Veracruz, Ver.- José Carlos y Lorena se unieron en pareja hace 12 años y no solo comparten una hija, sino la experiencia de haber sido donador y donatario de un riñón como el mejor acto de amor que los entrelaza para toda la vida.
En el marco del Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos que se celebra cada 27 de febrero, Lorena del Carmen Ferrer Huerta de 29 años y José Carlos Mirón Marín de 32 años comparten con Diario de Xalapa la importancia de la donación de órganos para salvar vidas.
Lorena relata que durante su etapa de adolescencia y juventud gozó de una vida sana, sin ninguna complicación que pusiera en riesgo su vida, incluso parto fue natural sin ningún problema y la recuperación fue rápida.
Comenta que tras haber dado a luz, los médicos del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz (HAEV) le comentaron que tenía “algo” en los riñones y que debía buscar a un nefrólogo para hacerse estudios.
“Los doctores me dijeron que tenía algo en mis riñones pero no me especificaron que, me dijeron que buscara a un nefrólogo para que me revisara, pero yo me sentía muy bien, no tenía ningún dolor, mi hija salió bien”, expresa.
Cuatro después, empezó con mucha fatiga, los quehaceres del hogar la dejaban agotada y solo quería dormir, también aumento de peso y talla.
“Yo empecé con mucho cansancio, me ponía a barrer y terminaba fatigada, hasta me faltaba el aire, mi esposo me decía que descansara, que trabajaba mucho en la casa, pero también empecé a engordar, me daban ascos, ya no era normal así que me hice estudios y la doctora me dijo que era el riñón”, cuenta.
Tras varios estudios el diagnóstico fue riñones infantiles que la llevaron a la diálisis y posteriormente la hemodiálisis donde se llevó cuatro años, pero el deterioro físico y mental por estos procedimientos la animaron a inscribirse en la lista nacional de espera de trasplante.
“Un día en la hemodiálisis, el señor que estaba a un lado de mi falleció, fue algo muy triste, así que mi única opción era el trasplante, los doctores me dijeron que la lista de espera era larga y me preguntaron que si tenía familiares, pero mi mamá es epiléptica y mi papá tiene problemas de hernias, mis hermanas viven en Estados Unidos, realmente no tenía a nadie pero sí mucha fe”, explica.
Con dos años de espera, su esposo se ofreció a ser el donante debido a que su estado de salud se estaba complicando, durante ese tiempo tuvo una peritonitis.
“Un día mi esposo me dijo que él me iba a donar, yo le dije que no porque tenemos una hija y no sabíamos si más adelante lo iba a necesitar, tenía miedo de heredar esto, ya habían pasado dos años y mi estado de salud estaba muy deteriorado, las hemodiálisis me dejaban muy mal, así que hicimos muchos estudios a nuestra hija para descartar y finalmente empezamos los estudios de compatibilidad y resultó que sí era compatible”, indica.
La operación no se hizo enseguida ya que se presentaron muchas complicaciones; la primera fue la contingencia sanitaria por Covid-19 donde se detuvieron las operaciones en los quirófanos, después una infección en un catéter que se prolongó seis meses y un año después cuando ya tenían fecha su esposo enfermo de dengue hemorrágico y se tuvo que reagendar.
“Paso todo un año y medio y no me operaban, nosotros no estábamos casados solo vivíamos juntos y pensamos que quizá Dios quería que hiciéramos las cosas bien para que yo sanara así que nos casamos como Dios manda por la iglesia y bendito Dios a los tres meses de que nos casamos me dieron fecha para operarme y todo salió bien”, destaca.
José Carlos asegura que la decisión de donarle el riñón a su esposa fue la mejor, ni siquiera lo pensó, pues lo importante era que viviera para que disfrutaran juntos a su hija.
Reconoce que muchas personas trataron de meterle miedo, de que su vida no iba a ser igual y que tendría que tener muchos cuidados, que se iba a privar de muchas cosas, pero por su esposo, todo vale la pena.
“Yo no lo pensé dos veces, yo quería que ella se salvara, por nuestra niña y por mí, antes de esto yo sí había escuchado que había una lista de espera de gente que necesita un trasplante, pero nos dijeron que iba a demorar mucho, no sé si aún estuviéramos esperando o que hubiera pasado, ahora hago conciencia de lo importante que es la donación, de salvar vidas, yo creo que nos hace falta avanzar en ese tema”, externa.
La operación se realizó el 12 de octubre del 2022 y a 16 meses de esto, aseguran que su vida si ha cambiado, pero todo ha sido para mejorar, pues llevan una alimentación más sana, bajo algunos cuidados pero con la oportunidad de disfrutar de su hija.
Piden a la ciudadanía ser más sensibles con el tema de la donación de órganos ya que comentan que hay mucha desinformación que causa temor pero reiteran su importancia para salvar vidas.