JALCOMULCO, Ver.- La defensa de la cuenca del río La Antigua se mantiene y no cesará hasta que de plano el proyecto de instalar alrededor de siete presas hidroeléctricas sea totalmente desechado, de acuerdo con Alejandro Gallardo, vocero del colectivo Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los Ríos Libres (PUCARL).
¿Cuándo se comenzó a defender la cuenca del río La Antigua?
La lucha por preservar esa cuenca inició durante el 2010 y actualmente el río Los Pecados, en donde la empresa brasileña Odebrecht pretendía instalar dichas estructuras, luce con un buen volumen, además de una abundante vegetación en sus alrededores.
A causa del movimiento de activistas y pobladores en contra del proyecto, la instalación de las presas se encuentra suspendida, más no desechada, por lo que la defensa y la supervisión se encuentran activas para evitar que se lleven a cabo las obras, señala el vocero de PUCARL.
Mientras tanto, destaca, se han realizado algunas jornadas de reforestación en la cuenca de La Antigua y que más adelante se pretende llevar a cabo una siembra masiva de árboles en los alrededores del río Los Pescados.
¿Cómo está hoy la cuenca del río La Antigua?
Durante un recorrido realizado por ese río, se puede comprobar que el afluente tiene buen volumen, a pesar de la temporada de sequía y estiaje.
Además, es común ver grupos que disfrutan del descenso en lanchas y en kayaks, sin omitir aquellos que llegan simplemente para darse un chapuzón en el río.
Además, el río sirve como fuente de empleo para prestadores de servicios y restauranteros. La economía de Jalcomulco depende, en su mayoría, del turismo nacional y extranjero que llega para disfrutar del río Los Pescados y sus atractivos.
¿Cómo comenzó la lucha en defensa de la cuenca del río La Antigua?
Durante 14 años, habitantes de la cuenca del río La Antigua se han dedicado a protegerla y a garantizar que su cauce fluya libremente.
El afluente nace en el Cofre de Perote y desemboca en el Golfo de México, a unos 20 kilómetros del puerto de Veracruz.
La lucha inició durante 2010, en la recta final de la administración del entonces gobernador priista Fidel Herrera Beltrán, quien en su momento anunció que estaba por llegar al estado una inversión brasileña enfocada en el río Los Pescados, que forma parte de la cuenca del río La Antigua.
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Tras enterarse de que se trataba de la creación de presas hidroeléctricas, lugareños se organizaron y crearon el colectivo “Defendamos el río La Antigua”, además de un comité en contra de lo que consideraron como una amenaza.
Según la información que obtuvieron, eran alrededor de 7 o 9 presas las que se pretendían instalar en la cuenca, de un total de 300 proyectos hidroeléctricos que se planeaban en el estado.
De acuerdo con los antecedentes, el proyecto pasó a la administración del gobernador priista Javier Duarte de Ochoa y para el 2013 llegó maquinaría pesada para trabajar en el río Los Pescados, en Jalcomulco, pues se pretendía realizar los estudios de factibilidad y en el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA).
El 13 de octubre de ese año, un voceador recorrió las calles para pedir auxilio, en el predio Tamarindo, en Tuzamapan, del municipio de Coatepec, pues a unos diez kilómetros río arriba trabajadores con maquinaria de la empresa había iniciado actividades; integrantes del colectivo los echaron de la zona.
El 17 de mayo de 2022 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el nuevo decreto que reinstala la veda que existió en las cuencas La Antigua y Actopan hasta el 2018, por lo que actualmente el río fluye libremente.
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Además, en ese documento oficial se establece que la gestión de esos ríos debe ser compartida entre las autoridades y las comunidades reconocidas como sus guardianas y gestoras.
En contra del proyecto de Odebrecht se unieron habitantes de Jalcomulco, Tlaltetela, Cosautlán, Ixhuacán de los Reyes, Teocelo, Apazapan, Coatepec y Emiliano Zapata.
La vigilancia se mantiene firme para proteger la cuenca.