De regreso de Tijuana, donde trabajó en una carnicería, Máximo Ceballos Solís, albañil xalapeño desde los 15 años regresó a este oficio. Cuenta que en busca de una mejoría económica se fue al norte del país por años, sin embargo, regresó a Xalapa y a su actividad familiar porque no hay muchas opciones de trabajo y hay que sacar el sustento de donde uno sabe, explica el trabajador de la construcción.
Inicios en la albañilería
Como muchos de los que están en la albañilería, dice que empezó a trabajar muy joven porque su padre lo llevaba a las obras en que trabajaba porque decidió no seguir en la escuela. Desde entonces ha trabajado en infinidad de obras, “pero la verdad es que es un oficio muy duro que requiere estar al cien por ciento”.
Maximino de 52 años, comenta que ha buscado varias formas de ganarse la vida para dejar el sector de la construcción, pero siempre regresa a lo que conoce desde que era un adolescente.
Indica que sus patrones siempre lo contratan porque saben que es confiable y que su trabajo es bueno, “pero ya me fui al norte a Tijuana donde trabajé en una gran carnicería y me iba bien, pero opté por regresar por cuestiones familiares”.
Ser albañil es muy duro, pero es un trabajo que casi siempre hay. Aunque sean pequeñas chambas en casas donde autoconstruyen sus cuartos, ahí se va uno acomodando por semanas para tener una fuente de ingreso.
En su caso, comenta que trabaja unas ocho horas diarias, pero a tope. “Trabajar en la construcción de techos y revoco de las paredes exteriores en este clima es bastante extenuante y agotador por lo que mejor venimos más temprano o trabajamos más tarde, después de las 5 para evitar el intenso sol”.
Trabajan a la intemperie
Remarca que en su opinión lo más fuerte de esta actividad es cuando debe cuelan los techos, porque "son horas de intensa labor en cargar las cubetas con cemento y en los que no puedes evitar el sol, porque se requiere para hacerlo, así que es completamente agotador para quienes realizan este trabajo”.
Colar las cadenas y castillos de cualquier inmueble resulta una labor también prioritaria para los albañiles porque es la parte que mantendrá fuerte una casa y eso es realmente importante dice.
Además el armado de varilla para hacer los postes y cimientos de las viviendas es también un trabajo que requiere fuerza, conocimiento y habilidad y es ahí donde entran los maestros albañiles que son los que van dirigiendo a los chalanes.
Indica que levantar las paredes con pegado de ladrillos o block es menos duro, pero igualmente agotador porque se pasan horas al intemperie.
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Luego viene el pegado de pisos en habitaciones y el forrado de los baños, pero también hacer el fino en los pisos que es el paso anterior al pegado de los mosaicos y que requiere de conocimientos porque de lo contrario se despega el piso y todo hay que volverlo a hacer.
Indica que ama esta actividad porque es lo que le ha dado el sustento a su familia, pero siempre anda en busca de otras opciones, “pero en esta ciudad a veces no hay mucho por lo que el trabajo en construcción es algo a lo que hay que retornar”, concluyó.
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