Xalapa, Ver.-Al límite se encuentran dueñas y encargadas de fondas y cocinas económicas debido a las bajas ventas, la enorme competencia que tienen a través de redes sociales, el constante incremento de los combustibles, así como de la luz, la renta y el servicio de agua para los negocios. Ha subido todo, aseguraron, pero ellas no pueden subir sus productos para no “asustar” a sus clientes, porque en este momento no se pueden dar el lujo de ahuyentarlos.
Josefina Laura Luna Martínez, quien dirige el negocio “Antojitos Catita”, que iniciara hace más de 50 años su abuelita Eusebia Aponte Contreras, aseguró que están tratando de resistir para no subir los precios de los productos que oferta porque la pandemia desató una imparable competencia a través de las redes sociales de venta de comida y antojitos.
Ha subido todo, insistió, desde el gas que en los últimos días ha llegado hasta 15 pesos por litro, como los aceites, todos los insumos como son la carne, pollo y verduras, entre muchos otros.
Josefina Laura, quien pertenece a la tercera generación que ha mantenido el negocio en la calle Magnolia número 124, dijo que ante esa competencia trata de dar un buen servicio a sus clientes para que no se vayan, ya que de este negocio familiar sale trabajo para tres personas.
Afortunadamente, añadió, no paga renta, sin embargo sí todos los demás servicios, de los que ha tratado de bajar el consumo. El agua, por ejemplo, prácticamente la usan por goteo porque está muy cara, lo mismo que el gas y todos los energéticos que están “por las nubes”.
Por su parte Victoria Trujillo Sánchez, quien tiene más de cuatro años al frente de una antigua y prestigiosa cocina económica ubicada la calle Hermenegildo Galeana, compartió que como todos los mexicanos están “sobreviviendo”, ya que las ventas están tan bajas que antes en cuanto abrían empezaban a entrar los clientes, pero ahora los primeros van llegando entre la una y dos de la tarde.
Asentó que ante la carestía del gas, cuyo tanque de 30 litros llegó la semana pasada a 784 pesos, tuvo que subirle tres pesos a su menú, puesto que también subió la renta, el agua y la luz, pues nada es gratis. Ese incremento de tres pesos sólo es para irla pasando, ya que debido a la pandemia bajó el número de clientes y durante varios meses “no salía ni para un chicle”, en meses pasados la situación se “medio compuso”, sin embargo al volver Xalapa a semáforo rojo volvió a bajar la demanda.
América Liliana Huesca, quien hasta antes de la pandemia era encargada de conocido restaurante ubicado en la calle de Altamirano y ahora atiende una fonda al interior del mercado Los Sauces, sostuvo que las ventas están muy bajas porque la gente no tiene recursos económicos.
Dedicada al rubro de comida desde hace 10 años, dijo que la demanda es mínima y que de repente llega a tener más, sin embargo desde hace tres semanas a la fecha ésta se vino para abajo debido a que el semáforo epidemiológico en esta ciudad volvió a colocarse en el color rojo.
Aseguró que "no he podido subir los precios de sus productos pues eso implicaría que baje más clientela, ya que con cada incremento la gente sufre".
Sandy Hernández, quien continúa manteniendo en 40 pesos un menú que incluye sopa, guisado, agua y tortillas, comentó que a pesar de todos los incrementos al gas, agua, renta y luz, así como a los insumos, no ha subido los precios porque de por sí la demanda ha disminuido.
Por su parte Silvia Castillo Rosas, quien atiende la fonda “La poblanita” al interior del mercado Los Sauces a donde llegó con su mamá y hermanas hace entre 40 y 45 años, asentó que aunque al inicio de la pandemia cerró cuatro meses tuvo que pagar la misma cantidad de energía eléctrica.
Al mostrar su recibo de luz que le llega por entre mil y mil 200 pesos cuando sólo tiene un foco y un refrigerador, dijo que de nada le ha servido quejarse y acudir a tratar de que le rebajen la cantidad pues la Comisión Federal de Electricidad no pierde y sólo le dicen que su instalación debe estar mal.
Recordó que hace unos meses no vio que su recibo era por mil 20 pesos y sólo pagó los mil, por lo que le cortaron el suministro por adeudar 20 pesos, que la empresa no se los cargó para el siguiente recibo sino que la dejaron sin energía, ya que no son empáticos con la necesidad de los usuarios que en muchos de los casos sufren mucho para juntar los mil pesos de su recibo, ya que a eso se suma el precio “altísimo” del gas, del agua comercial y los insumos como frijoles y masa, que acaba de subir, por lo que están considerando subir el precio de la tortilla de mano a un peso por pieza.
Hace 40 años, recordó, daban 20 tortillas hechas a mano por un peso, ahora, una sola costará un peso, pero “ni para qué quejarse si no nos escuchan, ni nos ayudan, ni nada”.
Concluyó que la competencia tan grande que tienen afuera del mercado es otra de las razones para que la demanda haya bajado, porque antes los negocios del rubro estaban alejados unos cien metros, pero ahora están en la entrada y los vendedores ambulantes entran al mercado, sin embargo “para todos da Dios, también lo necesitan y hay que echarse la mano unos a otros para salir adelante”, sentenció.
Precios se mantienen para no “asustar” al cliente
A decir de la entrevistadas, los antojitos siguen manteniendo el mismo precio del año pasado, a 6 pesos cada gordita, quesadilla y picadita sencillas, solo con salsa, queso y cebolla, las que llevan huevo o pollo cuestan a 7 pesos cada una. Las tostadas con pollo siguen costando entre 10 y 12 pesos, los tamales valen desde 7 hasta 12 pesos cada uno dependiendo del comercio. La comida corrida vale entre 40 y 50 pesos, con agua, salsas y tortillas.
Si bien algunos productos no han incrementado su precio sí se nota una reducción en el tamaño de la porción, los panes, bolillos y tamales son cada vez más pequeños.
Las gelatinas que costaban 5 pesos ahora valen 6, las de leche que costaban 7 subieron a 8 y los chiles rellenos con tortilla y arroz que costaban 12 pesos subieron a entre 13 y 15 pesos.
Las gorditas tapadas de chicharrón que costaban 8 subieron a 10 pesos y las gordas gigantes que valían 25 hoy se consiguen en 30 pesos. Las tortas también registran un incremento de entre dos y 4 pesos, de manera que las que valían 12 ahora cuestan 14 y 15 pesos y de ahí hacia arriba, hasta en 30 pesos, de acuerdo a cuántas carnes lleven, dijo María Luisa González Alor, las que aseguró, muchas de las veces se comparten entre dos debido a su tamaño.
Asimismo se nota un incremento en algunos restaurantes donde el desayuno pasó de 40 a 50 pesos; en otros el paquete con huevos al gusto, chilaquiles o enfrijoladas, café y fruta como entrada, que costaba 59 pesos subió a 69, en los más accesibles, porque los hay hasta de entre 90 y 130 pesos, de acuerdo al local y lugar donde se ubique.
Las entrevistadas insistieron en que la inmensa competencia que se ha generado con ventas de tacos, carnitas, barbacoa, tamales y una extensa variedad de alimentos a través de redes sociales, no les permite subir los precios pero sí aprovechar las ventajas de anunciarse también en redes y enviar a domicilio.