Desde 1980 han existido 14 desastres naturales que han sido de gran repercusión en México debido a sus costos monetarios y número de decesos. De estos eventos, siete han golpeado al estado de Veracruz, dejando una huella de destrucción y pérdida.
De acuerdo con el reporte especial elaborado por Integralia Consultores, basado en datos del EM-DAT (Centro Internacional de la Base de Datos de Desastres Naturales), el periodo de 1980-2022 ha registrado 255 desastres naturales en México. Entre estos, las tormentas que incluyen ciclones, huracanes y tormentas tropicales, se destacan como los fenómenos más recurrentes.
Entre los desastres que han sacudido al estado de Veracruz, dos huracanes, tres ciclones tropicales, una inundación y un sismo han marcado hitos trágicos en la historia de la entidad.
El huracán Diana en 1990, con impacto en la entidad veracruzana y partes de Hidalgo y Puebla, cobró la vida de 139 personas. Las inundaciones de 1999 en Veracruz se cobraron otras 124 vidas.
En 2005, el huracán Stan, catalogado como uno de los más catastróficos en México, afectó a Veracruz, Chiapas y Oaxaca, dejando a su paso 82 fallecidos y 1 millón 954 mil 571 personas damnificadas.
El ciclón tropical Dean, en 2007, desató su furia sobre Veracruz, Hidalgo y Quintana Roo, dejando un rastro de destrucción valorado en 1,934 millones de dólares.
En 2010, los ciclones tropicales Karl y Matthew golpearon nuevamente a Veracruz, causando la pérdida de 15 vidas y dejando a 231,075 personas en la penuria, con daños estimados en 1,972.8 millones de dólares.
Posteriormente, el sismo de 2017 sacudió a Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Tabasco, cobrando 99 vidas y generando pérdidas estimadas en 1,012.3 millones de dólares.
El informe especial de Integralia Consultores destaca que los años más catastróficos fueron 2010, marcado por los embates de los ciclones Alex, Karl y Matthew, y 2017, debido a los terremotos del 7 y 19 de septiembre.
A pesar de la trayectoria de desastres, ningún huracán de categoría 5 había impactado el Pacífico mexicano, hasta la llegada del huracán Otis en 2023, que también fue notable por su impacto en Acapulco, una ciudad densamente poblada.
En la larga historia de huracanes en México desde 1900, algunos eventos han dejado una huella imborrable.
El huracán Janet en 1955, el huracán Liza en 1976, el huracán Gilberto en 1988 y el huracán Paulina en 1997 se suman a la lista de las tragedias más devastadoras. Además, los huracanes Stan y Wilma en 2005, el huracán Manuel en 2013 y el mencionado Huracán Otis en 2023 han dejado cicatrices profundas en la geografía y la memoria colectiva de México.
Así, Veracruz se mantiene como un testamento vivo de la vulnerabilidad de México frente a los embates de la naturaleza, un recordatorio constante de la necesidad de la preparación y la resiliencia en un país que, año tras año, enfrenta la furia desatada por los fenómenos naturales.