PAPANTLA, Ver., 17 de julio.- A pesar de los avances de la ciencia y de la tecnología estos beneficios poco llegan a las comunidades, donde las parteras se convierten en la mejor opción para que las mujeres del campo puedan dar a luz, suplen mucho a los médicos, porque con sus remedios a base de plantas tradicionales y las “barridas” devuelven la salud a mucha gente, sobre todo en padecimientos como el “empacho”, el “cuajo."
De acuerdo con la señora Rosa San Martín Tiburcio, partera empírica, desde hace 50 años aprendió a traer niños al mundo y con la evolución de la ciencia también se tomó en cuenta esa actividad para suplir la actividad de doctores, que hasta la fecha escasean en las comunidades. Otro motivo para que su actividad incremente es el machismo que prevalece en los pueblos originarios, por lo que son las parteras las que se encargan de la atención de las mujeres embarazadas, ahora en la mayoría de los casos con la orientación médica.
San Martín Tiburcio refiere que han recibido capacitación de médicos, de forma que llegado el momento no pongan en riesgo la salud de las parturientas, por lo que en un trabajo de parto difícil las mujeres son canalizadas a una clínica o a hospitales de la zona, con lo que se apoya en la disminución de muertes maternas que se presenta, debido a diversas complicaciones como la falta de ambulancias para el traslado de las embarazadas.
Por su parte Leonila Jiménez Ramírez, vecina de la comunidad Pital Mozutla, perteneciente a este municipio, donde es curandera desde hace más de 30 años, señaló que como su labor ya ha sido reconocida por la medicina ha tomado capacitaciónpara determinar cuando el paciente debe acudir a un médico y cuando sólo debe tomar como opción las plantas y las “barridas”. En entrevista ambas mujeres pidieron que su labor no sea “satanizada”, pues a la fecha siguen activas y se trata de una verdadera tradición en la región del Totonacapan.