Sin el apoyo de familiares, el adulto mayor Carlos Ortiz Franco dice verse obligado a pedir ayuda de las autoridades municipales o alguna casa asistencial para tener acceso a una atención médica integral y a un espacio digno donde poder vivir.
Don Carlos, quien tiene 62 años de edad, es una persona con discapacidad motriz que afirma haber tenido autonomía durante 40 años, sin embargo, ahora está enfermo y no puede trabajar.
En visita al lugar donde un conocido le permite vivir, en la colonia Independencia y sin accesibilidad para lograr movilidad con su silla de ruedas, expone que su deseo es vivir en un asilo pues consecuencia de la diabetes presenta déficit visual y problemas pulmonares.
Raúl, una persona que fue contratada para el cuidado de Carlos, dice en entrevista que al poco tiempo de brindarle atención, quien le pagaba se desentendió. Aclara que también era solo un conocido.
Desde los primeros días de diciembre de 2023 hasta la fecha, Raúl dice ayudar en la medida de sus posibilidades, pero manifiesta su preocupación por las condiciones en las cuales pasa sus días don Carlos.
Explica que ya buscaron apoyo en el municipio, en Cáritas, en el módulo de Atención Ciudadana de la zona y también los orientaron para el ingreso en el asilo Sayago, sin embargo, no hay respuesta clara.
“No puede seguir así. Carlos necesita que lo vea un médico. Tiene problemas digestivos, le cuesta respirar y de repente le da por toser mucho”, explica el señor Raúl, persona con trastorno de depresión mayor.
Comenta que su condición también se convierte en una barrera para poder asistir a don Carlos, quien comparte que siendo aún joven, se vio expuesto a un enfrentamiento cuando pertenecía al Ejército.
“Yo estuve en el Ejército y perdí una pierna. Mucho tiempo usé prótesis y pude trabajar pero por la diabetes perdí la otra”, expresa para luego puntualizar que no tuvo ninguna pensión. Recientemente logró el apoyo por discapacidad, que es de tres mil pesos por bimestre.
Hasta la pandemia, reitera don Carlos, sí pudo laborar como vendedor en tianguis de la ciudad, pero esta vez sí requiere ya una atención permanente y confía en ser escuchado.
Su llamado es abierto también a la sociedad civil, por si alguien quiere apoyarlo mientras llega la ayuda de alguna institución o el Estado.
La dirección donde se le encuentra es la colonia Independencia, a unos pasos de la calle Ignacio Allende número 7. Se le puede contactar en los números 22 82 12 97 26 y 22 96 18 84 22.