A los hijos se les ama, con los nietos se tiene un amor distinto, "los ves con más ternura. Como cuando siembras un árbol y te da frutos, tus hijos son un árbol y ellos dan frutos, entonces los disfrutas más todavía", aseguran adultos mayores quienes este miércoles celebrarán el Día del Abuelo.
¿Qué es ser abuelo para José de Jesús en Xalapa?
"Nosotros no somos para educar, el abuelo es para consentir, chiquear y nada más", dice José de Jesús Martínez de 63 años quien tiene seis nietos y dos hijos.
Ser abuelo, remarca, es tener una nueva vida, volver a empezar, pero con más calma, paciencia, "uno disfruta mucho a los nietos porque te vuelven a dar ese aliento de vida".
José de Jesús cuestiona a las personas que se casan y no quieren tener hijos porque consideró que las familias y los matrimonios son para eso, "si no mejor que no se casen".
Este día del abuelo, dice, espera poder disfrutarlo con sus hijos y nietos que tan feliz lo hacen, pues sostiene que es muy bonito tener ese papel. Sostuvo que los abuelos solo acompañan y que, si bien hay cosas que pueden no gustarles de la educación que dan los padres, su trabajo no es corregirlos.
“Hoy muchos hijos que tienen mal educados a sus hijos, no les enseñan a respetar a la gente como que no les inculcan los valores, ahora tú ves niños de 7 u 8 años que son bien groseritos, y dices oye qué pasó, que un niño tenga un vocabulario hasta vulgar a esa edad es responsabilidad de los papás, los papás deben tener mucho cuidado en educar a los niños”.
José está por cumplir 40 años como bolero, oficio que ha compartido también con sus nietos Denise, Amanda, Regina, Cami, Diego y Mía.
“Tengo una nieta que luego me la traigo aquí, tiene 8 años y luego acá está y le pasa el cepillo o el trapo a los zapatos. De hecho, tengo un hijo que trabajó en esto, ahora es odontólogo, pero cuando no quería estudiar lo puse a trabajar y después si quería estudiar tenía que trabajar porque si no los pones a hacer algo andan perdiendo el tiempo en otras cosas”.
Ser abuelo no es cualquier cosa para Faustino
Faustino Serrano Valencia de 77 años tiene 10 nietos y dos bisnietos, sus “carnales”, porque no los llama hijos ni nietos, la complicidad entre ellos supera cualquier lazo. Asegura que ser abuelo no es cualquier cosa aun cuando tiene tres hijos nada más, dos varones y una mujer.
“No me dicen abuelito porque yo les prohibí eso, es abuelo. Tengo la satisfacción y orgullo de tener dos nietos chef, que se titularon en la Euro, no en cualquier lugar, tengo una psicóloga, una ingeniera civil y otra ingeniera agrónoma, los demás están chicos, están en la prepa y el más chiquito de 10 años está en sexto de primaria”.
Don Faustino, abuelo de Fernando, Fátima, José María, Paola, Abraham, Lupe, Alexander, Samantha, Samuel y Fabrizio tiene claro que no hay mejor consejo para sus hijos y nietos que la vida que lleva, lo que ha sido un gran reto.
Tiene 23 años de jubilado, pues durante gran parte de su vida fue lo que califica como “alcahuete público” o cartero, oficio que ya no existe ahora, rememora.
“Yo fui cartero 10 años en la Ciudad de México y 20 aquí en Xalapa y voy para 23 años de jubilado”.
Dice que no sabe si celebrará el Día del Abuelo porque probablemente sus nietos ni se acuerdan, aunque las satisfacciones que le han dado son mucho más grandes que eso.
“Hace 15 días fui con mi nieto que es chef que trabaja en Veracruz me invitó a un partido de béisbol todo pagado, desde aquí el ADO hasta de regreso. Yo le digo carnales a mis nietos, no como otros que dicen ‘ay mi hijo’, ‘ay mi hija’ palabra que creo que ni a mis hijos les decía yo así y que ahora les diga eso, sería hipócrita, yo a mis nietos les digo carnales”.
No es que a los nietos se les quiera más que a los hijos, lo que pasa, explica, es que ahora tiene más tiempo para disfrutarlo con ellos.
“Yo en México trabajaba hasta los domingos entonces cuál andar con los hijos, la que se encargó de ellos fue mi mujer que va para 24 años que nos dejó, entonces yo tuve la necesidad de casarme otra vez, pero tiene cinco años que me casé, todos se reían de mí y aquí ando (…)”.