Córdoba, Ver.- Cuando un niño empieza a ser tímido, se aparta de su familia y amigos, es nervioso, tiene cambios de humor y comportamiento, puede tener problemas de neurosis que no puede expresar pues al convivir con parientes o amigos que sufren este trastorno se pueden "contagiar" de estas conductas.
Karla es una niña de 13 años que veía sufrir a su mamá en peleas familiares, entonces reprobaba sus materias escolares, era muy nerviosa, los pensamientos que llegaban a su cabeza no la dejaban disfrutar sus actividades diarias, convivir con sus amigas, salir a pasear e incluso llegó a afectar su actividad deportiva.
A los 11 años, llegó a tener problemas con sus padres y hermano, “sí notaba mi comportamiento, era grosera con mis amigas y ya no se querían juntar conmigo y eso me causaba coraje, notaba cómo me enojaba con mis papás, les gritaba pero no sabía cómo canalizar ese coraje”.
Con el apoyo de su mamá ingresó al Grupo de Neura Teens de Neuróticos Anónimos Grupo Buena Voluntad, comentó que empezó a sentirse como una persona normal pues niños como ella tenían los mismos problemas, sentían lo mismo que ella y tenían conductas similares a lo que ella pasó.
Por su parte Ruth recordó su infancia apartada de sus amigos, distante, en la escuela no era muy buena con la memoria, era distraída y acomplejada, tímida y depresiva, “en su momento mis papás no me entendían; nunca les tuve la suficiente confianza, incluso mi mamá me llego a pegar, porque no aprendía las tablas de multiplicar”.
Le daba miedo ir a la escuela y con el paso de los años supo algo no andaba bien en ella, pues su comportamiento cambiante le daba muchas ideas pero ninguna respuesta de que es lo que pasaba con ella.
Con el tiempo descubrió el grupo de Neura Teen, y ahora puede oír a los niños ya que le dan la confianza de hablar sin temor.