Xalapa, Ver.- La capital de estado destaca por tener el primer cementerio civil de México, pero también, por contar con el Panteón Municipal Bosques de Xalapa que se distingue por un sonido especial, el de cientos de rehiletes de colores colocados en las tumbas.
A diferencia de los otros panteones de la ciudad, el Bosques de Xalapa tiene la particularidad de estar en una loma, lo que hace que el viento sea más intenso y permita que los coloridos juguetes giren con gran intensidad.
En Día de Muertos, visitantes que acuden para recordar a sus seres queridos afirman que el de los rehiletes simula una nostálgica melodía, al mismo tiempo que se convierte en un espectáculo visual.
Ubicado en Carlos R. Smith, en la colonia Mártires de Chicago, el espectáculo inicia desde al menos un kilómetro antes, pues aproximadamente 16 vendedores ofrecen los también conocidos como “molinillos”.
En una gran diversidad de colores y tamaños, son un atractivo para chicos y grandes. Incluso quienes van en auto, disminuyen la velocidad para observar mejor la llamativa expoventa.
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Además de los rehiletes y su sonido, también sobresale la creatividad e imaginación en las formas y diseños. Hay flores, carretas, vehículos jalados por caballos, unicornios o ranas, además de girasoles y prismas con distintos animales.
¿Cuáles son algunos precios de rehiletes en el Panteón Municipal Bosques de Xalapa?
Hay quienes los compran ya hechos, pero también artesanos que trabajan materiales impermeables de larga durabilidad para ofrecerlos en precios que van desde los 50 hasta los 350 pesos, dependiendo el tamaño.
Personas de Xalapa y de otros municipios de la región que visitan los sitios donde yacen sus difuntos afirman que sí tienen la costumbre de comprar los rehiletes y cambiarlos cuando van perdiendo el color.
Consideran que es una manera de honrar a sus muertos con un juguete tradicional mexicano que llena el panteón de vida, al no haber un silencio total, sino un “bullicio”.
El panteón bien podría ser el de Bosque de rehiletes, pues vendedores y compradores se encargan de que lo primero que se vea sean justamente los “molinillos”, fieles acompañantes de quienes se adelantaron en el camino.
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