Xalapa, Ver.- Con flores, música y recuerdos, familias enteras comenzaron a arribar a los panteones de Xalapa para visitar a sus muertos. Desde temprana hora de ayer, los cementerios comenzaron a llenarse de vida y entre risas y llantos se recordaron a quienes se adelantaron en el camino.
Sin embargo, se espera que hoy sean miles las personas que acudan a los tres panteones públicos de Xalapa a conmemorar el Día de Muertos.
A decir de las personas que ofrecen sus servicios de limpieza de tumbas y de los músicos y agrupaciones el día de ayer fueron pocas las personas que contrataron sus servicios ya que la mayoría de las personas prefieren hacer las faenas ellos mismos. Incluso hasta llegan con bocinas y ponen la música que le gustaba a sus seres queridos.
Afuera de los panteones, comerciantes ya empezaron a reportar ganancias sobre todo quienes venden flores y arreglos con los que adornan las tumbas en estos días.
“MI PADRE ESCOGIÓ EL LUGAR EN EL QUE QUERÍA SER ENTERRADO”
En una tumba de mármol ubicada en el panteón xalapeño descansan los restos de don Ismael Cristen. Sobre su tumba, su hija Abril colocó un tapete de flores de cempasúchil con una cruz en el centro y montó dos arcos. Con la tumba limpia y adornada, hoy sábado acudirán en familia para recordar y celebrar la vida del profesor quien falleció en 2016.
A pesar de su ausencia física, el Día de Muertos es para la familia un día feliz ya que es la oportunidad de recordarlo en vida y de compartir las anécdotas que tuvieron a su lado. “Es una fecha feliz para nosotros porque mi padre siempre se preparó para la muerte y nos preparó para no tenerle miedo”, señala Abril.
Cuenta que incluso, cuatro años antes de morir su padre compró el terreno en el que ahora descansan sus restos y acudía de manera regular a visitar el espacio que sería su última morada.
Entre risas recuerda que don Ismael les propuso un día que colocaran una cruz de madera en el pequeño terreno que adquirió para el día de su muerte y todas coincidieron con él en que eso era un exceso ya que no había nombre que ponerle a la cruz. “Recuerdo que le dijimos ¿Qué nombre le vas a poner a la cruz papá si tu estas vivo? Así era él, un hombre que dejó todo listo siempre y que buscó hasta el último minuto no dejarnos problemas”, dijo.
Abril asegura que además de hacerle compañía en el panteón, su padre Ismael será recibido en cada con una ofrenda de comida en la que colocan sus platillos favoritos ya que la familia entera cree que en estos días regresará a acompañarlos.
“ME VENGO A FUMAR UN CIGARRITO CON ÉL Y A TRAERLE A SUS NIETOS”
En medio de risas y bromas, la familia Molina Miñon recordó al abuelo materno, un hombre cariñoso que falleció hace 13 años. Ericka, su hija explica que para ella es triste saber que perdió a su padre siendo muy joven sin embargo, su memoria se mantiene presente todos los días y aprovecha cada oportunidad para hablar de él con sus dos hijos.
Para ellos, el día de muertos fue la oportunidad para limpiar y decorar la tumba de don Andrés ubicada en el panteón Bosques de Xalapa pero también para platicar con él e incluso, cumplir con una tradición: fumarse un cigarro con él. “Es tradición para nosotros fumarnos un cigarro aquí con él. Yo prendo el mío y le prendemos el suyo”, explica.
Además del abuelo, la familia aprovechó el día para visitar a otros familiares y amigos que se adelantaron en el camino y a quienes recuerdan con cariño. “Están los papás de mis papás, amigos y otros familiares que vamos visitando en el transcurso del día”.
Para la familia, la celebración del Día de Muertos incluye también la colocación de ofrendas a sus seres queridos y se incluyen también a los familiares que han fallecido pero que la distancia no permite acudir a visitarlos.
CON JUGUETES Y FLORES RECUERDAN A LOS MUERTOS CHIQUITOS
Con rehiletes, carritos, muñecas y demás juguetes, el día de ayer se recordó a los “muertos chiquitos” y es que, de acuerdo a la tradición popular el día 1 de noviembre se dedica a los muertos chiquitos o niños fallecidos mientras que hoy 2 de noviembre se reciben las almas de todos los adultos.
En el panteón Palo Verde de Xalapa, la familia Peña Zamora acudió a visitar a la pequeña Elisa, una bebé recién nacida que murió en el 2006 y cuyo recuerdo permanece vivo hasta la actualidad.
Acompañada de su esposo y sus dos hijos varones, Luz María explicó que la pequeña fue su primera hija por lo que mantiene la esperanza de que algún día volverá a verla y tendrá a su familia reunida.
Y es que, sus dos hijos varones nacieron después de la muerte de Elisa por lo que no pudieron conocer a su hermana. A pesar de esto, los pequeños ayudaron a colocar flores en la tumba de la pequeña. Un rehilete de colores completó la decoración. “Es para nosotros una tradición traerle flores y adornos para su tumba”.
Destacó que, para ella, se trata de días difíciles pero que el amor a su pequeña se mantiene intacto a pesar del tiempo.
VENDEDORES Y MÚSICOS ESPERAN HOY TENER UNA BUENA JORNADA
A pesar de que los cementerios de la ciudad registraron una afluencia importante de personas, las ganancias de los vendedores, músicos y trabajadores de los panteones no fue buena. Y es que, aseguran que la crisis económica pega en el bolsillo de los vivos e impacta a los muertos.
Josefina Díaz, vendedora de flores explicó que aunque si tuvo ventas de flores, las ganancias que se habían tenido hasta la tarde de ayer no eran las mejores ya que la gente llegó a los cementerios con poco presupuesto. Indicó que incluso, muchas personas llegaron con flores y que, aquellos que compraron buscaron flores, coronas y arreglos más económicos que otros años. “La gente está muy gastada y eso se ve mucho a la hora de venderles. Piden lo económico o compran menos flores”, señaló.
Para los músicos, el primer día de celebración a los muertos también fue algo baja ya que, aunque la música es parte importante de la fiesta, muchas personas arribaron a los panteones con sus bocinas portátiles para ambientar el día. Sergio, músico de la agrupación “Los amigos del valle”, explicó que por la crisis las familias que si contratan a los grupos lo hacen por el mínimo de canciones, a diferencia de otros años en las que interpretaban hasta 6 o 7 canciones al pie de cada tumba. “Nosotros les ofrecemos el paquete de 3 canciones por 100 pesos para que se animen, pero muchas veces nada más quieren una o dos cuando mucho”, explicó.
Las canciones más cantadas, explica, siguen siendo las mismas año con año: puño de tierra, amor eterno y cruz de madera. “Ya después de esas ya piden la que le gustaba a la difunta o al difunto de manera especial pero esas tres siempre son de cajón”, indicó.
