra de esa amenaza. Según la información que obtuvieron, eran alrededor de 7 o 9 presas las que se pretendían instalar en la cuenca, de un total de 300 proyectos hidroeléctricos que se planeaban en el estado.

El 17 de mayo de 2022 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un nuevo decreto que reinstala la veda que existió en las cuencas La Antigua y Actopan hasta el 2018, por lo que ahora el río fluye con libertad. Desde entonces, la gestión de esos ríos debe ser compartida entre las autoridades y las comunidades reconocidas como sus guardianas y gestoras, según el documento oficial.

¿Cómo reaccionaron habitantes a la llegada de Jalcomulco?

De acuerdo con los antecedentes, habitantes de Jalcomulco investigaron qué es una presa hidroeléctrica, su funcionamiento y los impactos que generan al medio ambiente. Una vez documentados, comenzaron a organizarse en grupos y pidieron el apoyo de colectivos ambientalistas y de defensa del agua en el estado y a nivel nacional.

Crearon talleres y otras actividades para reunir a más comunidades, desde Barranca Grande, del municipio de Ixhuacán de los Reyes hasta El Salmoral, del municipio de La Antigua.

Fueron días intensos, de asambleas y reuniones constantes, pues el proyecto apenas surgía y aunque de manera oficial no se daban a conocer detalles, se hablaba de al menos 7 presas, algunas de 30 metros de alto que iban a funcionar en conjunto con una última gran presa, la de Odebrecht, de 100 metros de alto por 700 de ancho, en el río Los Pescados.

Se unieron en contra del proyecto de Odebrecht personas de Jalcomulco, Tlaltetela, Cosautlán, Ixhuacán de los Reyes, Teocelo, Apazapan, Coatepec y Emiliano Zapata.

"Luego vino la búsqueda de información; fuimos a la Conagua, Profepa, Semarnat y nos dijeron que no había proyecto en el río de Los Pescados. Nosotros sabíamos que sí iba (el proyecto) y hasta de locos nos trataron", citó Alejandro Gallardo, tras sostener que, según él, había corrupción de por medio.

El proyecto fue heredado a la administración del gobernador priista Javier Duarte de Ochoa y ya para el 2013 llegó maquinaría para trabajar en el río de Los Pescados, en Jalcomulco, enfocada en estudios de factibilidad y en el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA)

El 13 de octubre de ese año, un voceador recorrió las calles para pedir auxilio, en el predio Tamarindo, en Tuzamapan, del municipio de Coatepec, pues a diez kilómetros río arriba maquinaria de la empresa había iniciado actividades. Sin embargo, debido a que el personal trabajaba sin permiso, el colectivo lo echó de la zona.

Días después, nuevamente llegó maquinaria al lugar para hacer perforaciones y estudios de calidad del suelo. Nuevamente, la gente se movilizó, llegaron más de mil habitantes y echaron de nuevo a los trabajadores. Sin embargo, en menos de siete días regresaron con un permiso de la Conagua.

Con el permiso oficial, los lugareños no tuvieron más que dejar a los trabajadores realizar su labor, sin embargo, había un plazo para realizar los estudios, que venció el 20 de enero de 2014. "Llegamos ese día, todos los pueblos de la cuenca para sacarlos y ese día nos dijeron que no habían terminado y querían más días de permiso, pero no los dejamos", señaló el vocero del colectivo.

Posteriormente, los lugareños e integrantes del colectivo instalaron un campamento de Centinelas del Río en la carretera Coatepec-Jalcomulco, a la altura del ejido Tamarindo, para evitar que nuevamente llegarán trabajadores y maquinaria.

Lee más: Piden ambientalistas que se revise de nuevo el estudio de impacto ambiental de obras de ampliación del puerto

La vigilancia se mantuvo firme hasta el inicio de la pandemia por Covid-19, pues a causa del confinamiento que se ordenó oficialmente en marzo de 2020, los vigilantes tuvieron que resguardarse en sus hogares.

Sin embargo, a la fecha la lucha no ha cesado, pues aunque antes de finalizar la presidencia de Enrique Peña Nieto (PRI) se volvió a imponer la veda del río de Los Pescados y también en la de Actopan, el colectivo no descarta la posibilidad de que más adelante la ley sea modificada y se vuelva a atentar en contra de la cuenca La Antigua. El decreto se hizo oficial hasta mayo de 2022.

"El proyecto (de Odebrecht) está detenido. Hay una clausura social. La lucha sigue firme y el no a las presas es rotundo. Incluso, los que estaban a favor en ese momento porque les pagarían bien por sus tierras vieron que era una mentira", puntualizó el vocero del colectivo.

Durante la lucha, al grupo se unieron más integrantes y comunidades para dar paso al colectivo Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los Ríos Libres, que en enero de este año cumplió su noveno aniversario de lucha en contra de hidroeléctricas.

¿Por qué Jalcomulco es patriótico e histórico por defensa del río de Los Pescados?

El pueblo de Jalcomulco ha sido patriótico e histórico por la defensa del río de Los Pescados, en la cuenca de La Antigua, que evitó la instalación de plantas hidroeléctricas que traería afectaciones a la naturaleza, dice el delegado del Bienestar y fundador de la Unión de Colonos, Inquilinos y Solicitante de Viviendas de Veracruz (Ucisver), Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

La concesión sería para la empresa brasileña Odebrecht y el pueblo se opuso a los proyectos porque iban en contra de la naturaleza; "se defendió a través de movilizaciones, como guardianes del río, hasta lograr evitar actos de corrupción", cita.

Manuel Huerta Ladrón de Guevara también fue diputado federal por Morena y durante marzo de 2014 presentó un punto de acuerdo para exhortar a las secretarías de Medio Ambiente y de Energía, además de la Comisión Nacional del Agua, a consultar a especialistas sobre la construcción de las presas hidroeléctricas en la cuenca La Antigua.

"El río de Los Pescados no se toca; los habitantes de Jalcomulco han logrado llamar la atención internacional y preservar el río", sostiene. También precisa que a la fecha no hay otro proyecto o intención alguna de alterar o afectar el cauce del río.


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